Vale, toda esta palabrería, sólo para que os hagáis una idea del estado "happy flower power" en el que me encuentro mientras escribo esta entrada. Y no, no es debido a un estado de éxtasis momentáneo provocado por la falta de sueño, o el exceso de cafeína, o quizás por haber ingerido alguna sustancia raruna de vete tu a saber que composición... Es que, de corazón, estoy muy contenta, y motivos no me faltan.
Primero, y como siempre, llega el día 25 y toca participar de nuevo en el #RetoAlfabetoDulce de este mes. Cosa extraordinariamente extraordinaria en mi, he conseguido llegar a tiempo (¡Y por segunda vez, estoy que me salgo!) o, mejor dicho, con el tiempo necesario para conseguir unas fotos decentes y "soltaros el rollo".
Este mes, la encargada de elegir ingrediente ha sido Maribel, del blog Sweet Blessings. He de confesar que no conocía demasiado a Maribel antes de que fuera elegida, pero ahora no pienso perderle la pista... ¡¡Menudos bizcochos, menudos brownies, menudos bundts, menudos cupcakes y menudos todo!! Para alguien tan apasionada del dulce como yo, su blog no tiene desperdicio, es una tentación pura. Y por si fuera poco, Maribel nos ha hecho un gran favor con la elección del ingrediente. Teniendo en cuenta que debía empezar por la letra Q, finalmente ha sido el queso el alimento con el que hemos tenido que experimentar este mes. ¡¡El queso, con lo que me gusta!! Siempre he defendido la teoría de que el mundo con queso es un mundo mejor, y es que el queso es indispensable en la mayoría de cocinas: En sándwiches mixtos, bocadillos, en tacos para las ensaladas, para darle "vidilla" a cualquier plato de pasta, o para preparar un clásico y riquísimo pastel de queso... En fin, que si hay algo a lo que sea totalmente adicta (aparte de la manzana, claro), es al queso, así que ya os podéis imaginar lo que he disfrutado este mes buscando, cocinando y catando recetas. La mayoría de platos con queso que preparo son salados, así que decidí invertir un poco más de tiempo en indagar sobre los usos del queso en la repostería.
Finalmente, me he decidido por este bizcocho de queso crema y caquis. Se trata de un bizcocho de esos bastante húmedos y jugosos, gracias al jugo que suelta el caqui mientras se hornea, y con un suave pero inconfundible sabor a queso crema que parece fundirse en la boca.
Pero lo que realmente me ha hecho decantarme por esta receta y no por otra, es el hecho de por qué, dónde, con quién y cómo lo preparé.
¿Por qué? Porque me moría de ganas de probar el bizcocho de queso crema, y porque el caqui de mi abuela ha dado este año una cantidad de caquis tan exagerada que la mujer ya me había insistido varias veces en que preparara algo rico con esta fruta.
¿Dónde? En vez de llevarme los caquis a casa y preparar la receta como de costumbre, decidí, batidor y lengüeta en el bolso, irme a casa de mi abuela a pasar una tarde repostera en familia. Ella se encargó del resto de ingredientes.
¿Con quién? Con mi abuela, por supuesto, a la que no había visto tan contenta en años. Además, por una vez, mi catador soltó la cámara y pude disfrutar de él como pinche de cocina. Ahora que he descubierto lo bien que se le da batir a mano, no va a tardar en marcársele el bíceps, os lo aseguro...
¿Cómo? Pues sin haber probado la receta antes, sin batidor eléctrico, sin horno de aire y sin molde para bizcochos. En vez de esto, decidí lanzarme a la aventura y basarme en la receta de la maravillosa Julia del blog Julia y sus recetas, batiendo a mano, usando una cazuela de barro untada en mantequilla y un hornillo eléctrico de sobremesa. Si señor, con un par.. de caquis.
Sinceramente, después de lo bien que transcurrió la tarde, terminó por importarme bastante poco que el bizcocho saliera bien o no. Finalmente, el resultado fue el esperado y la sensación de satisfacción que todavía siento se multiplicó por cuatro. Éxito total.
Así que, con todo el cariño del mundo, os dejo los ingredientes y la preparación:
Ingredientes:
- 100 gramos de queso crema natural
- 100 gramos de mantequilla o aceite de girasol
- 150 gramos de azúcar
- 2 huevos tamaño L
- 125 gramos de harina común
- Medio sobre de levadura en polvo
- La ralladura de un limón
- Canela, al gusto
- 1 caqui muy grande y maduro (250 gramos aprox.)
- Antes de empezar, pre-calentamos el horno a 180ºC.
- En un bol amplio, batimos el queso crema con la mantequilla o el aceite, el azúcar y la ralladura de limón.
- Sin dejar de batir, añadimos los huevos uno a uno y seguimos batiendo hasta que se integren del todo.
- Seguidamente, añadimos la harina y la levadura tamizadas y seguimos batiendo hasta que se integren del todo.
- Aparte, limpiamos el caqui y colocamos la pulpa en un bol.
- Vertemos la mezcla de bizcocho en un molde engrasado con mantequilla o aceite, repartimos la pulpa del caqui por la superficie, y horneamos a 180ºC durante unos 45 minutos aprox., o hasta que esté listo.
- Apagamos el horno, retiramos el bizcocho y dejamos enfriar antes de desmoldar y cortar.
Notas:
- Sorprendentemente, el hornillo eléctrico hizo muy bien su trabajo y pude respetar bastante los tiempos de la receta original, pero ya sabéis que cada horno es diferente y que deberéis adaptar el tiempo de horneado al vuestro.
- El caqui le aporta una jugosidad y un dulzor delicioso a este bizcocho, a la vez que permite reducir un poco la cantidad de azúcar. Si lo váis a preparar sin caqui, deberéis añadirle 30 gramos de azúcar más.
- Con melocotón, piña, manzana, mango, etc., seguro que también queda un bizcocho delicioso. Imaginación al poder.
Nada más por ahora, espero que os haya gustado. Como cada mes, estoy deseando ver el resto de propuestas :)
Esta será la última receta que publique en unos días, pues mi catador y yo nos vamos de escapada a Montpellier. Este verano ahorramos lo poquito que pudimos para ir y ya casi ha llegado la fecha, por fin. Montpellier es una ciudad preciosa, con una historia y una cultura que me fascinan, así que estoy contando las horas que faltan para estar allí disfrutándola al máximo.
¡Sed felices, y nos vemos a la vuelta!