lunes, 31 de octubre de 2016

ALBÓNDIGAS DE ATÚN ENCEBOLLADAS



... O las albóndigas de atún más accidentadas del mundo mundial. Os cuento:
Hace ya unos 3 meses que recibí un correo de Demos la vuelta al Día, una iniciativa impulsada por Grupo DIA en la que participo desde hace mucho porque, a parte de ser clienta habitual de Supermercados DIA, ofrecen la posibilidad de participar en campeonatos de cocina y en concursos de recetas, asistir a cursos, charlas, etc., y eso para mí, culo inquieto de nacimiento, es todo un gustazo. En dicho correo se me comunicaba que había sido premiada con un paquete regalo gracias a la receta que decidí presentar para su III Edición del Campeonato de Cocina, receta que ya os había enseñado antes y que no puede ser más "de mi casa": La Tarta de zanahoria y galletas (o "tarta Rosano", como nos gusta llamarla a nosotros). ¡Menuda alegría! Ni siquiera sabía en qué consistía el premio, ni cuándo ni dónde lo recibiría, ni nada de nada vaya, pero que una receta tuya guste, y más si es una receta a la que le tienes tantísimo cariño, siempre te da un buen subidón de "autoestima culinaria".
Ya os podéis imaginar que no tardé ni 5 minutos en responder al correo electrónico detallando los datos que me solicitaban para poder hacer efectiva la entrega del paquete, que finalmente sería en mi tienda DIA más cercana. 
Y a partir de aquí fue cuando la cosa empezó a complicarse un poco: Acudí a mi tienda habitual al primer aviso de recepción de mi paquete, y los chicos que la llevan no sabían nada de nada; Lo comunico directamente a los responsables, y al cabo de un par de días me llega un segundo aviso para recogerlo la semana próxima... ¡Y después de 10 días, seguía igual! Vale, sí, lo reconozco, la impaciencia es uno de mis mayores defectos, pero después de dos avisos ya tenía motivos para impacientarme un poco, ¿no os parece? Menos mal que, como bien dice el refrán, "A la tercera va la vencida" y, más de medio mes y tres avisos después, pude recoger mi premio.... ¡Y menudo premiazo! Una caja bien llenita de productos DIA Delicious de los que dimos (y seguimos dando) buenísima cuenta, os lo aseguro.
Y precisamente con el producto que más me gustó de la caja, tanto por la cantidad como por su riquísimo sabor, se me ocurrió preparar estas albóndigas. Se trata de la ventresca de atún en aceite de oliva que primero disfrutamos tal cual sobre un buen pan tostado y acompañada de unas tiras de pimiento asado pero que, pasados unos días, volví a comprar y me puse manos a la obra. 
Soy de esas personas que, cuando algo le gusta, va a lo seguro y repite, y experimenta, y vuelve a repetir si es necesario. En este caso, repetir no fue necesario, no al menos para mejorar el resultado (pero si para volver a disfrutar del plato, la verdad sea dicha...). Y me hubiera encantado repetir un par de veces más pero, si conseguir el paquete regalo ya fue toda una Odisea, la preparación no se quedó atrás: Que si me falta un ingrediente y los supermercados están apunto de cerrar (eran casi las 9 de la noche), que si en la frutería te han dado muy poco perejil, que si ya van dos cebollas que abres y están pochas, que si está lloviendo a mares y al encender el horno ha habido una subida de tensión y el pobre ya sólo sirve para guardar cacerolas (y sigo sin horno, así de majos son los peritos de mi seguro de hogar), que si... ¿Gafe, yo? Vaya tonterías me da por pensar a veces... (por supuesto, es ironía).
En fin, sea por el trabajito que me costó poner este dichoso plato de albóndigas en la mesa o sea porque realmente quedaron deliciosas, en casa triunfaron. 
Decidí acompañarlas de un encebollado suave, pues es como siempre se ha comido el atún en casa y como más me gusta, y la verdad es que fue todo un acierto, sobretodo a la hora de mojar pan.
Las albóndigas quedaron sabrosas a la par que suaves y muy muy jugosas, y el riquísimo sabor de la ventresca no pasó a un segundo plano, que era lo que realmente me preocupaba.
Con unas 6-7 albóndigas por barba, una cantidad generosa de patatas aliñadas con pimentón, perejil fresco y un buen hilo de aceite de oliva virgen extra, y mucho, mucho pan, disfrutamos de un almuerzo la mar de completo y muy rico. De hecho, no tuve ni que pedirle a Marc que me hiciera unas fotos decentes, pues fue él mismo el que, todavía masticando la albóndiga que le di a probar, fue directo al armario y volvió al salón en menos que canta un gallo, cámara en mano y dispuesto a que no os perdierais esta receta. 
Espero que os guste.





Ingredientes (para unas 15-18 albóndigas):
- 2 latas de ventresca de atún en aceite de oliva DIA Delicious (140 gramos peso escurrido)
- 1 huevo tamaño XL
- 3 cucharadas soperas de pan rallado a la provenzal
- 2 cucharadas soperas de leche de soja
- Perejil fresco y cebolla rallada, al gusto
- Sal y pimienta, al gusto

Para el encebollado:
- 1 cebolla mediana
- 1 diente de ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave
- 75 ml de vino + 50 ml de caldo de pescado
- Sal, pimienta y perejil picado, al gusto.

Para las patatas:
- 2 patatas medianas (350 gramos aprox.)
- Sal, pimentón dulce, perejil picado y aceite de oliva virgen extra DIA Delicious, al gusto

- Empezaremos preparando las albóndigas: Escurrimos y desmenuzamos bien la ventresca de atún, y la colocamos en un bol grande. Añadimos también el huevo ligeramente batido, el pan rallado y la leche o bebida de soja. 
- Aparte, picamos bien la cebolla y el perejil, y lo añadimos a la mezcla anterior. Salpimentamos al gusto y mezclamos bien con las manos hasta obtener una masa consistente y y que se pueda manipular. Tapamos el bol con un papel film y lo dejamos enfriar en la nevera 1 hora más o menos.
- En una cazuela con suficiente agua, ponemos a cocer las patatas. Cuando estén listas, las dejamos enfriar y las troceamos y aliñamos al gusto. Reservamos.
- Antes de continuar, ponemos el horno a precalentar a 180ºC, calor arriba y abajo.
- Sacamos la masa de albóndigas de la nevera, vamos tomando porciones no muy grandes con las manos o con la ayuda de una cuchara y les damos forma redonda. Repetimos hasta terminar con toda la masa.
- En una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, vamos colocando las albóndigas y las horneamos a 180ºC durante unos 15 minutos aproximadamente. Sacamos y reservamos.
- Mientras se hacen las albóndigas prepararemos el encebollado: Limpiamos y picamos muy menudo la cebolla y el ajo y lo dejamos hacer durante unos 10 minutos aproximadamente en una sartén con el aceite y a fuego medio. 
- Pasado este tiempo, añadimos la mitad del vino y del caldo de pescado y dejamos reducir. Incorporamos entonces las albóndigas templadas y el resto del vino y del caldo, y dejamos reducir hasta que la salsa coja un poco de más consistencia (unos 5 minutos aprox.), removiendo de vez en cuando.
- Para terminar, servimos nuestras albóndigas todavía calientes, bañadas en una buena cantidad de encebollado y acompañadas de las patatas aliñadas.




Notas:
- Para reducir el aporte calórico de las albóndigas (y de otras preparaciones como croquetas, carnes rebozadas, etc), casi siempre suelo recurrir al horno, pues quedan también muy ricas y, yendo con cuidado de no sobrepasar el tiempo recomendado de cocción, no pierden jugosidad. Se trata de conocer bien nuestro horno.
- En un principio, os puede parecer que el encebollado queda muy líquido y poco consistente, pero al añadir las albóndigas gana bastante cuerpo. Si no es así, siempre podéis añadirle un pelín de harina de maíz disuelta en agua.
- Como siempre os digo, para gustos colores, y precisamente las albóndigas son de esas preparaciones que dan mucho juego: Que si más grandes, que si en versión mini, que si de pescado, que si de carne, que si con una buena salsa de tomate casera, o incluso de curry... ¡Imaginación al poder!




Y nada más, por ahora. Espero que hayáis tenido un mes estupendo y que el inicio del próximo sea todavía mejor, sobretodo lejos de empachos de boniatos, castañas, panellets y demás... Bueno, vale, una vez al año no hace daño, así que... ¡Que lo disfrutéis!
Aprovecho antes de despedirme para agradecerle al equipo de  Demos la vuelta al día la atención recibida y lo mucho que me ayudaron (más bien, soportaron) a agilizar la entrega de mi paquete y a hacer que todo quedara en una desastrosa anécdota.
¡Mil gracias! Desde luego, seguiré formando parte activa de la comunidad hasta que el cuerpo aguante :)
¡Feliz semana!
Fotos: Marc RT Studios

martes, 18 de octubre de 2016

MIS RECETAS EN COOKPAD (II)



Bueno, bueno, bueno, dos entradas nuevas en el blog con apenas una semana de diferencia entre la una y la otra, esto si que es algo insólito... ¡Pedid un deseo, rápido! Yo acabo de decidir así, a lo loco, que mañana a primerísima hora me planto en la Administración de Loterías que tengo al lado de casa para hacer unas cuantas apuestas a La Primitiva del jueves, vaya a ser que suene la campana...
Vale, bromas aparte y después de la parrafada que os solté como acompañante de las tortas de aceite y anís para intentar medio justificarme, me acabo de dar cuenta de que me olvidé mencionaros otro de los motivos (y de los más importantes, vaya) por el que no puedo publicar tantas recetas ni participar en todos los eventos, retos, iniciativas, etc., en los que me gustaría: Mi chico (todavía no me acostumbro a llamarle "marido", dadme tiempo...) también está hasta arriba de trabajo últimamente, y las pocas veces que coincidimos un día entero los dos en casa, o a él no le apetece pasarse una hora cámara en mano haciéndole fotos a unas croquetas, o yo ya he preparado los tápers para el día siguiente y los tengo bien guardaditos en su bolsa térmica o, simplemente, nos apetece disfrutar de nuestra compañía mutua y pasarnos la tarde tirados en el sofá, viendo una peli y poniéndonos finos a palomitas... Vaya, a lo que se le llama descansar un poco y, ya que nos ponemos, hacer algo de vida en pareja, que nunca está de más.
Como ya os he comentado en multitud de ocasiones, mi chico es fotógrafo y, aunque se le dan mejor los exteriores, no ha parado de sorprenderme con sus fotos de mis recetas desde que empecé con el blog. Yo, en cambio, no me llevo tan bien con la cámara como me gustaría e intento hacer uso de ella lo menos posible y sólo cuando no tengo más remedio (o por pura cabezonería, la verdad sea dicha).
Y aquí estoy, sin fotógrafo "oficial" hasta nuevo aviso, liada con mis 14 monstruitos "bilingües", intentando seguir con el ritmo de estudios y, para rematar, arrastrando un pedazo de constipado desde hace una semana. Eso sí, la "mala costumbre" de comer no nos la quita nadie y cocinar he tenido que cocinar igual... Por lo menos ha habido testigos de ello y, por supuesto, por estos lares no ibais a ser menos.
Hacía mediados de mayo os comentaba que empecé a participar en Cookpad España hará ahora 1 año y medio más o menos y que, lo que realmente hace que quiera seguir formando parte activa de esta comunidad, es el hecho de que se trata de una plataforma donde la gente realmente disfruta cocinando, compartiendo y aprendiendo, y eso se nota. Lo mismo puedes encontrarte con recetas muy elaboradas con unas fotografías espectaculares, como con otras mucho más humildes y sencillas, cocinadas, fotografiadas y editadas casi al momento, como ha sido el caso de la mayoría que servidora ha ido publicando últimamente y que me dispongo a enseñaros hoy.
Sin más, aquí tenéis algunas de ellas que espero os ayuden a diseñar un menú adaptado a vuestros gustos y/o necesidades, pues hay un poco de todo (guarniciones, platos de carne, platos de pasta, cenas ligeras...):


- Este arroz salteado con verduras y frutos secos constituye una guarnición mucho más ligera que las clásicas patatas fritas y resulta ideal para acompañar y completar nuestros platos de carne y/o pescado, aunque también lo podemos disfrutar tal cual a modo de entrante o cena ligera. En cualquier caso se trata de una receta muy sencilla, aromática y nutritiva.



- La escalivada es uno de los platos vegetales más básicos del recetario catalán y resulta ideal para preparar esta receta de torradas "a la catalana", una cena muy sencilla y muy rica. La palabra "escalivada" viene del verbo "escalivar", que en catalán significa “asar al rescoldo”, y suelen emplearse verduras como el pimiento rojo, la berenjena, la cebolla, etc.



- Y de la verdura pasamos directamente a la carne, y lo hacemos con estas albóndigas ligeras de pollo con verduras. Las albóndigas son de esos platos que no faltan en ninguna casa y que, acompañadas de una buena salsa a base de verduras y un poco de arroz cocido, patatas, pasta, etc., se convierten en un plato completo y delicioso, pero también bastante calórico. Por eso, con esta receta os enseño como las preparo yo en casa para que resulte un plato más ligero pero no por ello menos rico.



- Y ahora le llega el turno a la pasta con estos macarrones con salsa de tomate y queso crema, una receta que sorprende por su sencillez y sabor y perfecta para el táper a modo de plato único.



- Aunque estemos ya con el estómago lleno, nadie le dice que no a un dulce final, ¿Verdad?
Para ello, os propongo este pudin de pan y chocolate que, aparte de ser delicioso, nos permite dar salida a los restos de pan/bollería que se nos hayan quedado duros.



Y bien, esto es todo por ahora. Como podéis comprobar, ni son recetas excesivamente elaboradas y las fotos distan mucho de estar a la altura de las que suelo enseñaros aquí, pero todo ello es el reflejo de la cocina de mi casa, una cocina "de batalla", a la que no dejo de dedicarle muchos ratos y a la que siempre le pongo mucho cariño.
Antes de despedirme hasta la próxima (y, muy a mi pesar, nunca sé cuándo caerá exactamente...), aprovecho para volver a recomendaros Cookpad, pues entre retos, días temáticos, tardes de cocina en directo y demás, tendréis la oportunidad de aprender mucho, de conocer a gente muy maja y con muy buena mano en la cocina y, sobretodo y más importante, de pasarlo muy muy bien. Tened por seguro que el equipo de Cookpad España (en mi caso fueron Irene y María, dos chicas que son un amor) os recibirá con los brazos abiertos.

¡Muchas gracias por seguir ahí, y feliz semana!

lunes, 10 de octubre de 2016

TORTAS DE ACEITE Y ANÍS PARA #ELHÁBITOSÍHACEALMONJETS



Bien, llegados a este punto y viendo mi ritmo de publicaciones actual, he pasado de sentirme como una niña friki de la cocina que intenta llevar un blog de la manera más decente posible, a sentirme como San Andrés, "ese que viene una vez al mes" (chicas, ya sabéis a lo que me refiero)... 
No os engañéis, no hay ni habrá ninguna otra ley más científica y más cierta en este mundo que la Ley de Murphy. Porque si el señor Murphy pudo demostrar en su momento que la tostada se te va a caer siempre del lado de la mantequilla, ¿Que pasa cuando Miss Debora se pone a preparar alguna publicación para subirla al blog? Pues exactamente lo mismo, que acaba pringando todo el suelo de la cocina de mantequilla (qué metafórico me ha quedado eso...).
¿El último lío en el que me he metido? Ni más ni menos que en el maravilloso mundo de las clases extraescolares. Ya os podéis imaginar la situación: 5 de la tarde, un aula, una pizarra, un libro de inglés y 14 niños de entre 8 y 11 años agotados después de haber estado todo el día de clase en clase, parando sólo para almorzar... Casi nada. 
Pero bueno, confieso que después del "sustillo" del primer día (parece que no, pero tener a tantos ojos a la vez mirándote, preguntándote y esperando a que les des algo para hacer impone, y mucho), poco a poco me va motivando más el hecho de tener que hacer "mis deberes" y prepararles actividades pensando en cómo motivarles y en cómo hacer que aprendan y se lo pasen bien a la vez. De momento parece que vamos por buen camino, a ver si sigue igual hasta final de curso y me gano la etiqueta de profe molona :P En fin, soñar es gratis, y vamos a lo que vamos, que siempre me lío...
Como os contaba, por una cosa o por otra siempre termino yendo muy justa de tiempo. Por lo menos ya he aprendido la lección, y cuando quiero y veo que puedo aportar mi granito de arena en alguna colaboración, reto, iniciativa, etc., intento planificarme con un par de días de margen y casi siempre agradezco haberlo hecho.
Como cada mes, llegados el día 10, un grupo de bloggers la mar de majetes nos damos cita virtual para participar en la iniciativa de La Cocina Typical Spanish publicando una receta tradicional de nuestro país. 
Klerit, autora del blog Código Secreto 208 ha sido nuestra anfitriona de este mes y nos ha querido transportar virtualmente a las cocinas de los conventos y los monasterios de nuestro país y descubrir así las delicias que se preparaban y se preparan en esos benditos lugares... ¡Y tan benditos!
Confieso que este mes he disfrutado de lo lindo con un reto tan "divino", y es que me matado unos cuantos pájaros de un tiro: Por  fin he ido a Caelum, una pastelería-cafetería de Barcelona dedicada única y exclusivamente a los dulces de convento a la que me moría de ganas de ir desde hacía mucho tiempo; He aprendido un montón de cosas gracias a todo el contenido que hemos ido compartiendo entre todos los participantes a lo largo del mes; He preparado una receta que tenía pendiente también desde hacía mucho y, para rematar, ha sido un éxito rotundo en casa. Por mi, reto más que superado :)
Sé que las tortas de aceite y anís son un dulce muy conocido y que quizás no se considere una receta de convento como tal, pero aparecen en los recetarios de muchos y yo, que he tenido oportunidad en más de una ocasión de probar las tortas de aceite hechas por monjas, os puedo asegurar que no tienen nada que ver con las que compramos en el supermercado... ¡Espectaculares, deliciosas, puro vicio! Tan crujientes, tan dulces y tan aromáticas que cuesta comerse sólo una. Aunque bueno, se puede decir que es uno de esos "caprichos sanos", pues son 100% mediterráneas, con un buen aceite de oliva, sin huevos y sin lácteos. Por rizar un poco más el rizo y hacerlas un pelín más beneficiosas para mi, las he preparado con harina integral, cosa que no ha alterado el resultado en absoluto. 
Por supuesto, no son 100% auténticas y no me han salido perfectas, pero le he puesto mucho cariño y a nosotros nos han sabido a gloria. 
Como no podía ser de otro modo, aprovecho para dedicárselas a mi yayo, que en paz descanse. Rara era la tarde en la que el hombre, ya bien almorzado y con el cansancio acumulado de haber estado toda la mañana trabajando en el huerto y de haberme cuidado, no se tomara su café con leche y su torta de aceite. Él con lo suyo y yo con mi pan migado en leche con cacao, eran las mejores meriendas del mundo mundial.
Sin más, os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para unas 12 tortas):
- 100 gr harina de trigo integral
- 50 ml agua templada
- 25 gr aceite de oliva virgen extra
- 1/2 cucharada de anís en grano
- 1/2 cucharada de ajonjolí (sésamo)
- 5 gr levadura seca de panadería
- 1 cucharada sopera grande de anís dulce
- 30 gr azúcar + un poco más para rebozar
- 1 piel de un limón y/o una naranja
- 1 pizca sal

- Para empezar, ponemos en un cazo a fuego más bien bajo el aceite con la piel del limón y/o la naranja (o ambos) y templamos hasta que humee un poco. Entonces retiramos del fuego, añadimos el anís en grano y dejamos infusionar hasta que enfríe por completo, momento en el que retiraremos la piel de la fruta. Reservamos.
- En un bol grande mezclamos bien la harina, la sal, el azúcar, el sésamo y la levadura. Añadimos entonces el agua, el aceite frío y la cucharada sopera de anís dulce y amasamos bien hasta formar una bola de masa que no se pegue a las manos. Dejamos reposar la masa dentro del bol tapada en un lugar cálido hasta que doble su tamaño (1 y 1/2 hora más o menos).
- Antes de continuar, encendemos y precalentamos el horno a 210 ºC, calor arriba y abajo.
- Pasado este tiempo, enharinamos un poco la superficie de trabajo y volvemos a amasar para desgasificar un poco la masa.
- A continuación, vamos cogiendo bolas de masa en función del tamaño en que queramos las tortas y las aplanamos todo lo que podamos. Podemos ayudarnos de un rodillo.
- Seguidamente, colocamos las tortas planas en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal y las espolvoreamos con un poco de azúcar.
-  Horneamos las tortas a 210ºC durante 10-12 minutos, o hasta que estén doraditas al gusto.
- Retiramos el horno y dejamos enfriar por completo antes de consumir.




Notas:
- Al salir del horno puede parecer que estas tortas aún están un poco blandas, pero se terminan de endurecer al enfriarse y quedan muy, muy crujientes, sobretodo si conseguís que os queden finitas.
- El toque de la piel de los cítricos es algo que va muy a gustos: Hay quien le pone limón y naranja, o sólo limón, o sólo naranja, o le añade un poco de ralladura a la masa... Quedan unas tortas deliciosas de todos modos.
- En una caja de metal apta para guardar galletas o incluso en un táper, estas tortas se conservan crujientes 4-5 días. A partir de ahí empiezan a ponerse un poco blandas, pero mojadas en el café o en la leche están ricas igual.




Y esto es todo, por ahora.
Mantengo mi promesa de pasarme por vuestros blogs y disfrutar con todo lo rico que habéis estado cocinando estos días.
Antes de despedirme os dejo también el enlace al recopilatorio de este mes que, para variar, nos ha quedado divino, y nunca mejor dicho je je.
¡Millones de gracias por seguir ahí, y feliz semana!