Mostrando entradas con la etiqueta Masas y panes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Masas y panes. Mostrar todas las entradas

martes, 10 de enero de 2017

UNTABLE DE SETAS Y TOSTAS DE SETAS Y ATÚN PARA #DANDOLALATATS



Nuevo año, nuevo mes, de nuevo es día 10 y de nuevo me toca terminar mi propuesta para el reto de La Cocina Typical Spanish en el último momento, a pesar de haberla enviado hace ya unos días... Esta vez me veo en la obligación de entonar el "mea culpa" y confieso que se me ha ido pasando la fecha sin querer y queriendo, pues llevo un despiste encima que no parece ni medio normal en mí. Bueno, muchos lo llaman síndrome postvacacional... ¿Ah, pero eso existe de verdad, o es pura ñoñería nuestra? En fin, reflexiones tontas aparte, vamos a lo que vamos.
Desde que se dió a conocer la propuesta de este mes, dadas las fechas que se nos avecinaban y la firme promesa que me había hecho de no pasarlas en la cocina la mayor parte del tiempo, tuve claro que, fuese cual fuese mi receta, mataría dos pájaros de un tiro: primero y obvio, que sería apta para formar parte del recopilatorio, y segundo, que formaría parte del menú de una de esas comilonas navideñas a las que nos hemos "enfrentado" (más de uno ya no baja las escaleras andando, si no rodando, os lo aseguro)... Y así fue, y nos gustó tanto que aquí estoy para contaroslo.
Después de las navidades, a muchos todavía nos quedan dando vueltas por la cocina restos de turrón, algún que otro polvorón, un trozo de queso que amenaza con convertirse en piedra en breve, etc. Para dar salida a todos estos restos de comida, nada mejor que echar mano de un poco de imaginación y de un buen recetario de aprovechamiento.
En el caso de otros tantos, la situación será completamente distinta: os habréis hinchado a turrón, a jamón y a lubina (¡y bien hecho, que una vez al año no hace daño!) hasta el punto de quedaros con las despensas vacías y los bolsillos temblando. Pero... ¿Qué es lo que no falta nunca en ninguna despensa? Pues sí, allá en el fondo muy muy fondo de nuestras alacenas, siempre nos quedará esa latita de atún olvidada, esa macedonia de frutas en almíbar que traía la cesta de papá de este año, o ese bote de tomate frito que nos ha salvado más de un plato de pasta para los nenes... ¡Las conservas, claro!
Así que este mes de enero, nos ha tocado cocinar con conservas y elaborar platos "typical spanish" teniendo como ingrediente principal alguno de estos productos.
Ya os he comentado en alguna ocasión que, desde siempre, mi yaya ha tenido y tiene muy buena mano para preparar conservas, básicamente de tomate frito, pisto (que me encanta utilizar en platos de pasta) y alguna que otra mermelada, y nos surte bastante regularmente a mi madre y a mí de ellas (menudo trapicheo de botes nos traemos por costumbre...).
Por otro lado, una de las costumbres navideñas que más disfrutamos en casa es la de preparar una buena variedad de canapés y tostas a modo de entrante, suficientes para abrir boca y seguir después con un plato más consistente y una sobremesa dulce.
Marc y yo cenamos en casa la noche de fin de año y no vi mejor ocasión en todas las vacaciones que esa para ponerme manos a la obra: los dos solos en casa. sin más prisas que las de llegar cenados a las 12 en punto, y cámara en mano.
Nuestra cena de fin de año fue muy sencilla, pues me decanté por un buen pica pica acompañado de buen vino y una sobremesa dulce, pero nos encantó igual.
Y he aquí mi aportación: Tostas de setas y queso de cabra, tostas de atún, mayonesa y pimientos, y una crema untable de setas.
De verdad, pocas veces hemos cenado tan rico, tan barato y con tan poco trabajo. Tostar el pan, abrir y combinar latas, un golpe de batidora, y poco más.
Mi maridín tiene claro que la tosta de atún fue su favorita (de hecho, he tenido que hacersela una vez más), pero yo no me veo capaz de decantarme por ninguna de las tres elaboraciones. Que el atún y los pimientos morrones combinan de maravilla es algo que ya se sabe, pero no os digo nada de las setas con el queso de cabra o las setas con el queso crema... ¡Para no parar de dipear, vaya!
En fin, sin más, os dejo con los ingredientes y la preparación, sencilla a más no poder:




Ingredientes (para 2 personas):
- 4 panecillos individuales (de centeno, con pipas...)
- 1 bote de setas variadas en conserva (170 gramos peso neto)
- 4 lonchas gorditas de queso rulo de cabra
- 1 cucharada sopera de leche semidesnatada
- 1 lata de atún en aceite de oliva
- 1 cucharada sopera grande de mayonesa vegetal
- 1 cucharadita de aceite de oliva suave
- Sal, ajo en polvo, perejil picado y pimienta, al gusto
- Colines, regañás o torradas, para acompañar

- Escurrimos bien las setas y las salteamos en una sartén con un poco de aceite a fuego alto hasta que suelten toda su agua. Añadimos también la sal y las especias al gusto, retiramos del fuego y reservamos.
- Por otro lado, escurrimos bien el atún y los pimientos.
- En un bol, picamos 3 de los pimientos muy menudos y los mezclamos con el atún y la mayonesa vegetal. 
- Seguidamente, precalentamos el horno a 220ºC. Abrimos los bollos por la mitad y los tostamos 2 de las mitades. Reservamos.
- Sobre las 2 mitades de pan sin tostar, colocamos unas cuantas setas y un par de lonchas de queso rulo de cabra y tostamos en el horno a 220ºC durante 5-6 minutos. Sacamos, colocamos en un plato y reservamos.
- Sobre las mitades de pan tostado, repartimos la mezcla de atún, pimientos y mayonesa, y terminamos con un par de tiras de pimiento. Colocamos en el mismo plato y reservamos.
- Para hacer la crema o untable de setas, ponemos las setas que nos han sobrado, el queso crema y la leche en el vaso de la batidora. Trituramos todo durante 1 minuto y probamos para rectificar de sal y/o especias. Trituramos un poco más si fuese necesario y lo colocamos en un bol pequeño.
- Servimos las tostas y la crema tal cual, acompañado de unos colines o regañás de pan para la crema.




Notas:
- Al tratarse de elaboraciones tan sencillas, os recomiendo que les déis un toque personal e incluso "gourmet" utilizando, por ejemplo, algunas variedades de pan distintas a las habituales (de pipas, de centeno, de espelta, con semillas de amapola, etc) y, sobretodo, buenas conservas. Algo sencillo puede convertirse en algo exquisito si usamos buenos ingredientes.
- Si queréis ahorraros bastante tiempo en la cocina llegada la hora de la cena, podéis hacer como hice yo y dejar listas la mayoría de elaboraciones (las setas salteadas, la base de atún y pimientos, la crema, las rodajas de queso, etc), justo para montar las tostas y darles el toque final en el último momento.




Y me despido hasta la próxima receta, no sin antes dejaros el enlace al recopilatorio de este mes, Con la "lata" que nos han dado las chicas, seguro que no tiene desperdicio alguno je je.
De nuevo, mis mejores deseos para el 2017, y millones de gracias por seguir ahí.
Fotos: Marc RT Studios

lunes, 10 de octubre de 2016

TORTAS DE ACEITE Y ANÍS PARA #ELHÁBITOSÍHACEALMONJETS



Bien, llegados a este punto y viendo mi ritmo de publicaciones actual, he pasado de sentirme como una niña friki de la cocina que intenta llevar un blog de la manera más decente posible, a sentirme como San Andrés, "ese que viene una vez al mes" (chicas, ya sabéis a lo que me refiero)... 
No os engañéis, no hay ni habrá ninguna otra ley más científica y más cierta en este mundo que la Ley de Murphy. Porque si el señor Murphy pudo demostrar en su momento que la tostada se te va a caer siempre del lado de la mantequilla, ¿Que pasa cuando Miss Debora se pone a preparar alguna publicación para subirla al blog? Pues exactamente lo mismo, que acaba pringando todo el suelo de la cocina de mantequilla (qué metafórico me ha quedado eso...).
¿El último lío en el que me he metido? Ni más ni menos que en el maravilloso mundo de las clases extraescolares. Ya os podéis imaginar la situación: 5 de la tarde, un aula, una pizarra, un libro de inglés y 14 niños de entre 8 y 11 años agotados después de haber estado todo el día de clase en clase, parando sólo para almorzar... Casi nada. 
Pero bueno, confieso que después del "sustillo" del primer día (parece que no, pero tener a tantos ojos a la vez mirándote, preguntándote y esperando a que les des algo para hacer impone, y mucho), poco a poco me va motivando más el hecho de tener que hacer "mis deberes" y prepararles actividades pensando en cómo motivarles y en cómo hacer que aprendan y se lo pasen bien a la vez. De momento parece que vamos por buen camino, a ver si sigue igual hasta final de curso y me gano la etiqueta de profe molona :P En fin, soñar es gratis, y vamos a lo que vamos, que siempre me lío...
Como os contaba, por una cosa o por otra siempre termino yendo muy justa de tiempo. Por lo menos ya he aprendido la lección, y cuando quiero y veo que puedo aportar mi granito de arena en alguna colaboración, reto, iniciativa, etc., intento planificarme con un par de días de margen y casi siempre agradezco haberlo hecho.
Como cada mes, llegados el día 10, un grupo de bloggers la mar de majetes nos damos cita virtual para participar en la iniciativa de La Cocina Typical Spanish publicando una receta tradicional de nuestro país. 
Klerit, autora del blog Código Secreto 208 ha sido nuestra anfitriona de este mes y nos ha querido transportar virtualmente a las cocinas de los conventos y los monasterios de nuestro país y descubrir así las delicias que se preparaban y se preparan en esos benditos lugares... ¡Y tan benditos!
Confieso que este mes he disfrutado de lo lindo con un reto tan "divino", y es que me matado unos cuantos pájaros de un tiro: Por  fin he ido a Caelum, una pastelería-cafetería de Barcelona dedicada única y exclusivamente a los dulces de convento a la que me moría de ganas de ir desde hacía mucho tiempo; He aprendido un montón de cosas gracias a todo el contenido que hemos ido compartiendo entre todos los participantes a lo largo del mes; He preparado una receta que tenía pendiente también desde hacía mucho y, para rematar, ha sido un éxito rotundo en casa. Por mi, reto más que superado :)
Sé que las tortas de aceite y anís son un dulce muy conocido y que quizás no se considere una receta de convento como tal, pero aparecen en los recetarios de muchos y yo, que he tenido oportunidad en más de una ocasión de probar las tortas de aceite hechas por monjas, os puedo asegurar que no tienen nada que ver con las que compramos en el supermercado... ¡Espectaculares, deliciosas, puro vicio! Tan crujientes, tan dulces y tan aromáticas que cuesta comerse sólo una. Aunque bueno, se puede decir que es uno de esos "caprichos sanos", pues son 100% mediterráneas, con un buen aceite de oliva, sin huevos y sin lácteos. Por rizar un poco más el rizo y hacerlas un pelín más beneficiosas para mi, las he preparado con harina integral, cosa que no ha alterado el resultado en absoluto. 
Por supuesto, no son 100% auténticas y no me han salido perfectas, pero le he puesto mucho cariño y a nosotros nos han sabido a gloria. 
Como no podía ser de otro modo, aprovecho para dedicárselas a mi yayo, que en paz descanse. Rara era la tarde en la que el hombre, ya bien almorzado y con el cansancio acumulado de haber estado toda la mañana trabajando en el huerto y de haberme cuidado, no se tomara su café con leche y su torta de aceite. Él con lo suyo y yo con mi pan migado en leche con cacao, eran las mejores meriendas del mundo mundial.
Sin más, os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para unas 12 tortas):
- 100 gr harina de trigo integral
- 50 ml agua templada
- 25 gr aceite de oliva virgen extra
- 1/2 cucharada de anís en grano
- 1/2 cucharada de ajonjolí (sésamo)
- 5 gr levadura seca de panadería
- 1 cucharada sopera grande de anís dulce
- 30 gr azúcar + un poco más para rebozar
- 1 piel de un limón y/o una naranja
- 1 pizca sal

- Para empezar, ponemos en un cazo a fuego más bien bajo el aceite con la piel del limón y/o la naranja (o ambos) y templamos hasta que humee un poco. Entonces retiramos del fuego, añadimos el anís en grano y dejamos infusionar hasta que enfríe por completo, momento en el que retiraremos la piel de la fruta. Reservamos.
- En un bol grande mezclamos bien la harina, la sal, el azúcar, el sésamo y la levadura. Añadimos entonces el agua, el aceite frío y la cucharada sopera de anís dulce y amasamos bien hasta formar una bola de masa que no se pegue a las manos. Dejamos reposar la masa dentro del bol tapada en un lugar cálido hasta que doble su tamaño (1 y 1/2 hora más o menos).
- Antes de continuar, encendemos y precalentamos el horno a 210 ºC, calor arriba y abajo.
- Pasado este tiempo, enharinamos un poco la superficie de trabajo y volvemos a amasar para desgasificar un poco la masa.
- A continuación, vamos cogiendo bolas de masa en función del tamaño en que queramos las tortas y las aplanamos todo lo que podamos. Podemos ayudarnos de un rodillo.
- Seguidamente, colocamos las tortas planas en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal y las espolvoreamos con un poco de azúcar.
-  Horneamos las tortas a 210ºC durante 10-12 minutos, o hasta que estén doraditas al gusto.
- Retiramos el horno y dejamos enfriar por completo antes de consumir.




Notas:
- Al salir del horno puede parecer que estas tortas aún están un poco blandas, pero se terminan de endurecer al enfriarse y quedan muy, muy crujientes, sobretodo si conseguís que os queden finitas.
- El toque de la piel de los cítricos es algo que va muy a gustos: Hay quien le pone limón y naranja, o sólo limón, o sólo naranja, o le añade un poco de ralladura a la masa... Quedan unas tortas deliciosas de todos modos.
- En una caja de metal apta para guardar galletas o incluso en un táper, estas tortas se conservan crujientes 4-5 días. A partir de ahí empiezan a ponerse un poco blandas, pero mojadas en el café o en la leche están ricas igual.




Y esto es todo, por ahora.
Mantengo mi promesa de pasarme por vuestros blogs y disfrutar con todo lo rico que habéis estado cocinando estos días.
Antes de despedirme os dejo también el enlace al recopilatorio de este mes que, para variar, nos ha quedado divino, y nunca mejor dicho je je.
¡Millones de gracias por seguir ahí, y feliz semana!

jueves, 4 de febrero de 2016

BOLLOS RELLENOS DE MORCILLA Y QUESO



Que de los errores se aprende, está claro. Y que es de sabios rectificar, también.
Como os explicaba hace unos días (¿Ya ha pasado casi un mes? El tiempo vuela...), para la última propuesta del reto mensual de La Cocina Typical Spanish, para el cual se nos propuso cocinar una masa salada, cometí el error de leerme las condiciones muy muy muy por encima y, en un alarde de inspiración y con mucho mono "panarra", terminé preparando unos bollos rellenos. Mira que existen recetas de masas saladas típicas de nuestra gastronomía (cocas, empanadas, empanadillas, tartas...) y voy y preparo unos bollos, cuando la única condición que se nos exigía era que no fueran ni panes ni masas por el estilo... Lo dije y lo digo, olé yo.
En fin, después de levantarme a las 8 de la mañana, preparar y dejar levar la masa de pan, dividirla en bolas, rellenarlas de queso y morcilla y ponerme manos a la obra con las fotos y la redacción de la entrada, tuve que dejarla en la penumbra y volver a ponerme manos a la obra (o a la masa), volver a encender el horno, volver a sacar la cámara, volver a redactar... En fin, que el mes pasado tuve que trabajar por dos... Bueno, como dice mi madre, "sarna con gusto no pica" y no tengo excusa, fue culpa mía.
Juro ante las responsables del reto, todas las demás personas que dedicáis unos minutos de vuestro tiempo a leerme e incluso ante las mismísimas autoridades de blogspot (vale, se me va a pinza...) que, a partir de ahora, deberes hechos y newsletters bien leídas antes de entrar en faena, que bastante justitos me llegan los días como para apretarlos más todavía...
Y como comer hay que comer todos los días, pues terminamos dando muy buena cuenta de los bollos, pues, aunque eran la prueba definitiva de mi metedura de pata, quedaron riquísimos. Igual que los que le preparé a mi abuela hace un tiempo, la masa levó perfectamente y quedó un poco más húmeda y jugosa gracias a la grasita de la morcilla y al queso fundido.
Un par de bollos de estos y una ensalada completa fueron nuestro almuerzo de ese día, y la verdad es que comimos la mar de completo y rico.
Os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para unos 4-5 bollos):
- 120 gramos de harina de trigo integral
- 75 ml de agua 
- 1 gramo de sal
- 5 gramos de levadura fresca de panadería
- 1/2 morcilla de arroz
- Tacos de queso emmental

- Para empezar, ponemos la harina en un bol grande con la levadura desmenuzada y añadimos la sal y el agua. Mezclamos a mano unos 5 minutos hasta que la masa empiece a formarse.
- Pasamos la masa a una superfície de trabajo y la amasamos durante unos minutos, estirándola y levantándola para que coja aire, hasta que esté firme y manejable. 
- En forma de bola, colocamos la masa en un bol untado de aceite y la dejamos reposar una hora más o menos en un lugar cálido.
- Pasado el tiempo, volvemos a amasar para desgasificar la masa.
- Antes de continuar, precalentamos el horno a 210ºC, sin aire.
- Seguidamente, cortamos la masa en 4 porciones y le damos forma de pequeñas bolas.
- Ahora cogemos 2 bolitas, la aplastamos un poco y ponemos una porción generosa de morcilla dentro, arremetiendo los bordes para formar el bollito. Hacemos lo mismo con las otras dos bolitas y los tacos de queso emmental.
- Colocamos los bollitos en una bandeja de horno con suficiente espacio entre ellos, los dejamos reposar unos 5 minutos y los introducimos en el horno durante 20 minutos más o menos.
- Apagamos el horno, retiramos los bollitos y los dejamos enfriar completamente encima de una rejilla antes de consumir.




Notas: 
- La receta original propone pintar los bollitos con leche y sal antes de hornearlos para que queden más dorados. Yo no lo hice, pero el resultado fue bueno igual.
- Tuve que aumentar un poco la cantidad de agua que utilicé porque la harina integral absorbe más líquido que la convencional.
- No conviene rellenar los bollos en exceso, especialmente en el caso del queso, pues crecen bastante durante el horneado y es fácil que termine saliéndose.
- Si queréis que los bollos os queden todavía más jugosos, podéis usar morcilla de cebolla en vez de arroz.


Nada más por ahora.
Espero que os haya gustado la receta.
¡Feliz jueves!

domingo, 10 de enero de 2016

COCA DE VERDURAS Y QUESO CURADO PARA EL RETO #ELSECRETOESTAENLAMASATS



¡Por los pelos de un calvo, madre mía!
Otra vez me las he visto y me las he deseado para llegar a tiempo a la cita con La Cocina Typical Spanish de este mes. ¿Reto rebuscado y complicado? ¿Receta fallida? ¿Falta de tiempo? Nada de eso, y asumo toda la culpa de lo que me ha pasado.
Chica confiada, que se fue a la Universidad de Santander a estudiar inglés una semana, durante la cual recibió la newsletter mensual con todos los detalles sobre la nueva propuesta, le echó un vistazo rápido y decidió leerla con más calma cuando volviera a casa. Evidentemente, no volví a abrir la newsletter, convenciéndome a mi misma de que lo tenía todo claro... Craso error. Este mes le ha tocado a Juanan, del blog Cuuking, ser el anfitrión del reto. La propuesta de Juanan ha sido cocinar una masa salada, y hemos tenido total libertad para escoger una receta entre todas aquellas que sean típicas de nuestro país... ¡Y mira que hay! Cocas, tartas, empanadas, empanadillas, y un largo etcétera. La única condición que se nos exigía era que no preparásemos panes ni masas similares... ¿Y que hace Debora, en un arranque de inspiración y ganas de demostrar que cada vez se siente más suelta entre harinas y levaduras? Pues levantarse a las 8 de la mañana, preparar y dejar levar masa de pan, dividirla en bolas, rellenarlas de queso, morcilla y chorizo, preparar otra versión de los archiconocidos y tradicionales bollos preñaos, y ponerse manos a la obra con las fotos y la redacción de la entrada. ¡Olé yo, si señor! Menos mal que Verónica, una de las responsables del reto y autora del blog Cocinando para mis cachorritos, fue muy oportuna y nos volvió a recordar las bases de este mes a través de facebook, porque si no me hubiera sido completamente imposible preparar otra cosa.
Y aquí estamos, vuelta a amasar, dejar levar, rellenar, hornear, fotografiar y redactar, a las tantas y dejándome la vista en ello... En fin, como dice mi madre, "sarna con gusto no pica" y esta vez no tengo excusa, mea culpa.
Puesto que es una elaboración típica de mi región, que a mi chico le encanta y que termina siendo nuestra cena, como mínimo, un par de veces por semana, he decidido preparar una coca.
Las cocas son masas similares a las de pan, pero enriquecidas con aceite de oliva, y que pueden llevar rellenos tanto dulces como salados. Las cocas son muy típicas de Cataluña y también de la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares, y las hay de muchísimos tipos y muy conocidas: Coca de recapte (con escalivada y sardinas o anchoas), Coca de trempó (de verduras), Coca de chicharrones, Coca de anís, y un largo etcétera.
Esta vez yo la he preparado con verduras y unos dados de queso curado que tenía en la nevera, y el resultado nos ha gustado mucho. Merece la pena ir probando rellenos distintos una vez se le tenga el punto cogido a la masa, pues las cocas pueden ser un plato muy equilibrado que, acompañado de una buena ensalada, unas verduras a la plancha o incluso una crema de verduras, te solucionan el almuerzo muy rica y dignamente, sea a mesa puesta o para llevar el en táper del trabajo.
Sin más, os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para 2 personas):
Para la masa:
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva suave
-100 gramos de harina de trigo común + un poco más para amasar
- 3 gramos de levadura fresca de panadería
- Un vaso de agua templada (200 ml aprox.)
- Sal, al gusto

Para el relleno:
- 1 pimiento italiano mediano
- 1/2 cebolla
- 2 cucharadas soperas de tomate natural triturado o tomate a rodajas
- 60 gramos de queso curado a dados
- Un chorrito de aceite de oliva suave
- Perejil y orégano picado, al gusto

- Antes de empezar propiamente con la elaboración de la coca, prepararemos la masa para dejarla levar. En un bol, ponemos la harina, el aceite, la sal, la levadura y 3/4 partes del agua. Amasamos hasta obtener una masa homogénea, añadiendo más agua si fuese necesario. La dejaremos reposar en un sitio cálido una hora más o menos.
- Pasada la hora, volcamos la masa sobre la superficie donde vayamos a trabajarla y amasamos bien durante 5 minutos. Podemos añadir un poco más de harina si fuese necesario.
- En una bandeja de horno, colocamos un papel de aluminio engrasado con aceite o un papel de horno y vamos estirando la masa encima, dándole forma ovalada y sin dejarla demasiado fina.
- Limpiamos y cortamos el pimiento y la cebolla en juliana fina.
- Ahora añadimos las verduras y el queso al gusto, repartidos más o menos por igual. Primero extendemos el tomate por la masa, y seguimos con el resto de ingredientes.
- Pre calentamos el horno a una temperatura más bien baja, unos 160-170º.
- Dejamos reposar la coca unos 20-25 minutos antes de introducirla en el horno.
- Pasado ese tiempo, metemos la coca en el horno a media altura y la dejamos cocer unos 20 minutos a 170º para que termine de subir un poco, pero no demasiado.
- Subimos el horno a 220º y dejamos cocer unos 10-12 minutos más, o hasta que esté doradita.
- Ahora solo nos queda sacar la coca del horno, espolvorearla con orégano o perejil, rociarla con un poco de aceite de oliva y dejarla enfriar unos minutos antes de servir, cortada en porciones.




Notas:
- Como ya he dicho, las cocas admiten rellenos de todo tipo. En casa la comemos con verduras y queso de cabra, con atún y pimientos, de queso y jamón, etc. Una delicia.
- Si no tenéis tiempo de preparar la masa y dejarla levar, siempre podéis optar por emplear masa de pizza e incluso de hojaldre refrigerada. Sale rica igual, pero no termina de ser lo mismo.


Nada más por ahora. Espero que os haya gustado mi aportación de este mes y que os animéis a echarles un vistazo a las del resto de mis compis, son todas fantásticas y se lo merecen, pues much@s han ido incluso más apurad@s que yo. Las tenéis todas en este enlace.

¡Mil gracias por seguir ahí, y feliz inicio de semana!

viernes, 13 de noviembre de 2015

BOLLOS PREÑAOS INTEGRALES



"Pues eso que después de más de dos horas allí metidas (que si ahora te tomo la tensión, que si ahora te miro la vista, que si ahora te peso, que si ahora...) le dije a tu madre de ir un momento al "Correfú" (Carrefour para el resto del mundo) a comprar un par de cosicas que me hacían falta y luego invitarla a tomar un cafelito.
Cuando ya teníamos toda la compra en el carro y nos pusimos a la cola, veo que la chica de la panadería empieza a sacar unos bollitos de pan la mar de "cuscurritos" (cocidos, crujientes, dorados...) y, sin pensarlo dos veces, me quedo haciendo cola y mando a tu madre a por tres bollos.
Ese día me había preparado para comer unas lentejitas viudas (sin nada de carne, sólo verduras) y llegué a casa con tanta hambre que le pedí a tu  madre que me las dejara en la mesa calentitas antes de irse. Total, que empiezo a comerme las lentejas y eso que me apetece un poco de pan entre cucharada y cucharada. Imagínate como me quedé cuando le doy un mordisco a mi bollo y está duro por dentro... y cuesta de masticar, y mancha las manos de grasa, y lleva pimentón, y... ¡Te puedes creer que llevaba un chorizo dentro! ¡Oye, una que intenta moderarse en todo lo que come, se prepara las lentejas sin "chicha" ninguna, y le meten un chorizo en el pan! Pues nada, por tal de no dejarlo ahí y que se pusiera duro, me lo tuve que comer, qué remedio... Oye Deborilla, ¿tu sabrías prepararme unos bollos como los del "Correfú"? Es que hoy he vuelto a encargárselos a tu madre y no quedaba ni uno. Además, seguro que hechos en casa están mucho más ricos...".

Vas a visitar a la yaya después de una revisión médica, con la intención de saber si todo ha salido bien y si ella está bien, y te suelta esta historieta de carrerilla... Imaginaos, un no parar de reír. Y así, como quien no quiere la cosa, va la mujer y me encarga esos bollos que, "porque no tenía más remedio", se comió ese día... Si es que me dejo liar muy fácilmente...
Los bollos rellenos de chorizo o bollos "preñaos" no son más que unos bollitos rellenos de chorizo típicos de Asturias que, tanto si habéis visitado estas preciosas tierras como si no, es muy probable que conozcáis. Yo los conocía pero, hasta la fecha, no los había preparado nunca y he tenido que investigar un poco más a fondo sobre el tema. Aparte de los ingredientes, tiempos de reposo, tiempos de cocción, etc., he descubierto que los bollos "preñaos" se preparan tanto en formato bocado como en tamaño bocadillo, y que también se rellenan con queso Cabrales y con otros ingredientes, pero que sin duda los que se llevan el protagonismo son siempre los preparados con chorizo, asturiano a ser posible.
Teniendo un chorizo artesano en la nevera (catalán, no asturiano, pero no vamos a ponernos tiquismiquis) y quilo y medio de preparado integral para masas en la despensa, me levanté al día siguiente dispuesta a pasarme la mañana con las manos "en la masa", literalmente.
Siguiendo las directrices de la receta que me pareció más asequible y que Ester Clemente había publicado hacía muy poquito en Directo al Paladar, me puse manos a la obra sin mucha fe en  el resultado final (las primeras veces siempre son difíciles). Pero poco a poco me fui animando al ver que salía todo según lo previsto y que, al final, los bollitos quedaron bastante bien.
Al cocer el chorizo en el horno dentro de la masa, ésta quedó impregnada de la grasita del chorizo e hizo que fuera mucho más húmeda, jugosa y, por supuesto, sabrosa, algo que siempre es de agradecer cuando se trabaja con masas integrales. Vaya, un bocado delicioso que os recomiendo probar, sobretodo si sois muy "choriceros".
Al final, abuela contenta, novio contento y servidora contenta :).
Os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para unos 7-8 bollos):
- 200 gramos de harina de trigo integral
- 150 ml de agua 
- 3 gramos de sal
- 10 gramos de levadura fresca de panadería
- 1 chorizo fresco

- Para empezar, ponemos la harina en un bol grande con la levadura desmenuzada y añadimos la sal y el agua. Mezclamos a mano unos 5 minutos hasta que la masa empiece a formarse.
- Pasamos la masa a una superfície de trabajo y la amasamos durante unos minutos, estirándola y levantándola para que coja aire, hasta que esté firme y manejable. 
- En forma de bola, colocamos la masa en un bol untado de aceite y la dejamos reposar una hora más o menos en un lugar cálido.
- Pasado el tiempo, volvemos a amasar para desgasificar la masa.
- Antes de continuar, precalentamos el horno a 210ºC, sin aire.
- Seguidamente, cortamos la masa en 7-8 porciones y le damos forma de pequeñas bolas.
- Ahora cogemos cada bolita, la aplastamos un poco y ponemos una porción generosa de chorizo dentro, arremetiendo los bordes para formar el bollito.
- Colocamos los bollitos en una bandeja de horno con suficiente espacio entre ellos, los dejamos reposar unos 5 minutos y los introducimos en el horno durante 20 minutos más o menos.
- Apagamos el horno, retiramos los bollitos y los dejamos enfriar completamente encima de una rejilla antes de consumir.




Notas: 
- La receta original propone pintar los bollitos con leche y sal antes de hornearlos para que queden más dorados. Yo no lo hice porque se me olvidó, pero el resultado fue bueno igual.
- Tuve que aumentar un poco la cantidad de agua que utilicé porque la harina integral absorbe más líquido que la refinada.
- Estos bollos son ideales para un picoteo, una merienda o una cena informal, acompañados de una buena ensalada y, a poder ser, un vaso de sidra asturiana.


Nada más por ahora.
Espero que os haya gustado la receta y que disfrutéis muchísimos del fin de semana.
¡Mil gracias por seguir ahí!

miércoles, 26 de agosto de 2015

COCA DE CALABACÍN Y CEBOLLA



Me gusta el verano, por poder despertarme con un sol radiante entrando por las rendijas de la persiana, por poder vestirme mucho más sencilla y fresca, por las largas siestas hasta que pase el calor de la tarde, por los interminables paseos por la playa mientras empieza a caer la noche, y por terminarla tomando un helado en alguna terraza o dándote un largo baño en alguna playa solitaria.
A veces el exceso de calor nos nubla tanto la sesera que nos hace olvidar que esta época es digna de disfrutarla. Pequeños placeres que, sea por el motivo que sea, no podemos disfrutar a diario pero que, precisamente por eso, los aprovechamos al máximo cuando tenemos la oportunidad y nos ayudan a mantenernos en equilibrio.
Pero si hay algo que realmente me gusta del verano es que los huertos se llenan a verduras deliciosas a las que hay que buscarles salida. Si como yo tenéis la grandísima suerte de poder comprar verduras crecidas a un ritmo natural, al sol, sin ningún tipo de pesticida, de esas que da gloria verlas y todavía más gloria comerlas, sabréis de lo que hablo.
Ayer, mientras pensaba qué hacer para la cena, abrí la nevera para ver qué verduras tenía y como podía sacarles partido, porque habíamos comido algo pesado al mediodía y era lo que más nos pedía el cuerpo. Una cebolla empezada, un calabacín hermoso, y medio envase de queso rallado. Volviendo a la despensa, como suele ser normal en casa, harina, levadura, salvado de avena, aceite de oliva.. Así que ayer, después de mucho tiempo sin hacerlo, nos dimos un homenaje con esta sencilla pero deliciosa coca de calabacín, calabacín 100% natural, calabacín que en verano está en su mejor época y que es una de esas verduras imprescindibles en casa. Por supuesto, sobre una base de masa casera rica en fibra que preparo substituyendo la mitad de la harina por el salvado y que no tiene ningún misterio, pues en cuanto al amasado y al levado se prepara exactamente igual que la tradicional y el sabor y la textura son muy similares.
¿El resultado? Una coca muy ligera, esta vez con una masa fina y crujiente, y con un relleno mucho más rico de lo que esperábamos, pues el calabacín y el queso casan de maravilla.
Con media coca para cada uno y un buen bol de macedonia de fruta, cenamos la mar de bien.
Os dejo los ingredientes y la preparación, y os animo a probarla.




Ingredientes (para una coca grande):
Para la masa:
- 4 cucharadas soperas de harina
- 3 cucharadas soperas de salvado de avena
- Medio sobre de levadura de panadería
- 2 vasos de agua
- Sal y aceite de oliva suave, al gusto

Para el relleno:
- Media cebolla
- 1 calabacín mediano
- Orégano 
- Preparado de queso rallado para pizza (60 gramos aprox.)
- Sal y aceite de oliva suave, al gusto

- Empezamos preparando la masa: en un bol, añadimos la harina, la levadura, el salvado y la sal, y mezclamos en seco. Seguidamente, añadimos el agua y el aceite y mezclamos con las manos hasta obtener una masa homogénea que dejaremos reposar como mínimo una hora tapada en un lugar cálido.
- Una vez la masa haya doblado su tamaño, amasamos de nuevo durante unos 5 minutos y la estiramos sobre la bandeja del horno bien engrasada.
- Cortamos el calabacín en rodajas finas y lo vamos colocando sobre la base de coca, presionando un poco. Hacemos lo mismo con la cebolla. Espolvoreamos con orégano y sal para terminar.
- Pre calentamos el horno a 180º
- Dejamos la coca reposar durante unos 20 minutos e introducimos en el horno durante unos 20 minutos, para que las verduras se hagan y la masa leve un poco más.
- Pasado este tiempo, sacamos la coca del horno, aumentamos la temperatura del mismo a 200-210º, le añadimos el queso y la volvemos a introducir otros 10-12 minutos, o hasta que tenga el dorado deseado.
- Por último, sacamos la coca del horno, la dejamos templar un par de minutos, cortamos en porciones y servimos, espolvoreada con más orégano o incluso con un poco de aceite de oliva si nos gusta.




Notas:
- El salvado es un producto que absorbe mucha agua, de ahí la cantidad utilizada. Se puede preparar la masa perfectamente con harina normal, reduciendo la cantidad de agua a 1 y 1/2 vasos.
- En casa nunca retiramos la piel del calabacín ni de la berenjena, porque es rica en fibra y porque nos encanta que quede al dente y le aporte un toque crujiente. Eso va a gustos.
- No os excedáis con el tiempo del horno, porque en este caso es fácil que el calabacín y/o la masa, al ser muy finos, queden secos.
- Las cocas admiten multitud de rellenos, así que imaginación al poder.


Seguid disfrutando del verano, de las verduras tan ricas que nos ofrece y de las recetas que podemos preparar con ellas, por supuesto.
Abrazos.

martes, 14 de abril de 2015

COCA DE VERDURAS Y JAMÓN YORK




Vuelta a levantarse casi antes de que amanezca, vuelta al trote de trenes, metros y demás, vuelta a los tápers para comer al mediodía, vuelta a dejar la casa limpia la noche anterior, y vuelta a pasarme la mañana fuera de casa... ¡Y como lo agradezco! Llevaba casi medio año sin hacer nada, estudiando y poco más, y  la situación me estaba empezando a pasar factura. La suerte parece haberse puesto un poquito de mi parte, y por fin puedo decir que tengo trabajo. Y lo más importante, puedo decir que me gusta lo que hago. De momento solo llevo unos días, pero estoy muy a gusto y la cosa pinta mejor de cara a los meses siguientes. En turismo ya se sabe, en verano toca trabajar lo suyo, pero merece la pena, al menos para mi. !Qué dure, qué dure! De momento, ganas y optimismo me sobran, y tal y como está el panorama laboral hoy en día, lo voy a estar agradeciendo hasta las mil.
Y hablando de "sobras"... Otra vez me he visto reciclando ingredientes, siempre acaba sobrándome algo de otras recetas. Ayer, mientras pensaba que hacer para la cena, abrí la nevera para ver si me iluminaba y no tirar siempre de lo fácil, un bocadillo y algo de ensalada que, oye, está buenísimo, pero tampoco es la mejor opción para cenar cada día.
Bueno, rebuscando y rebuscando, me encontré con media cebolla que me había sobrado de hacer el arroz, un tomate empezado del bocadillo del desayuno, unos tacos de jamón dulce a punto de caducar, y un bote de olivas abiertas. En la despensa, algo de harina con levadura, aceite de oliva... "Vale, vale, deja de darle vueltas y haz la coca ya" me dije a mi misma. Además, a mi pareja le apasionan las pizzas, cocas y demás, así que cena solucionada.
Una coca es una masa similar a la de pan que puede llevar un relleno dulce o salado. Sus ingredientes básicos suelen ser harina de trigo, sal, levadura y aceite de oliva, y a partir de ahí ya cada cual le añade lo que le apetezca, se cuece en el horno y a comer.
Las cocas son muy típicas de Cataluña y las hay de muchísimos tipos, algunas de ellas muy conocidas: coca de aceite, coca de verduras, coca de anís, coca de chicharrones... y un largo etcétera.
Merece la pena ir probando rellenos distintos a medida que se le coge el punto a la masa, pues las cocas pueden ser un plato muy equilibrado que, como en nuestro caso, acompañado de unas verduras a la plancha o una ensalada, te solucionan una comida en un plis plas.
Como todas las masas, la de coca también necesita reposar un rato, pero por lo demás, son muy rápidas y sencillas de hacer, ideales para cenas rápidas o comidas fuera de casa.





Espero que os guste


Ingredientes (para dos personas):
Masa:
150-170 gramos de harina leudante + un poco más para amasar
Un vaso (200 ml aprox) de agua templada
Una cucharada sopera de aceite de oliva + un poco más para el horneado
Sal al gusto

Relleno:
Cebolla, al gusto
Unas rodajas de tomate natural, al gusto
Olivas negras, al gusto
Jamón york en dados, al gusto
Orégano, sal y aceite de oliva, al gusto

- Antes de empezar propiamente con la elaboración de la coca, preparamos la masa para dejarla levar. En un bol, ponemos la harina, el aceite, la sal y 3/4 partes del agua. Amasamos hasta obtener una masa homogénea, añadiendo más agua si fuese necesario. Ahora la dejamos reposar en un sitio cálido una hora más o menos.
- Pasada la hora, volcamos la masa sobre la superficie donde vayamos a trabajarla y amasamos bien durante 5 minutos. Podemos añadir un poco más de harina si fuese necesario.
- En una bandeja de horno, colocamos un papel de aluminio engrasado con aceite o un papel de horno y vamos estirando la masa encima, dándole forma ovalada y sin dejarla demasiado fina.
- Ahora añadimos los ingredientes al gusto, repartidos más o menos por igual. En este caso, serán cebolla, tomate en rodajas, jamón dulce y olivas.
- Pre calentamos el horno a una temperatura más bien baja, unos 160-170º.
- Dejamos reposar la coca unos 20-25 minutos antes de introducirla en el horno.
- Pasado ese tiempo, metemos la coca en el horno a media altura y la dejamos cocer unos 20 minutos a 170º para que termine de subir un poco, pero no demasiado.
- Subimos el horno a 220º y dejamos cocer unos 10-12 minutos más, o hasta que este doradita.
- Ahora solo nos queda sacar la coca del horno, espolvorearla con orégano, rociarla con un poco de aceite de oliva y dejarla enfriar unos minutos antes de servir, cortada en porciones más o menos iguales.




Notas:
- Como ya he dicho, las cocas admiten rellenos de todo tipo. En casa a veces la comemos con verduras y queso de cabra o con atún y pimientos. Una delicia.
- Si no se tiene tiempo de preparar la masa y dejarla levar, siempre se puede substituir por masa de pizza refrigerada de las que venden en los supermercados. Sale rica igual.


¡Que tengáis un feliz miércoles!
Y, de nuevo, MUCHAS GRACIAS por seguirme, leerme y comentar mis recetas, cada día estoy más contenta con el blog y tengo más ganas de seguir cocinando :)

sábado, 21 de marzo de 2015

PALITOS DE CANELA Y ANÍS





Vaya sábado se nos ha presentado a los que vivimos en Barcelona y alrededores, viento y lluvia desde bien temprano, y no tiene pinta de mejorar...
Pues bueno, en algo provechoso habrá que invertir la tarde, ¿no?. Esta receta es ideal para un día como hoy, una receta extremadamente fácil, rica y que tienes lista en un plis plas, para acompañarla con un café o un buen tazón de chocolate caliente, y a disfrutar del calor del hogar y de la compañía que tengáis, o a la que queráis invitar a merendar, claro está. Si tenéis niños en casa se lo pasaran bomba si dejáis que os ayuden, pues ya os digo, es una receta muy muy fácil.
El sabor es casi idéntico al de las rosquillas fritas de anís de mi yaya, de las de toda la vida, pero el procedimiento es mucho más sencillo y resulta un dulce muchísimo menos pesado, ya que no requiere fritura.
La receta original la vi en Divina Cocina, y es de ahí de donde he sacado las cantidades exactas, pues yo solía hacerlo a ojo.

Espero que os guste

Ingredientes (para una bandeja de 25 piezas aproximadamente):
125 grs. de harina
1 yema de huevo
50 ml de aceite de oliva suave
30 grs. de azúcar + azúcar para el rebozado
1/2 cucharadita de canela molida
1 copita (25 ml) de anís y una cucharadita de anís en grano

Elaboración
- Primero de todo, pre calentamos el horno a 180º
- Colocamos toda la harina en un bol y añadimos la yema de huevo, el aceite, el anís y la copita de anís, la canela y el azúcar.
- Ahora lo mezclamos todo bien hasta que la masa resultante no se pegue a las manos. 
- La masa deberá reposar tapada unos 20 minutos.
- Pasados los 20 minutos, estiramos con las manos la masa y vamos formando tiras largas más o menos iguales.
- Pasamos las tiras por el azúcar y las vamos colocando en una bandeja de horno con un papel de horno o de aluminio ligeramente engrasado.
- Horneamos unos 15 minutos hasta que estén doradas y el azúcar forme una capa caramelizada.
- Dejamos enfriar y servimos.




Notas:
- Yo en vez de anís uso vino moscatel para hacer este dulce, porque su sabor es mucho más suave y me gusta el punto de dulzor que le da.
- Como se ve en la foto, suelo ponerle a los palitos frutos secos por encima antes de hornearlos y pasarlos por el azúcar, para variar un poco, pero tal cual con el azúcar caramelizado están riquísimos.
- Os invito a variar la forma de los palitos, las posibilidades son infinitas y es mucho más divertido, sobretodo para los peques de la casa.
- Si se guardan en un táper o cualquier recipiente adecuado, estos palitos aguantan muchísimo tiempo con la misma textura. En casa han llegado a durar más de una semana.

Espero que lo disfrutéis.
Buen fin de semana.