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viernes, 25 de marzo de 2016

BUDÍN O PUDÍN DE SOJA Y GALLETAS SPECULOOS PARA EL #RETOALFABETODULCE



Vuelve a ser 25 y, como cada mes, llega el momento de participar en el #RetoAlfabetoDulce.
Es 24 por la noche y aquí me tenéis de nuevo, dejándolo todo bonito y apurando el tiempo para llegar a participar, después de dos meses sin hacerlo, con algo medio decente. Ya que una lo hace, pues lo hace bien, o al menos yo soy de las personas que piensan así. Además, después de la pena que me dió no poder participar en el reto del mes pasado, siendo una chocolatera empedernida y sin haber faltado a una sola cita desde que me animé a participar, vuelvo con más ganas y muy contenta tanto con el ingrediente elegido como con el resultado de la receta que he elaborado con él.
¿Os suenan las galletas speculoos? Seguramente os habréis topado con ellas en multitud de cafeterías, pues suelen servirse para acompañar el café o incluso el té, o habréis pasado por delante de ellas en el supermercado miles de veces, pues las de la marca Lotus son muy conocidas y consumidas en nuestro país. Se trata de unas galletas típicas de países como Bélgica, Holanda y el norte de Alemania que no suelen faltar en las sobremesas navideñas. Lo que hace especiales a estas galletas y las diferencia del resto es la particular mezcla de especias que se usa para elaborarlas: Canela, clavo, nuez moscada, jengibre, cardamomo y pimienta blanca.
Su gran aroma y su sabor acaramelado hace que sean unas galletas deliciosas, de esas que te comes una y necesariamente necesitas otra, y otra, y otra más... ¡Pero como me gustan las galletas speculoos!
En fin, os cuento todo esto porque Bea, del blog Sweet Cookies by Bea ha sido la encargada de elegir el ingrediente con el que nos ha tocado cocinar este mes y no ha sido otro que las susodichas galletitas. La verdad es que sigo a Bea desde hace muy poquito, pero ya me he enamorado de su rinconcito dulce y no quisiera dejar pasar la oportunidad de darle las gracias por su elección, pues gracias a ella hemos podido disfrutar de uno de los postres más sencillos y más ricos que he preparado en mucho tiempo, y ya es decir, porque a nosotros nos encanta "darle al dulce"....
Digo que es un postre sencillo, porque no tardé más de 20 minutos en tenerlo preparado y en el horno. Y digo rico, porque si un pudín ya queda bien con restos de pan y/o bollería, con estas galletas os lo podéis imaginar... Una auténtica delicia.
Sabía de sobras, por un postre similar que preparé hace unos meses con turrón, que el resultado sería bicapa y que quedaría, por un lado, con una textura similar a la del flan y, por otro,  con una capa de galletas que harían de base y le aportarían mucho dulzor, sabor y, en este caso, mucho aroma.
Y ese ha sido exactamente el resultado, y así nos ha encantado.
Así que, aunque este pudín se puede preparar con cualquier tipo de galletas, os recomiendo hacerlo con speculoos, al menos para probarlo una vez. Veréis como termináis repitiendo.
Os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para 4 pudines como el de la foto):
- 2 huevos medianos
- 300 ml de leche de soja natural
- 1 rama de canela
- 7-8 galletas speculoos Lotus
-  2 cucharadas soperas de azúcar
- Caramelo para untar los moldes y/o para decorar

- Antes de empezar, precalentamos el horno a 190ºC, calor arriba y abajo.
- En un cazo a fuego medio, ponemos la leche de soja, la rama de canela y el azúcar, y lo llevamos a ebullición. Retiramos del fuego, sacamos la rama de canela y dejamos templar.
- En el vaso de la batidora, batimos los huevos con las galletas hasta que quede una especie de crema espesa. Añadimos entonces la leche templada y seguimos batiendo hasta que esté todo integrado.
- Seguidamente, untamos bien los moldes de caramelo y los rellenamos con la crema.
- Colocamos los moldes dentro de una fuente honda para horno, la rellenamos de agua hasta que cubra los recipientes a media altura, y horneamos a 190ºC durante 30-35 minutos, o hasta que los pudines hayan cuajado.
- Sacamos del horno, dejamos enfriar por completo, desmoldamos y servimos nuestros pudines acompañados de más caramelo y/o galletas de speculoos.




Notas:
- Yo usé leche de soja porque es la que solemos beber en casa últimamente. La verdad es que se disimula bastante su sabor, pero podéis sustituirla por leche normal sin ningún problema. Eso si, a no ser que debáis controlar a rajatabla las calorías de vuestra dieta, os recomiendo que sea leche entera, pues hace que el pudin resulte más cremoso y consistente.
- Este tipo de pudines también se pueden preparar perfectamente en el microondas. Bastará con hacerlo en un molde suficientemente grande para que quepa toda la mezcla y que esté bien cubierto de caramelo, y cocerlo a 700-800 vatios durante 7-9 minutos, dependiendo del microondas.
- Si sois muy fanáticos del sabor a speculoos, podéis quitar una cucharada de azúcar de la receta, y añadirle otra de crema de speculoos para untar. Puestos a pecar, pecamos bien... :P


Nada más por ahora.
Espero que os haya gustado mi aportación de este mes.
Disfrutad de la Semana Santa, y muchas gracias por seguir ahí.
¡Abrazos!
Fotos: Marc RT Studios

sábado, 20 de febrero de 2016

GALLETAS CLÁSICAS DE AVENA Y PASAS



Se avecinan unos días intensos en la ciudad condal...
Con motivo de la feria MWC, Barcelona está empezando a llenarse de expositores, congresistas, curiosos, turistas y demás, y la previsión para la semana que viene es que esté todo a reventar. Eso significa que toca volver a las carreras para coger asiento y no tener que pasarme una hora de viaje en tren de pie, ir en el metro como sardinas en lata "disfrutando" del aroma a humanidad, hacer cola para comprarme un bocadillo en el bareto de toda la vida, llegar a casa a las tantas...  En fin, trabajar, sobretodo trabajar mucho. Menos mal que tan solo van a ser 5 días, que tengo la grandísima suerte de ejercer un trabajo que me gusta y que de todo se aprende. Vaya, que aquí el que no se consuela es porque no quiere...
Y las despedidas,(lo sé, nada de dramas, que es muy poco tiempo), dejan mucho mejor sabor de boca si se hacen con algo dulce, ¿No?
Como ya os he comentado en más de una ocasión, en casa siempre hemos tenido la costumbre de preparar la mayoría de postres y dulces que comemos. Mi abuela le metió el gusanillo a mi madre y esta hizo lo mismo conmigo, tanto que ahora me niego a perder esta costumbre familiar tan rica y sana y intento predicar con el ejemplo todo lo que puedo: Gelatinasnatillasmagdalenas... y todo lo que se me ocurra para disfrutar de estos "placeres culpables" en casa, de una manera muchísimo más rica, sana y natural.
Y otra vez le ha vuelto a tocar el turno a las galletas. Hace relativamente poco tiempo que preparo galletas en casa y es algo que cada vez me tiene más enganchada. Y es que hornear tus propias galletas es una actividad tan relajante, tan reconfortante y tan gratificante que es imposible no dejarse llevar y experimentar con diferentes recetas, ingredientes, tipos, formatos, etc., una vez que has empezado. Y ese olor tan delicioso que se extiende por toda la casa mientras se hornean, y qué difícil es dejarlas enfriar por completo antes de zamparnos un par... Un auténtico placer.
Estas galletas de avena y pasas son de las más sencillas y ricas que he preparado hasta la fecha. Cada vez que las hago (y ya van 9 o 10, por lo menos) duran un suspiro y me sorprendo más de lo bien que quedan con apenas unos pocos ingredientes básicos y en un tiempo récord. Se trata, sin duda alguna, de una de esas recetas sencillas pero de resultado sublime que la hacen digna de incluir en cualquier recetario casero.
Sin más, os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para 10-12 galletas)
- 1 cucharada sopera de mantequilla 100%, a temperatura ambiente
- 2 cucharadas soperas de azúcar
- 2 cucharadas soperas de harina de trigo común
- 1 cucharada sopera de leche
- 3 cucharadas soperas de copos de avena
- Pasas picadas y canela en polvo, al gusto

- Para empezar, colocamos la mantequilla y el azúcar en un bol, y batimos hasta que se integre bien.
- Seguidamente, añadimos la harina, la leche, los copos de avena y la canela, e integramos todo bien hasta formar una pasta mucho más compacta y manipulable.
. Añadimos entonces las pasas secas y las integramos a la masa, que dejaremos reposar en la nevera media hora.
- Antes de continuar, encendemos el horno y lo precalentamos a 190ºC, calor arriba y abajo.
- Con la ayuda de una cuchara de postre, vamos tomando porciones de la masa, le damos forma de galleta y las colocamos sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal, suficientemente separadas entre ellas.
- Una vez tengamos todas las galletas en la bandeja, las horneamos a 190ºC unos 15 minutos más o menos, o hasta que veamos que se han dorado.
- Sacamos las galletas del horno, las dejamos enfriar y...¡A comer!




Notas:
- Estas galletas se mantienen crujientes hasta 3-4 días, siempre y cuando las guardemos en un recipiente adecuado, libre de humedad y calor.
- Podemos substituir el azúcar por miel y la leche por alguna bebida vegetal sin ningún problema, quedarán igualmente unas galletas deliciosas.
- Con pasas, con chips de chocolate, con coco, con dátiles, con orejones... Podemos ir variando los añadidos para disfrutar de unas galletas caseras distintas y muy ricas cada vez que las preparemos. Imaginación al poder.


Nada más por ahora. Espero que os haya gustado la receta, y muchísimas gracias por seguir ahí.
¡Nos vemos en unos días! :)
Fotos: Marc RT Studios

jueves, 10 de diciembre de 2015

GALLETAS DE CASTAÑAS Y NARANJA PARA EL RETO #CAMPANASOBRECAMPANATS



¡¡Menudo atracón de castañas nos hemos dado este año!!
Se habrán alineado los planetas, o nuestro destino es más caprichoso que Paris Hilton en un Corte Inglés, yo que sé, pero desde que empezaron a aparecer las primeras castañas en las fruterías de mi pueblo, por una cosa o por otra, no he parado de comprarlas y de preparar recetas con ellas.
Empezamos dándole la bienvenida a noviembre a lo grande y celebrando una de las festividades tradicionales que más nos gustan: La Castañada. Nos pasamos la última tarde de octubre asando y pelando castañas y boniatos, y la última noche con un empacho de mil demonios... pero es que están taaaaan ricas... Y aún así, aunque parezca mentira por como lo estoy contando, de ese atracón monumental nos sobraron un puñado hermoso de castañas que aproveche para experimentar un poco y preparar las magdalenas de chocolate y castañas que os enseñaba días después.
Bien, hasta aquí, nada que pueda considerarse exagerado o fuera de lo normal.
El mismo día en que me puse a preparar, fotografiar y redactar la entrada de las magdalenas, Ana, para el segundo aniversario del Reto Alfabeto Dulce, decidió decantarse por las castañas para que las utilizáramos en nuestras propuestas del mes de noviembre. Pues bueno, otro viaje a la frutería y manos a la obra...
A pesar de no haber tenido ni todo el tiempo ni todos los ingredientes que me hubiera gustado, finalmente llegué a tiempo de participar en el reto y lo hice con estas bolitas de zanahoria, coco y castañas. Un acierto, la verdad, porque las preparé en un momento, entraron en el concurso y nos gustaron mucho a todos.
Otro reto en el que intento participar siempre que puedo es en la iniciativa #TS, a través de la cual el pedazo equipo de La Cocina Typical Spanish nos invita, mes a mes, a preparar alguna receta que sea típica de nuestro país.
Este mes, para animar un poco el asunto, nos ha tocado cocinar por equipos, todos ellos con nombres muy navideños: mazapán, polvorón y turrón.
Ante mi indecisión por formar parte de un equipo u otro, lo hice a suertes y finalmente entré a formar parte del equipo turrón. No os podéis imaginar la cara que se me quedó cuando Mari, una de las responsables de la iniciativa, respondía a mi e-mail y me comunicaba que el ingrediente secreto de mi equipo era...¡Las castañas! No me lo podía creer... Demasiada casualidad junta, ¿no os parece?
Veeeenga, vale, pues aquí estamos, otra vez más... Me encantan las castañas, de verdad, y me lo he pasado como una enana investigando, probando combinaciones e ingredientes poco e incluso nada habituales en mi cocina, pero después de semejante atracón, creo que voy a dejar de comerlas un tiempo, por aquello de la desintoxicación y eso, vaya tela...
Las castañas son un ingrediente muy rico y versátil que se puede emplear en multitud de preparaciones dulces y saladas, pero que a mi me gusta particularmente para el dulce, sobretodo por la textura, el aroma y el sabor tan característico que le aporta a cualquier crema, puré, masa, etc.
Un mañana mientras hacía la compra, me topé por casualidad con un envase de harina de castañas de la marca Santa Rita que ha resultado ser mi particular descubrimiento culinario del año: Me ha ahorrado tener que volver a cocer y pelar castañas (y mis dedos la mar de contentos), su sabor es idéntico al del fruto seco entero y se comporta exactamente igual que el resto de harinas que utilizo en repostería habitualmente, al menos en las preparaciones en las que la he empleado.
He aquí una de ellas: Galletas de castañas y naranja.
¿Os ha pasado alguna vez eso de ver una receta en un blog amigo, que se os meta en la cabeza, y no poder quitárosla hasta que la preparáis en casa? Pues eso es exactamente lo que me paso con estas Galletas de castañas y naranja confitada qué Raúl García, del blog Contigo en la playa publicó hace ahora un mes. Igual que Raúl, me dediqué una tarde entera de lluvia a prepararlas, con paciencia y mucho mimo, y disfrutando del dulce y delicioso aroma que desprendía el horno mientras se horneaban. La única modificación que me he permitido hacer de la receta original ha sido sustituir la naranja confitada, que no me gusta en absoluto, por naranja natural, que me apasiona. El resultado ha sido unas galletas originales, muy aromáticas, increíblemente crujientes y totalmente adictivas que no llegaron ni siquiera a la hora de la cena... Una delicia que os recomiendo probar si o si.
Sin más preámbulos, os deja la receta y la preparación:




Ingredientes (para unas 12 galletas aprox.):
- 100 gramos de harina de castaña
- 30 gramos de azúcar glass o normal + un poco más para decorar
- 50 gramos de mantequilla
- Una pizca de sal
- Ralladura de naranja, al gusto
- 2 cucharadas soperas de zumo de naranja natural (o agua en su defecto)

- Para empezar, batimos la mantequilla hasta hacerla pomada. 
- En un bol aparte, mezclamos bien la harina de castaña con la sal y el azúcar, y le añadimos la mantequilla y la ralladura de naranja. Mezclamos suavemente y añadimos también el zumo o el agua para ayudarnos a homogeneizar la mezcla.
- Una vez tengamos la masa lista, formamos una bola con ella, la envolvemos en papel film y la metemos en el frigorífico 1 hora como mínimo.
- Pasado este tiempo, ponemos a precalentar el horno a 180ºC.
- Sacamos la masa de la nevera, espolvoreamos la superficie de trabajo con un poco de harina y la estiramos con la ayuda de un rodillo, dándole un grosor de unos 4 mm.
- Cortamos la masa con un cortador de galletas y las vamos colocando en una bandeja de horno cubierta con papel de horno antiadherente.
- Introducimos las galletas unos 10-15 minutos en la nevera, las sacamos y las horneamos a 180ºC durante 10-15 minutos, o hasta que estén doradas a nuestro gusto.
- Sacamos las galletas del horno, las dejamos enfriar del todo sobre una rejilla y las servimos, tal cual o espolvoreadas con un poco de azúcar glass. 




Notas:
- Si os gusta mucho el sabor de la castaña, evitad usar el zumo de naranja y excederos con la ralladura, pues tienda a enmascarar mucho su sabor.
- Para que las galletas se horneen bien y queden crujientes, es importante que la masa esté fría, de ahí la importancia de introducirlas en el frigorífico antes de llevarlas al horno.
- Si no tenéis cortador de galletas no pasa nada, también podéis ir cogiendo porciones de masa, hacerlas bola y chafarlas con cuidado sobre el papel de hornear.
- Con crocanti de almendra, unas nueces picadas, chips de chocolate, cualquier fruta confitada, etc., también quedan unas galletas la mar de ricas. Imaginación al poder.




Nada más por ahora.
Espero que os haya gustado mi propuesta para la iniciativa #CampanasobrecampanaTS.
Os dejo también el enlace al recopilatorio para que no os perdáis ninguna de las maravillosas propuestas de mis compañer@s.

¡Sed felices!

martes, 13 de octubre de 2015

GALLETAS DE AVENA Y BONIATO



- "Deborilla, tienes que esperarte un rato, que si te los comes muy calientes te va a doler la barriga.."
- "Chompchompglupglup ñamñam ¿Qué dices papá? chompchompglupglup ñamñam.."

Hace unos días, inauguramos la temporada otoñal con un bizcocho especiado de calabaza que no pudo ser más adecuado para hacerlo: Su color tostado, su miga compacta, y su aroma.. Vaya, el otoño hecho bizcocho. En casa fue todo un éxito, y por aquí también tuvo muy buena acogida.
Antes de ayer, en una de nuestras clásicas caminatas de media tarde, nos dimos cuenta de que las plazas principales empiezan a llenarse de tenderos que, con tal de sacarse unas pelillas, te venden un cucurucho de periódico a rebosar de castañas calentitas o un boniato recién horneado por un precio más que razonable teniendo en cuenta todo el trabajo que te ahorran (lavar, pelar, asar...).
Cómo disfrutamos esa tarde, boniatos y castañas calientes en mano, recorriéndonos el pueblo de punta a punta, hablando largo y tendido sobre todo lo que se nos ocurría y disfrutando de nuestra compañía mutua... Ais, si, ya lo dije y lo vuelvo a decir, el otoño hace que esté más "ñoña" que de costumbre.
Cuando era pequeña, en mi casa había mucha costumbre de dedicar, al menos un par de días de la temporada, a asar castañas y boniatos en el horno. De acuerdo, se ensucia mucho más y tampoco saben igual que las que se hacen en un asador, pero pasar una tarde agradable en familia alrededor de la cocina y disfrutar juntos de lo que habíamos cocinado, compensa con creces estas salvedades, os lo puedo asegurar. Yo me iba a la cama agotada y con un empacho de boniatos de mil demonios (véase la frase con la que he empezado la entrada..), pero tan feliz que acababa durmiéndome con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Recordáis las galletas de avena y plátano que os enseñé un par de meses atrás? Pues se me ocurrió que podía versionarlas para adaptarlas un poco más a la época en la que estamos, y también para variar un poco, la verdad, porque las he repetido ya varias veces y nos iba apeteciendo cambiar...
El boniato machacado tiene una textura y un dulzor muy similar al del plátano, por lo que fue la primera opción que contemplé (y la única prácticamente), y el resultado nos gustó a la primera.
De nuevo, se trata de unas galletas que no contienen ni harina, ni huevo, ni leche, ni azúcar, pero que, a pesar de todo, están de rechupete. Son ideales para darnos un capricho dulce a cualquier hora del día sin remordimiento alguno, ya que a sanas y naturales no las gana ninguna otra.
Hice poquitas para probar, por eso, con las cantidades que os indico salen, como mucho, 10 o 12 galletas, dependiendo del tamaño y del grosor. Pasada la prueba de cata con nota, yo os recomiendo que aumentéis las cantidades un poco, porque están tan buenas que es casi imposible comer sólo un par. Quien avisa no es traidor...




Ingredientes (para 10-12 galletas):
- 100 gramos de copos de avena
- 2 boniatos pequeños asados o cocidos
- Opcional: nueces, pasas, arándanos secos...

- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 190º C y preparamos la bandeja del horno con papel de aluminio untado en mantequilla o con papel de horno.
- Pelamos los boniatos ya cocidos y los limpiamos bien.
- Seguidamente mezclamos en un bol los copos de avena con los boniatos y vamos machacándolos con un tenedor hasta formar una pasta. Podemos añadirle nueces, pasas, almendra picada, etc.
- Con la ayuda de una cuchara, vamos haciendo montoncitos más o menos del mismo tamaño y los colocamos en la bandeja del horno. Aplastamos un poquito, dejando suficiente espacio entre galleta y galleta.
- Horneamos durante unos 20-25 minutos, sacamos del horno y dejamos enfriar por completo antes de consumir.




Notas:
- Si queremos unas galletas más finas, podemos cubrirlas con un papel de horno y pasarles un rodillo por encima, sin apretar demasiado. Si no, nos saldrán unas galletas con más volumen.
- Estas galletas están más buenas de un día para otro, pues no son aquellas galletas crujientes y ligeras a las que estamos acostumbrados, pero se van endureciendo un poco y el sabor a boniato se intensifica.
-Yo opté por añadirles unas pasas que tenía a mano, pero os animo a probar con los ingredientes que más os gusten: chocolate, nueces, almendras, alguna baya, un poco de coco rallado... imaginación al poder.

Espero que os haya gustado y que sigáis disfrutando del otoño tanto como nosotros.
¡Feliz semana!

jueves, 6 de agosto de 2015

CUAJADAS CON CANELA Y GALLETAS INTEGRALES (SIN AZÚCAR)



Hacer postres en casa resulta, la mayoría de veces, mucho más sencillo de lo podamos imaginar.
Nos hemos acostumbrado a lo que se nos ha vendido como "fácil", a ir al supermercado y llenar nuestro carrito de natillas de "chocolate", yogures de "fresa, plátano, limón...", y flanes de "vainilla" al pasar por la sección de refrigerados. Y lo escribo y lo digo así, con cierto rin tintín, porque basta con echarle un ojo a las etiquetas de dichos productos para darnos cuenta de que, en la mayoría de casos, el "sabor a" se lo aportan aromas, conservantes y/o colorantes artificiales que guardan la misma relación con el ingrediente natural que el agua con el aceite, oseaser, ninguna.
Que a casi todo el mundo le (nos) gustan los postres y dulces industriales es una realidad indiscutible. Con moderación y en su justa medida, no está de más incluir este tipo de alimentos en la dieta, siendo una solución muy práctica (no requieren preparación, la variedad es muy extensa, se conservan durante más tiempo...) para salir del paso cuando no tenemos tiempo o ganas de cocinar. El problema está cuando los incluimos de manera habitual en nuestra dieta, pues podría verse muy desequilibrada y eso afectaría a nuestra salud.
Como ya os he comentado en más de una ocasión, en casa siempre hemos tenido la costumbre de preparar la mayoría de postres y dulces que comemos. Mi abuela le metió el gusanillo a mi madre y esta hizo lo mismo conmigo, tanto que ahora me niego a perder esta costumbre familiar tan rica y sana y intento predicar con el ejemplo todo lo que puedo: Gelatinas, galletas, natillas, magdalenas... y todo lo que se me ocurra para disfrutar de estos "placeres culpables" en casa, de una manera muchísimo más rica, sana y natural.
He de confesar que la cuajada es uno de los postres que menos he preparado hasta la fecha, quizás porque es uno de los que menos consumíamos en casa, pero cada vez me va gustando más, tanto por su sencillez como por su sabor neutro que combina de maravilla con multitud de ingredientes (miel, canela, azúcar, frutos secos, membrillo...).
La cuajada se puede preparar con los típicos "polvitos mágicos" que venden en la mayoría de supermercados o con cuajo y leche fresca. Eso si, debe ser leche fresca pasteurizada, de lo contrario, no cuajará. El cuajo animal se encuentra fácilmente en las farmacias.
La última vez que preparé cuajada lo hice con polvos y la acompañe con un coulis sencillo de fresa. Esta vez me he animado y lo he hecho a la vieja usanza, con leche fresca y cuajo, y el resultado nos ha gustado bastante más, un sabor mucho más intenso y una textura mucho más firme.
Aprovechando que tenía un paquete de galletas integrales que se estaban reblandeciendo, he añadido una por vasito y han funcionado de maravilla.
Os dejo los ingredientes y la preparación.




Ingredientes (para 4 moldes como los de la foto):
- Medio litro de leche fresca
- 1 rama de canela + canela en polvo, al gusto
- 3 gotas de cuajo por molde
- 1 galleta integral sin azúcar por molde
- Edulcorante acalórico, opcional.

- Ponemos un cazo al fuego con la leche, la rama de canela y el edulcorante (opcional), y la calentamos hasta que empiece a humear, pero sin dejar que hierva.
- Retiramos la leche del fuego, le quitamos el palo de canela, la removemos bien y la dejamos templar.
- Echamos las gotas de cuajo en cada molde, añadimos la leche templada y removemos un poco.
- Colocamos una galleta por cuajada.
- Tapamos los moldes con papel film y los dejamos reposar a temperatura ambiente hasta que cuaje la leche (2 horas como mínimo).
- Pasado este tiempo, metemos las cuajadas en la nevera hasta que las vayamos a consumir.
- Servimos nuestras cuajadas directamente de la nevera, espolvoreadas con un poco de canela.




Notas:
- También podemos tomar la cuajada sola, con azúcar, con miel, con dulce de membrillo, con frutos secos, etc. Eso si, se le deberá añadir en el momento de consumirla, nunca antes.
- Lo ideal para preparar cuajada es usar leche recién ordeñada y de oveja, pero resulta casi imposible, porque no se comercializa. La leche fresca refrigerada de vaca es el mejor substituto.
- La temperatura ideal de la leche en el momento de mezclarla con el cuajo son unos 37º. Si tenéis termómetro culinario perfecto, pero si no basta con introducir un dedo en la leche y comprobar que no quema.
 
¡Disfrutad de un postre sencillo, sano y delicioso!
¡Feliz jueves!
La leche fresca, es la leche esterilizada del día, no la pasteurizada que se compra habitualmente, esta última no cuaja.
Calentamos la leche en una cazuela, con una pizca de sal a fuego lento, sin dejar de remover durante 5 minutos, evitando que hierva.
Preparamos unos cuencos individuales poniéndolos en un lugar donde no vayamos a moverlos, y echamos en cada uno de ellos 3 gotas de cuajo. Vertemos sobre los cuencos la leche caliente con mucho cuidado y dejamos enfriar.
Una vez fríos los tapamos con papel film transparente para que no cojan olores dentro de la nevera.
Dejamos enfriar en la nevera hasta conseguir la cuajada.
En el momento de consumir, vertemos sobre la superficie de la cuajada miel templada con unos trocitos de nueces. - See more at: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/recetas/2008/10/17/180757.php#sthash.CceRq6yK.dpuf
La leche fresca, es la leche esterilizada del día, no la pasteurizada que se compra habitualmente, esta última no cuaja.
Calentamos la leche en una cazuela, con una pizca de sal a fuego lento, sin dejar de remover durante 5 minutos, evitando que hierva.
Preparamos unos cuencos individuales poniéndolos en un lugar donde no vayamos a moverlos, y echamos en cada uno de ellos 3 gotas de cuajo. Vertemos sobre los cuencos la leche caliente con mucho cuidado y dejamos enfriar.
Una vez fríos los tapamos con papel film transparente para que no cojan olores dentro de la nevera.
Dejamos enfriar en la nevera hasta conseguir la cuajada.
En el momento de consumir, vertemos sobre la superficie de la cuajada miel templada con unos trocitos de nueces. - See more at: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/recetas/2008/10/17/180757.php#sthash.CceRq6yK.dpuf

lunes, 13 de julio de 2015

GALLETAS DE AVENA Y PLÁTANO, CON SÓLO DOS INGREDIENTES



La avena es un cereal que no falta nunca en mi despensa casi desde siempre, y eso que al principio no me terminaba de hacer mucha gracia... La avena es depurativa, rica en fibra y proteínas, anti cancerígena y una fuente de energía de calidad, pero, a pesar de todas las posibilidades para consumirla que existen, a veces cuesta incluirla en la dieta, sobretodo por su sabor tan neutro y su textura tan seca. Esto fue exactamente lo que me pasó a mi, quizás porque empecé añadiendo algunos copos a la leche, al yogur y poco más y esto, sumado a que era todavía muy niña, hizo que acabara aburriéndome de ella. Fue por la insistencia de mi médico de cabecera y mi nutricionista (no pararon hasta que se salieron con la suya, venga y venga insistir) que volví a rescatar el medio paquete que quedaba en el fondo de la despensa y a recopilar ideas de aquí y de allá para intentar "lavar" la imagen a este pobre cereal de cara a mi (y a mi paladar, claro está), básicamente con la idea de incluirlo de nuevo en mi dieta y poder beneficiarme de su consumo de una manera menos sosa y mucho más rica e igual de sana.
El salvado de avena me es muy útil especialmente a la hora de preparar pizzas y cocas, e incluso para bizcochos, porque su sabor es muy neutro, el resultado es igualmente bueno y no me veo obligada a cocinar la versión integral para mi y la normal para mi "catador", pues a él también le gusta.
Con los copos de avena ya es otra historia: Los añado ya cocidos a las ensaladas, a alguna sopa, quizás en algún zumo o en algún yogur, pero hasta día de hoy, jamás los había empleado como ingrediente principal en una receta, pese a haberme decidido por las archiconocidas galletas de avena. Y ahora que las hemos probado, me arrepiento de no haberlo hecho antes.
Las vi por primera vez en un bloc del que soy fiel seguidora desde mucho antes de tener el mío, Directo al Paladar, de la mano de Esther Clemente, pero a estas alturas ya existen mil y una versiones de estas deliciosas galletas que nos permiten darnos un capricho a cualquier hora del día sin remordimientos y que son ideales tanto para el desayuno, como para el tentempié de media mañana e incluso para la merienda, qué más da, son tan sanas y naturales que siempre sientan bien.
Con las cantidades que os indico se pueden obtener de 10 a 12 galletas, dependiendo del tamaño que elijáis, pero si queréis hacer más, bastará con aumentar las cantidades de cada ingrediente en la proporción adecuada. Yo os lo recomiendo, porque una vez empiezas es imposible comer sólo una. Como me iba diciendo mi "catador", con la boca llena y mientras hacía las fotos: "Oye, pues muy fotogénicas precisamente no son, pero buenas están un rato..".




Ingredientes (para 10-12 galletas):
- 100 gramos de copos de avena
- 2 plátanos muy maduros
- Opcional: nueces, pasas, arándanos secos...

- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 190 grados y preparamos la bandeja del horno con papel de aluminio untado en mantequilla o con papel de horno.
- Seguidamente mezclamos en un bol los copos de avena con los plátanos y vamos machacándolos con un tenedor hasta formar una pasta. Podemos añadirle nueces, pasas, almendra picada, etc.
- Con la ayuda de una cuchara, vamos haciendo montoncitos más o menos del mismo tamaño y los colocamos en la bandeja del horno. Aplastamos un poquito, dejando suficiente espacio entre galleta y galleta.
- Horneamos durante unos 20-25 minutos, sacamos del horno y dejamos enfriar por completo antes de consumir.




Notas:
- Si queremos unas galletas más finas, podemos cubrirlas con un papel de horno y pasarles un rodillo por encima, sin apretar demasiado. Si no, nos saldrán unas galletas con más volumen.
- Estas galletas están más buenas de un día para otro, pues no son aquellas galletas crujientes y ligeras a las que estamos acostumbrados, pero se van endureciendo un poco y el sabor a plátano se intensifica.
- Os animo a que preparéis vuestra propia versión con pasas, chocolate nueces o almendras picadas, alguna baya, un poco de coco rallado... imaginación al poder.

Espero que os haya gustado.
¡Feliz inicio de semana!

martes, 12 de mayo de 2015

BIZCOCHITOS INTEGRALES DE CANELA



Prácticamente desde que nací, mis padres se vieron obligados a estar muy pendientes de qué me daban de comer, cuando me lo daban y como me lo daban. El hecho de no poder, muchas veces, comer aquello que me apetecía y no lo que debía comer, era algo con lo que nunca acabé de conformarme cuando era una niña. Por eso entiendo y empatizo muchísimo con todas aquellas personas que no pueden tomar gluten, o lactosa, o frutos secos, o huevo, o que tienen incluso varias intolerancias a la vez. Yo, y aunque sé que no acaba de ser exactamente lo mismo, sufro estreñimiento de nacimiento y la verdad es que a veces llega a ser un trastorno bastante incómodo: que si fibra, que si mucha agua, que si ejercicio regular, que si remedios naturales, que si pautas para ir al baño.. A día de hoy ya estoy muy acostumbrada a ello y hago todo lo que puedo por cuidarme, pero para aceptarlo y aprender a sobrellevarlo ha tenido que pasar mucho tiempo. Y aunque a veces llego a pensar que tengo medio "educado" a mi sistema digestivo, no deja de darme guerra en ningún momento.
A raíz de todo esto, he tenido que ir cocinando y experimentando para saber que me beneficia y que no, pero siempre he tenido muy clara una cosa: no voy a renunciar nunca al placer de comer lo que me gusta. Hay que adaptarse y adaptar los platos a tu dieta para que te hagan bien, y eso es lo que hago.
Como ya sabréis, soy una auténtica apasionada de la repostería casera, pero las recetas convencionales no siempre me sientan bien. Antes de ayer me puse manos a la obra, decidí pensar un poco en mi y darme un pequeño capricho. Simplemente, adapté la receta básica de bizcocho de canela para que fuera rica en fibras, le añadí un par de cosillas más y el resultado fue muy bueno, tanto que a pesar de ser unos bocaditos integrales que tenía pensado comerme sólo yo, acabaron gustando mucho en casa y ya no queda ni uno. Así que, tanto si necesitáis un aporte de fibra extra en vuestra dieta como si no, es una receta que merece la pena por su sencillez, por su sabor y por lo ideal que resulta para picar algo ligero entre horas o para acompañar el café a media tarde.
Espero que os guste.




Ingredientes (para 6-8 bizcochitos):
1 huevo tamaño L
3 cucharadas soperas de harina
Medio sobre de levadura repostera
3 cucharadas soperas de azúcar moreno
1 y 1/2 cucharadas soperas de salvado de trigo (50% de fibra)
1 cucharada sopera de aceite de oliva suave
1 y 1/2 cucharadas soperas de leche
Canela, al gusto
Fresas deshidratadas, al gusto.

- Antes de empezar, encendemos el horno y lo dejamos pre calentar a 180ºC.
- En un bol, batimos el huevo con el azúcar, el aceite, la leche y la canela, hasta que quede todo bien integrado y empiece a tener burbujas.
- En otro bol aparte, mezclamos la harina con el salvado y la levadura.
- Añadimos la mezcla harinosa al bol de líquidos y mezclamos con un batidor hasta que quede una masa completamente homogénea.
- Repartimos la masa en los moldes en los que vayamos a hornear los bizcochitos, decoramos con unos dados de fresa deshidratada por encima e introducimos en el horno a 180ºC durante unos 30 minutos.
- Para terminar, apagamos el horno y sacamos los bizcochitos, los dejamos enfriar completamente, desmoldamos y a comer.




Notas: 
- En este caso he usado fresas deshidratadas, pero estos bizcochitos también quedan muy ricos con manzana, plátano, piña, grosella... En la sección de frutos secos y frutas desecadas del supermercado hay mil y una opción, aunque también se puede utilizar fruta fresca.
- Una opción distinta a la canela es la vainilla, y la verdad es que no sabría decidirme a cual más rica.

!Feliz martes!
Hoy nada más levantarme me he encontrado con la sorpresa de que en facebook ya somos más de 100 y que por aquí el contador tampoco deja de subir.. millones y millones de gracias, estoy pensando algo para celebrarlo, así que se aceptan propuestas :)

martes, 28 de abril de 2015

NATILLAS DE CHOCOLATE Y HIERBABUENA SIN HUEVO



Cuando me puse a preparar la receta para el Reto Alfabeto Dulce que os presentaba el pasado día 25, me gustó tanto el resultado que me animé y me dió por seguir experimentando con la hierbabuena.
Fueron varias las personas que para el reto se decantaron por la combinación de hierbabuena y chocolate, cosa que me pareció una idea genial y que finalmene yo también he llevado a la práctica.
Como ya comenté en la entrada de la cuajada con coulis de fresa, la mayoría de postres que comemos en casa son caseros, porque nos gusta muchísimo más el sabor y porque son mucho más sanos.
Mi pareja es un adicto total al chocolate y lo come de todas las maneras posibles habidas y por haber: con leche en el desayuno, en crema para sandwiches, en galletas rellenas, a la taza para merendar... En fin, visto esto, decidí empezar a buscar recetas con chocolate para hacer en casa y, ya que no puedo evitar que se lo zampe, al menos que lo haga de una forma más sana y mucho más rica.
De momento, lo que más ha triunfado ha sido el bizcocho de chocolate y estas natillas de chocolate de las que ahora yo tampoco puedo prescindir, y tengo motivos para ello: son muy muy muy fáciles de hacer, muy ligeras, muy económicas y están de vicio. Además, al no llevar huevo entre sus ingredientes, son un capricho ideal para aquellas personas intolerantes a este alimento y que sean amantes del chocolate.
Como ya he comentado y para variar un poco, esta vez le añadí a la receta unas hojas de hierbabuena, simplemente para darle un toque de aroma y sabor, y resultó ser una combinación muy acertada.
Espero que os guste.




Ingredientes (para 3 raciones generosas):
450 ml de leche semidesnatada
40 gramos de azúcar
45- 50 gramos de cacao en polvo estandar
30 gramos de harina de maíz
5 o 6 hojas de hierbabuena fresca

- En un cazo a fuego medio, calentamos 350 ml de leche con el azúcar y la hierbabuena, sin dejar de remover.
- En un bol aparte, mezclamos los 100 ml de leche restantes con la maicena y lo diluimos bien.
- Cuando la leche del cazo esté a punto de hervir, retiramos las hojas de menta y le añadimos el chocolate, sin parar de remover.
- Una vez el chocolate se haya disuelto por completo, añadimos la leche con la maicena y dejamos hervir unos 5 minutos, sin dejar de remover, hasta que haya espesado lo suficiente.
- Para terminar, retiramos del fuego, repartimos en los recipientes que hayamos escogido y dejamos enfriar en la nevera unas dos horas.




Notas:
- Yo suelo usar cacao en polvo azucarado, pero si empleáis cacao sin azúcar bastará con añadirle 20 gramos más de azúcar a la leche.
- En este caso he acompañado las natillas con galletas maría de las de toda la vida, aunque también resultan deliciosas acompañadas de frutos secos picados, bizcochos de soletilla, cereales de arroz inflado... en fin, lo que se os ocurra.

¡Espero que hayáis tenido un buen inicio de semana! Aún sigo alucinando con la buena acogida que han tenido mis dos últimas recetas y la cantidad de gente que me ha hecho una "visita", así que muchas muchas muchas gracias, de corazón, tengo los ánimos por las nubes :)