La receta de hoy tiene un significado muy especial para mi. Semana si y semana también, sobretodo un día de fin de semana, mi abuelo solía abrir la nevera, mirar qué tenía, revisar también a la despensa y empezar a darle vueltas a la cabeza sobre qué plato podía hacer con todo ello. "Deborilla, hoy comemos de rebañaos..", y yo encantada, faltaría más. Con un poco de aquí y un poco de allá, el hombre acababa haciendo unos platos muy muy ricos, e incluso algunos de ellos han pasado a formar parte del recetario habitual de mi familia: ropa vieja de cocido, tortilla de verduras "con las que haya", sopa de tomate, sopa de ajo... Es la cultura del aprovechamiento, de no tirar nada, algo que me han inculcado desde pequeña y de lo que estoy especialmente orgullosa y sigo practicando en mi casa. Aquí no se tira nada.
Y siguiendo esta filosofía es como surgió este guiso tan rico que os presento. El domingo andaba yo algo resfriada y febril, con un ataque de pereza impresionante y, obviamente, con pocas ganas de complicarme la vida en la cocina (raro). Abrí la nevera y eché un ojo a lo que tenía: que si un trozo de chorizo por aquí, que si una zanahoria arrugadilla por allá, que si un pimiento empezado más atrás... con todo esto y un par de patatas grandecitas, me puse manos a la obra y en un rato y apenas sin ensuciar nada, teníamos lista la comida. Un plato único contundente y reconfortante que nos sentó de maravilla y que repetiré seguro. Con un trocito de pan y una fruta de postre, es una comida muy equilibrada.
Espero que os guste
Ingredientes (para dos personas):
Dos patatas mona lisa grandes (unos 500 gramos)
1 zanahoria mediana
Media cebolla
Media pimiento rojo de los de asar
Media pastilla de caldo de carne
2 trozos de chorizo de guisar (unos 150 gramos)
750 ml de agua (o según el espesor deseado)
1 hoja de laurel
2 cucharadas soperas de aceite de oliva
Sal, ajo en polvo y pimentón al gusto
- Empezamos con las patatas y las lavamos, pelamos y troceamos en trozos no muy pequeños y algo vastos. Reservamos.
- Cortamos el chorizo en rodajas gruesas y reservamos.
- Troceamos la zanahoria, la cebolla y el pimiento en dados de más o menos el mismo tamaño.
- En la olla donde vayamos a hacer el guiso calentamos el aceite a fuego medio y añadimos las verduras.
- Rehogamos las verduras unos 5 minutos. Ahora añadimos las patatas y el chorizo y hacemos lo mismo.
- Cuando veamos que el chorizo empieza a soltar su grasita y las patatas empiezan a pegarse un poco, añadimos las especias, el caldo de carne, el laurel y la sal, y damos un par de vueltas.
- Cubrimos enseguida de agua y dejamos que se cocine a fuego medio durante 50 minutos- 1 hora más o menos, removiendo de vez en cuando.
- Una vez listo, dejamos reposar unos 20 minutos y servimos.
Notas:
- La cantidad de agua a añadir dependerá del caldo y del espesor que os guste. En casa nos gusta espesito y con caldo, pero sin que rebose.
- Hay que tener mucho cuidado a la hora de añadirle sal a este plato, pues el caldo de carne y el chorizo ya contienen bastante. Yo no suelo ponerle o le pongo poca, pero todo va a gustos.
Buen provecho y feliz martes.
A mi me gusta también echar una ojeada a la nevera y ver qué restos hay para hacer algún rico plato.
ResponderEliminarHas hecho un guiso de los que te dicen cómeme!
Espero que estés mejor de tu resfriado, con estos cambios de tiempo cuesta sacárselos de encima.
Besos.
Muchas gracias Ana, me alegro que te guste el plato. Ya estoy mejorcita del resfriado :) Un abrazo.
EliminarSin duda me parece mu buena idea y necesaria , no tirar nada y aprovechar lo que tenemos en la nevera. Tu guisito tiene una espectacular, me encantan las patatas guisadas.
ResponderEliminarYa somos dos Magda, la verdad es que pocas veces hago guisos sin patatas jejeje. Me alegro que te guste y gracias por tu comentario :) Un abrazo.
EliminarPues para ser de aprovechamiento resulta un plato genial, completo y delicioso! un besote!
ResponderEliminarGracias Eva, invitada quedas jeje. Feliz Semana Santa :)
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