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miércoles, 26 de agosto de 2015

COCA DE CALABACÍN Y CEBOLLA



Me gusta el verano, por poder despertarme con un sol radiante entrando por las rendijas de la persiana, por poder vestirme mucho más sencilla y fresca, por las largas siestas hasta que pase el calor de la tarde, por los interminables paseos por la playa mientras empieza a caer la noche, y por terminarla tomando un helado en alguna terraza o dándote un largo baño en alguna playa solitaria.
A veces el exceso de calor nos nubla tanto la sesera que nos hace olvidar que esta época es digna de disfrutarla. Pequeños placeres que, sea por el motivo que sea, no podemos disfrutar a diario pero que, precisamente por eso, los aprovechamos al máximo cuando tenemos la oportunidad y nos ayudan a mantenernos en equilibrio.
Pero si hay algo que realmente me gusta del verano es que los huertos se llenan a verduras deliciosas a las que hay que buscarles salida. Si como yo tenéis la grandísima suerte de poder comprar verduras crecidas a un ritmo natural, al sol, sin ningún tipo de pesticida, de esas que da gloria verlas y todavía más gloria comerlas, sabréis de lo que hablo.
Ayer, mientras pensaba qué hacer para la cena, abrí la nevera para ver qué verduras tenía y como podía sacarles partido, porque habíamos comido algo pesado al mediodía y era lo que más nos pedía el cuerpo. Una cebolla empezada, un calabacín hermoso, y medio envase de queso rallado. Volviendo a la despensa, como suele ser normal en casa, harina, levadura, salvado de avena, aceite de oliva.. Así que ayer, después de mucho tiempo sin hacerlo, nos dimos un homenaje con esta sencilla pero deliciosa coca de calabacín, calabacín 100% natural, calabacín que en verano está en su mejor época y que es una de esas verduras imprescindibles en casa. Por supuesto, sobre una base de masa casera rica en fibra que preparo substituyendo la mitad de la harina por el salvado y que no tiene ningún misterio, pues en cuanto al amasado y al levado se prepara exactamente igual que la tradicional y el sabor y la textura son muy similares.
¿El resultado? Una coca muy ligera, esta vez con una masa fina y crujiente, y con un relleno mucho más rico de lo que esperábamos, pues el calabacín y el queso casan de maravilla.
Con media coca para cada uno y un buen bol de macedonia de fruta, cenamos la mar de bien.
Os dejo los ingredientes y la preparación, y os animo a probarla.




Ingredientes (para una coca grande):
Para la masa:
- 4 cucharadas soperas de harina
- 3 cucharadas soperas de salvado de avena
- Medio sobre de levadura de panadería
- 2 vasos de agua
- Sal y aceite de oliva suave, al gusto

Para el relleno:
- Media cebolla
- 1 calabacín mediano
- Orégano 
- Preparado de queso rallado para pizza (60 gramos aprox.)
- Sal y aceite de oliva suave, al gusto

- Empezamos preparando la masa: en un bol, añadimos la harina, la levadura, el salvado y la sal, y mezclamos en seco. Seguidamente, añadimos el agua y el aceite y mezclamos con las manos hasta obtener una masa homogénea que dejaremos reposar como mínimo una hora tapada en un lugar cálido.
- Una vez la masa haya doblado su tamaño, amasamos de nuevo durante unos 5 minutos y la estiramos sobre la bandeja del horno bien engrasada.
- Cortamos el calabacín en rodajas finas y lo vamos colocando sobre la base de coca, presionando un poco. Hacemos lo mismo con la cebolla. Espolvoreamos con orégano y sal para terminar.
- Pre calentamos el horno a 180º
- Dejamos la coca reposar durante unos 20 minutos e introducimos en el horno durante unos 20 minutos, para que las verduras se hagan y la masa leve un poco más.
- Pasado este tiempo, sacamos la coca del horno, aumentamos la temperatura del mismo a 200-210º, le añadimos el queso y la volvemos a introducir otros 10-12 minutos, o hasta que tenga el dorado deseado.
- Por último, sacamos la coca del horno, la dejamos templar un par de minutos, cortamos en porciones y servimos, espolvoreada con más orégano o incluso con un poco de aceite de oliva si nos gusta.




Notas:
- El salvado es un producto que absorbe mucha agua, de ahí la cantidad utilizada. Se puede preparar la masa perfectamente con harina normal, reduciendo la cantidad de agua a 1 y 1/2 vasos.
- En casa nunca retiramos la piel del calabacín ni de la berenjena, porque es rica en fibra y porque nos encanta que quede al dente y le aporte un toque crujiente. Eso va a gustos.
- No os excedáis con el tiempo del horno, porque en este caso es fácil que el calabacín y/o la masa, al ser muy finos, queden secos.
- Las cocas admiten multitud de rellenos, así que imaginación al poder.


Seguid disfrutando del verano, de las verduras tan ricas que nos ofrece y de las recetas que podemos preparar con ellas, por supuesto.
Abrazos.

martes, 30 de junio de 2015

SALTEADO DE PASTA CON CALABACÍN Y SALCHICHAS



Comer pasta una vez en semana era y es un ritual que se hacía en mi casa cuando yo era pequeña y que recuerdo como una de esas costumbres familiares entrañables. Por supuesto, yo no he dejado ni dejaré nunca de practicar ese ritual y, a día de hoy, viviendo ya con mi señor novio, sigo recurriendo a la pasta como mínimo una vez en semana, aunque a veces caen dos a demanda popular o por falta de tiempo, pues desde que trabajo la pasta es uno de mis mejores aliados a la hora de prepararme el tupper.
Por supuesto, en casa nos encanta la pasta, y motivos no nos faltan: es un alimento muy energético y fácilmente digerible (en mi caso, opto por la integral, doble beneficio), saciante, económico, muy versátil, permite obtener platos muy completos al combinarse con proteína y verdura, se puede comer tanto fría como caliente, la variedad existente en el mercado es enorme y, qué diantres, está buenísima.
Para los que nos gusta ir variando y probando distintas combinaciones de ingredientes, la pasta nos es de gran ayuda, pues pocas cosas hay que no le combinen bien.
Igual que me sucedió cuando "inventé" la pasta con champiñones y jamón serrano, no tenía pensado publicar esta receta y, de hecho, no creía que fuera a resultar un plato tan rico hasta que lo probé. Suelo tener muy poca fe en mis experimentos culinarios, pero al menos las fotos las hago, por si suena la campana y esas cosas...
Pese a ser uno de esos clásicos salteados de pasta con verduras y algo más, la verdad es que el resultado es más que satisfactorio si tenemos en cuenta lo fácil y rápido que resulta prepararlo. Mientras se cuece la pasta se saltean los vegetales y las salchichas y en menos de 20 minutos tenemos solucionada la comida. Además, es un plato muy rico tanto frío como caliente y es fácilmente "tuneable", por lo que partiendo de la base se puede adaptar a cualquier nevera y/o despensa.
Muy recomendable, sin duda.




Ingredientes (para dos personas):
180 gramos de pasta (espaguetis, macarrones, espirales..)
1 calabacín grande
Media cebolla
1 diente de ajo 
2 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
1 cucharada sopera de tomate triturado
Sazonador para pasta (yo usé el de marca Carmencita)
Sal, al gusto
Perejil picado, al gusto

- Para empezar, cocemos la pasta según las instrucciones del fabricante y reservamos.
- Seguidamente, pelamos y troceamos el calabacín, la cebolla y el ajo.
 - Ponemos una sartén a fuego medio con el aceite y cuando esté caliente añadimos el ajo, la cebolla y el calabacín, y salteamos hasta que empiecen a coger color, dándole unas vueltas.
- Cuando el calabacín haya soltado casi toda su agua, añadimos el tomate y el sazonador para pasta, y cocinamos un par de minutos más.
- Pasado este tiempo, retiramos del fuego y añadimos la pasta, mezclamos con el salteado y rectificamos de sal si fuese necesario.
- Servimos inmediatamente espolvoreado con perejil picado.




Notas:
- Como podréis observar, yo no prescindo de la piel del calabacín puesto que en casa nos gusta y supone un pequeño aporte extra de fibra. Basta con quitársela si no os hace gracia.
- Cuidado con la sal, pues los sazonadores para pasta suelen llevar bastante. Probadlo antes de añadirle más.
- Para disfrutar de este plato de pasta totalmente "al dente", es importante servirlo al momento y cocer la pasta correctamente.

Espero que os haya gustado.
¡Muy feliz y calurosa semana!

martes, 9 de junio de 2015

PASTEL DE VERDURAS Y CREMA DE QUESO (INICIATIVA TS #COMEQUESOQUESABEABESOS)



He llegado muy justa de tiempo, pero finalmente he llegado, ¡Genial!.
Así soy yo, un culo inquieto. Cada día voy con el tiempo justo para todo, trabajo, estudios, casa, pareja... Y en cuántos más líos me meto, en más me quiero meter, y sobre todo si me gusta lo que hago, como es el caso de la cocina. Me encanta conocer y probar nuevas recetas y compartirlas con otras personas a las que les apasiona lo mismo que a mí, y eso es lo que me está pasando con este blog.
Hace ya algún tiempo que conozco el reto Typical Spanish, pero no ha sido hasta ahora, y por invitación, que me he animado a participar, ¡Y aquí estamos! Encantada que cuenten conmigo y encantada sobretodo por el ingrediente escogido para el mes de junio: El queso, y además acompañado del sorteo de un fantástico lote de quesos de la mano de Quesería Artesanal la Ermita. Por supuesto, no podía dejar pasar la oportunidad...
Eso si, complicada elección, pues me gusta tanto el queso que suelo emplearlo en multitud de recetas, y he tenido que tomar una decisión por sorteo... ains, vaya criterio el mío.
He escogido un pastel verduras enriquecido con una crema de queso camembert, de estas que suelen comprarse para picotear con unos colines o crudités verdura, que le aporta una textura muy muy cremosa y un pronunciado sabor a queso que combina a las mil maravillas con las verduras.
El resultado es un pastel salado delicioso y para nada pesado, que se puede dejar preparado con antelación y servirlo en una comida informal o prepararlo para llevar, y que puede comerse templado o totalmente frío, a elección personal. 
Para acompañar, preparé también unos trozos de pan frito, pues en casa nos encantan pero los solemos comer muy de vez en cuando. "Un día es un día", pensé, y fue todo un acierto, pues funcionaron muy bien junto al pastel.
Os dejo con los ingredientes y la preparación, ya veréis que no tienen ninguna complicación y que el resultado merece mucho la pena.


  


Ingredientes (para un pastel mediano):
200 gramos de verduras variadas al gusto (cebolla, calabacín, berenjena, tomate...)
2 huevos tamaño L
100 ml de leche semidesnatada
2 cucharadas soperas de aceite de oliva
1 tarrina de queso camembert en crema (125 gramos aprox.)
Sal, ajo en polvo, perejil y pimienta negra molida, al gusto
Un poco de mantequilla para engrasar el molde.

- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 180º y untamos el molde donde vayamos a hornear el pastel con mantequilla.
- Seguidamente, pelamos y picamos las verduras que hayamos escogido y las sofreímos en una sartén a fuego medio con el aceite, hasta que estén bien doraditas, especiándolas al gusto. Retiramos del fuego y reservamos.
- En un bol aparte, cascamos y batimos los huevos junto con la leche. Añadimos seguidamente la crema de queso y las verduras, y mezclamos todo bien. Rectificamos también de sal si fuese necesario.
- Vertemos la mezcla del pastel en el molde engrasado y lo introducimos en el horno pre calentado a 180º durante unos 20-25 minutos, o hasta que veamos que está totalmente hecho (nos ayudamos de un palillo o similar para pinchar el pastel y ver si sale limpio o no).
- Sacamos del horno y dejamos templar o incluso enfriar del todo para poder desmoldar mejor nuestro pastel.
- Servimos cortado en porciones más o menos del mismo tamaño.




Notas:
- Este pastel permite darles salida a cualquier resto de verduras que tengáis por la nevera, así que probablemente nunca os saldrá un pastel igual al anterior, pero de sabor delicioso.
- Yo he empleado crema de camembert porque en casa nos encanta, pero habiendo tanta variedad en el mercado, se trata de experimentar según las preferencias de cada uno: Brie, azul, de cabra...
- Lo ideal, a la hora de saltear las verduras, es dejarlas un poco "al dente", pues acabarán de cocinarse con el horneado.

Espero que os guste y que también os animéis a participar, da gusto conocer a tanta gente estupenda y descubrir tantos platos deliciosos. ¡Feliz miércoles!

lunes, 8 de junio de 2015

TORTILLA DE PATATAS Y CALABACÍN




El mundo de las tortillas me parece uno de los más fascinantes de la gastronomía. Y es que, para mi el hecho que, teniendo a mano tres o cuatro huevos, la mayoría de cosas que tengas en la nevera y/o despensa sean susceptibles de acabar siendo el ingrediente o ingredientes que darán nombre tu tortilla me parece, como menos, extraordinario. Y si ya de por si os gusta la tortilla francesa tal cual, sin más florituras que un buen aceite de oliva y un poco de sal, estaréis todavía más de acuerdo conmigo. Por si fuera poco, las tortillas son perfectas para llevar, se pueden comer frías o calientes, en bocadillo, con salsa o con verduras... ¿Alguien da más?
Tan solo es necesario hacer un poco de búsqueda en Internet para darnos cuenta que existen miles y miles de recetas de tortillas, desde las más clásicas hasta las más innovadoras, pasando también por las tortillas dulces. Y bueno, tampoco pueden faltar los trucos y consejos para que nos salgan a nuestro gusto, pues en esto de las tortillas no hay nada escrito y cada uno le damos nuestro toque personal.
Y yo, siempre tratando de experimentar un poco en la cocina, he perdido la cuenta de cuantas tortillas diferentes he hecho ya: de restos de verduras asadas, de champiñones, de habas, de chorizo y queso, de manzana, de pan... y un largo etcétera. Aún así, me veo en la obligación de confesar que, a pesar de todo, mi tortilla favorita es la que os presento hoy, una mezcla de dos clásicos entre los clásicos: la tortilla de patatas, reina de nuestra gastronomía, y la tortilla de calabacín. Porque, si algo ha venido gustando desde siempre, no hay que ser un lumbreras para saber el por qué.
Con esta tortilla he querido rendir homenaje a dos de mis cocineras de referencia: a mi suegra, que hace unas tortillas finísimas de calabacín para chuparse los dedos, y a mi madre, que hace unas tortillotas bien altas y jugosas de patatas. Dos recetas muy distintas, si, pero ambas deliciosas.
Al no llevar las patatas ni el calabacín frito, ha resultado ser una tortilla ligera pero buenísima, pues los sabores de la verdura quedaron muy pronunciados y funcionaron muy bien junto con el huevo.
Resulta, además, una tortilla muy completa y sana, totalmente apta para la fiambrera (si, yo continuo en las mías con los dichosos tuppers) y que se puede comer tanto fría como caliente. Vaya, en casa nos ha encantado, así que os la recomiendo y espero que os guste.





Ingredientes (para dos personas, o una tortilla mediana):
4 huevos tamaño M
200 gramos de patatas mona lisa
200 gramos de calabacín
Media cebolla
3 cucharadas soperas de aceite de oliva
Sal, ajo en polo y sazonador de especias provenzales, al gusto

- Para empezar, limpiamos, pelamos y cortamos en dados muy pequeños las patatas, el calabacín y la cebolla.
- En una sartén a fuego medio, añadimos 2 cucharadas de aceite de oliva y, una vez caliente, añadimos las patatas y cocinamos unos 5 minutos, sin dejar de darles vueltas, hasta que empiecen a transparentar.
- Seguidamente, añadimos la cebolla y el calabacín, salamos y especiamos al gusto, y seguimos cocinando. Añadimos también un poco de agua y dejamos evaporar si fuese necesario.
- Pasados unos 15 minutos de cocción, las verduras habrán pochado y las retiraremos del fuego.
- En un bol aparte, cascamos y batimos los huevos con un poco de sal y añadimos las verduras, mezclándolo todo bien.
- En otra sartén a fuego medio-bajo, calentamos una cucharada de aceite y añadimos la mezcla de la tortilla. Tapamos y dejamos cocinar. Tardará unos 6-10 minutos por cada lado.
- Cuando empiecen a formarse burbujitas en la cara de arriba, le damos la vuelta a la tortilla ayudándonos de la tapa de la sartén, y cocinamos por el otro lado.
- Retiramos la tortilla del fuego y la dejamos templar en la sartén unos 10 minutos.
- Para servir, pasamos la tortilla a un plato y la cortamos en porciones triangulares más o menos iguales.




Notas:
- Los tiempos para el cuajado de tortilla son orientativos y son para que la tortilla quede en su punto justo de cocción, ni muy cruda ni del todo hecha. Deberéis aumentar o reducir el tiempo de cocción en función de si os gusta más cuajada o menos.
- Si os gusta la tortilla más jugosa, se le puede añadir un poco de leche a los huevos a la hora de batirlos. La verdad es que la diferencia se nota.
- Las cantidades que he utilizado dan para una tortilla no muy alta cocinada en una sartén de 23 cm de diámetro, así que las cantidades se pueden aumentar sin problema.
- Podemos añadirle también unos tacos de chorizo, de jamón, unos restos de bacalao, etc. Queda deliciosa de todas las maneras. 

¡Feliz inicio de semana! Y, por supuesto, a seguir disfrutando de la cocina y de la vida.