Mostrando entradas con la etiqueta Guarniciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guarniciones. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de febrero de 2017

BUTIFARRA CON PATATAS (VERSIÓN LIGERA) PARA #GUERRADEANFITRIONESTS



De todos los motivos que he tenido hasta ahora y que pueda tener desde ahora para justificar mis laaaargas ausencias (os hecho de menos, jolines), el que voy a daros esta vez es el MOTIVO por excelencia, el Rey de los Motivos,el motivo más motivo de todos los motivos del mundo... Pero primero, vamos por partes, que si no me pongo a escribir como si no hubiera un mañana...
Vuelve a ser día 10 y yo, muy en mi línea, sigo enviando mi propuesta para el reto mensual de La Cocina Typical Spanish a última hora y con prisas. A la que tenga cosas que hacer, basta con que me despiste un poco y... ¡Corre Debora, que sólo quedan dos días para publicar! Soy un caso, lo sé...
En fin, nunca es tarde si la dicha es buena, y este mes tenía que llegar SÍ o SÍ. Primero porque, después de 2 años disfrutando de lo lindo con todas y cada una de las propuestas, las chicas han decidido cerrar el ciclo de anfitriones, al menos de momento. Eso sí, la despedida que nos han propuesto va a ser por todo lo alto, y es que este mes toca.. ¡guerra de anfitriones!.
Como cada mes, debemos preparar una receta que sea típica de nuestra cocina con el ingrediente propuesto, a elegir entre todas las propuestas que los anfitriones han ido presentando a lo largo de estos 2 años. Y dicho y hecho lo cual, que empiece la guerra.
Yo no tuve la oportunidad de participar en los primeros retos así que, para esta ocasión, me parecía justo optar por una de dichas iniciativas. Así que sometí mi decisión a "votación popular" (dice ser marido y mi madre, que estaba en casa en ese momento) y al final... tacháááán... ¡Me quedo con Maggie de El cajón desastre de Maggie y su #conpatatasyalolocoTS! Porque en casa nunca faltan patatas y nos encantan en todas toditas sus versiones. Además, precisamente ese día teníamos para comer un plato con patatas, así que me vino como anillo al dedo.
¿Quién no ha recurrido al típico plato combinado de carne a la plancha con patatas, o huevos fritos con patatas, o salchichas con patatas, etc., para resolver una comida en un plis plas y acertar con toda la familia? Pues eso precisamente pensé yo y, después de una mañana intensa que me había dejado pocas ganas de cocinar, preparé una cantidad generosa de patatas y verduras, las especié al gusto, un chorrito de aceite y al horno mientras bajaba a la carnicería a por unas buenas butifarras... La misma carnicería, por cierto, donde las compraba mi madre para prepararnos este tipo de platos, hace ya muchos años. 
Preparando la guarnición de patatas y verduras al horno me ahorré muchísimo trabajo y tiempo, a la vez que conseguí reducir el aporte calórico del plato considerablemente. En menos de media hora estábamos disfrutando de un plato riquísimo, equilibrado y sencillo que espero os guste tanto como a nosotros.





Ingredientes (para 2 personas):
- 2 butifarras frescas grandes al gusto (las nuestras llevaban escalivada en el relleno)
- 2 patatas medianas
- 1/2 pimiento rojo
- 1 cebolla pequeña
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
- Sal, ajo en polvo, perejil picado, pimienta y pimentón, al gusto.

- Antes de empezar, precalentamos el horno a 190ºC, calor arriba y abajo.
- Empezamos limpiando y picando en trozos no muy pequeños las patatas, el pimiento y la cebolla y los colocamos en una fuente de horno.
- Seguidamente, rociamos las verduras con un chorro de aceite, la salamos y especiamos al gusto, mezclamos todo bien y las introducimos en el horno durante 25-30 minutos, o hasta que estén a nuestro gusto.
- Mientras las verduras estén en el horno, haremos las butifarras a la plancha a fuego medio y con un chorrito de aceite.
- Servimos las butifarras recién hechas acompañadas de una buena cantidad de patatas y verduras y un buen trozo de pan.




Notas:
- No se deben pinchar las butifarras/salchichas mientras se están cocinando pues, a pesar de que de este modo se cocinarán mejor por dentro, pierden también mucha jugosidad. Es mejor hacerlas a fuego medio bajo para que no se quemen por fuera y se queden crudas por dentro.
- Por supuesto, este plato queda también delicioso con unas buenas patatas fritas caseras, pero el contenido calórico del plato aumenta considerablemente.
- Con salchichas frescas, lomo, contramuslos de pollo limpios, usando otras verduras para la guarnición, acompañando la carne con un poco de mayonesa o mostaza... Este tipo de platos combinados se pueden preparar y disfrutar de mil formas distintas, así que imaginación y gusto al poder.


Espero que os haya gustado mi propuesta, y aprovecho para dejaros el enlace al recopilatorio de este mes, más "guerrero" imposible.




Y como os decía al principio... Mientras las chicas andan cerrando ciclos, en casa toca empezar otros... ¡Y menudos son! He aquí mi super MOTIVO:
Hará cosa de un mes y medio, un domingo por la tarde mientras estaba preparando las actividades para darles a los peques en clase, me topé por casualidad con una oferta de trabajo en la que pedían una pareja para trabajar en una isla británica situada allá donde dios perdió la chancla. Las condiciones estaban genial y, sin ninguna esperanza, mi chico y yo aplicamos en la oferta... Y sucedió lo que nos imaginamos, que nos descartaron enseguida. Tampoco teníamos nada que perder...
Pero el viernes por la tarde de esa misma semana, recibimos una llamada de una chica de la empresa que gestiona dichas ofertas porque a última hora le había entrado otra oferta de trabajo bastante interesante y creía que nuestros perfiles eran ideales para cubrirla. Y después de darle muuucha caña con el inglés, varias entrevistas a distancia, mucho papeleo hecho y por hacer, y muchos nervios mezclados con ilusión y ganas... ¡Nos vamos a vivir al Reino Unido en menos de 20 días! Ha sido todo tan increíble y tan rápido que todavía no nos lo terminamos de creer, pero nos está sucediendo y no os imagináis lo disparatados que estamos. Van a ser los 20 días más largos de nuestras vidas...
6 meses como mínimo, y todo lo que estemos dispuestos a trabajar y vivir allí como máximo, es todo lo que sabemos seguro hasta ahora. Lo demás vendrá solo, como siempre. 
Por eso no podía ni quería perder la oportunidad de participar este mes pues, muy a mi pesar, va a ser la última vez que pueda hacerlo en, por lo menos, 7 meses. Eso, o hasta que podamos instalarnos más cómodamente allí, decidamos volver, o lo que surja. De momento nos damos por satisfechos con que nos guardéis el secreto una semanita más (todavía estoy dándole vueltas a cómo decírselo a mi madre sin que le de un "jamacuco") y nos deseeis suerte, porfa :)
En fin, espero y deseo ponerme al día con unas cuantas entradas que tengo en "making of" (por ir practicando inglés un poco je je) desde hace mucho, y prometo subir alguna antes de marcharnos.
¡Mil gracias por seguir ahí! Un abrazo grande.

martes, 18 de octubre de 2016

MIS RECETAS EN COOKPAD (II)



Bueno, bueno, bueno, dos entradas nuevas en el blog con apenas una semana de diferencia entre la una y la otra, esto si que es algo insólito... ¡Pedid un deseo, rápido! Yo acabo de decidir así, a lo loco, que mañana a primerísima hora me planto en la Administración de Loterías que tengo al lado de casa para hacer unas cuantas apuestas a La Primitiva del jueves, vaya a ser que suene la campana...
Vale, bromas aparte y después de la parrafada que os solté como acompañante de las tortas de aceite y anís para intentar medio justificarme, me acabo de dar cuenta de que me olvidé mencionaros otro de los motivos (y de los más importantes, vaya) por el que no puedo publicar tantas recetas ni participar en todos los eventos, retos, iniciativas, etc., en los que me gustaría: Mi chico (todavía no me acostumbro a llamarle "marido", dadme tiempo...) también está hasta arriba de trabajo últimamente, y las pocas veces que coincidimos un día entero los dos en casa, o a él no le apetece pasarse una hora cámara en mano haciéndole fotos a unas croquetas, o yo ya he preparado los tápers para el día siguiente y los tengo bien guardaditos en su bolsa térmica o, simplemente, nos apetece disfrutar de nuestra compañía mutua y pasarnos la tarde tirados en el sofá, viendo una peli y poniéndonos finos a palomitas... Vaya, a lo que se le llama descansar un poco y, ya que nos ponemos, hacer algo de vida en pareja, que nunca está de más.
Como ya os he comentado en multitud de ocasiones, mi chico es fotógrafo y, aunque se le dan mejor los exteriores, no ha parado de sorprenderme con sus fotos de mis recetas desde que empecé con el blog. Yo, en cambio, no me llevo tan bien con la cámara como me gustaría e intento hacer uso de ella lo menos posible y sólo cuando no tengo más remedio (o por pura cabezonería, la verdad sea dicha).
Y aquí estoy, sin fotógrafo "oficial" hasta nuevo aviso, liada con mis 14 monstruitos "bilingües", intentando seguir con el ritmo de estudios y, para rematar, arrastrando un pedazo de constipado desde hace una semana. Eso sí, la "mala costumbre" de comer no nos la quita nadie y cocinar he tenido que cocinar igual... Por lo menos ha habido testigos de ello y, por supuesto, por estos lares no ibais a ser menos.
Hacía mediados de mayo os comentaba que empecé a participar en Cookpad España hará ahora 1 año y medio más o menos y que, lo que realmente hace que quiera seguir formando parte activa de esta comunidad, es el hecho de que se trata de una plataforma donde la gente realmente disfruta cocinando, compartiendo y aprendiendo, y eso se nota. Lo mismo puedes encontrarte con recetas muy elaboradas con unas fotografías espectaculares, como con otras mucho más humildes y sencillas, cocinadas, fotografiadas y editadas casi al momento, como ha sido el caso de la mayoría que servidora ha ido publicando últimamente y que me dispongo a enseñaros hoy.
Sin más, aquí tenéis algunas de ellas que espero os ayuden a diseñar un menú adaptado a vuestros gustos y/o necesidades, pues hay un poco de todo (guarniciones, platos de carne, platos de pasta, cenas ligeras...):


- Este arroz salteado con verduras y frutos secos constituye una guarnición mucho más ligera que las clásicas patatas fritas y resulta ideal para acompañar y completar nuestros platos de carne y/o pescado, aunque también lo podemos disfrutar tal cual a modo de entrante o cena ligera. En cualquier caso se trata de una receta muy sencilla, aromática y nutritiva.



- La escalivada es uno de los platos vegetales más básicos del recetario catalán y resulta ideal para preparar esta receta de torradas "a la catalana", una cena muy sencilla y muy rica. La palabra "escalivada" viene del verbo "escalivar", que en catalán significa “asar al rescoldo”, y suelen emplearse verduras como el pimiento rojo, la berenjena, la cebolla, etc.



- Y de la verdura pasamos directamente a la carne, y lo hacemos con estas albóndigas ligeras de pollo con verduras. Las albóndigas son de esos platos que no faltan en ninguna casa y que, acompañadas de una buena salsa a base de verduras y un poco de arroz cocido, patatas, pasta, etc., se convierten en un plato completo y delicioso, pero también bastante calórico. Por eso, con esta receta os enseño como las preparo yo en casa para que resulte un plato más ligero pero no por ello menos rico.



- Y ahora le llega el turno a la pasta con estos macarrones con salsa de tomate y queso crema, una receta que sorprende por su sencillez y sabor y perfecta para el táper a modo de plato único.



- Aunque estemos ya con el estómago lleno, nadie le dice que no a un dulce final, ¿Verdad?
Para ello, os propongo este pudin de pan y chocolate que, aparte de ser delicioso, nos permite dar salida a los restos de pan/bollería que se nos hayan quedado duros.



Y bien, esto es todo por ahora. Como podéis comprobar, ni son recetas excesivamente elaboradas y las fotos distan mucho de estar a la altura de las que suelo enseñaros aquí, pero todo ello es el reflejo de la cocina de mi casa, una cocina "de batalla", a la que no dejo de dedicarle muchos ratos y a la que siempre le pongo mucho cariño.
Antes de despedirme hasta la próxima (y, muy a mi pesar, nunca sé cuándo caerá exactamente...), aprovecho para volver a recomendaros Cookpad, pues entre retos, días temáticos, tardes de cocina en directo y demás, tendréis la oportunidad de aprender mucho, de conocer a gente muy maja y con muy buena mano en la cocina y, sobretodo y más importante, de pasarlo muy muy bien. Tened por seguro que el equipo de Cookpad España (en mi caso fueron Irene y María, dos chicas que son un amor) os recibirá con los brazos abiertos.

¡Muchas gracias por seguir ahí, y feliz semana!

miércoles, 6 de abril de 2016

SALTEADO DE POLLO Y VERDURAS AL WOK CON PURÉ DE PATATAS



Si bien es verdad que en casa solemos comer más platos a base de legumbres, verduras, pescados y/o pastas (por los motivos que os explicaba hará cosa de un mes, y porque vivo con una auténtica máquina de devorar pasta y arroz), de vez en cuando también caemos en "las tentaciones de la carne" y nos gusta disfrutar de un buen plato a base de carne. Eso si, todo en su justa medida, (casi) siempre evitando las preparaciones copiosas y complicadas y optando por aquellas más sencillas, equilibradas y sabrosas. Os puede parecer una tontería, pero teniendo en cuenta que la carne necesita bastante más tiempo que otros alimentos para que nuestro cuerpo la procese, nuestro sistema digestivo nos lo agradecerá si le echamos una mano optando por aquellas carnes menos grasas, bien cocinadas y acompañadas de otros alimentos que conviertan el conjunto en un plato lo más sano y completo posible.
Por todas estas razones y, aunque en mi casa también eran y son muy habituales los platos tradicionales de más contundencia (como los guisos con lentejas, con alubias o con patatas, los arroces de domingo y los exquisitos dulces de sartén), en cuanto a carnes, el pollo ha sido y es el protagonista por excelencia.
En este hecho tuvo mucho que ver mi abuelo que, durante años, se dedicó a criar sus propios pollos y gallinas en un pequeño corral que él mismo se hizo y que se instaló en el huerto de donde también salían la mayoría de verduras, hortalizas y frutas que comíamos por aquel entonces. Como os podréis imaginar, el sabor de la carne de aquellos pollos, criados en libertad y alimentados de manera totalmente natural, sin antibióticos ni cosas raras, no tenía ni punto de comparación con la carne de pollo que solemos comprar en el supermercado e incluso en algunas carnicerías. Y si tenemos en cuenta el favor que le hacemos a nuestra salud al consumir una carne más rica en nutrientes y libre de hormonas, antibióticos y demás, motivos no nos faltan para ir en busca de un payés, una tiendecita de barrio, una cooperativa, una parada de mercadillo, lo que queráis, pero donde podáis comprar carne de pollo que sea sólo eso, pollo. 
Ideas para disfrutar de esta carne, teniendo en cuenta lo versátil, saludable, económica, sabrosa y fácil de encontrar que resulta, os he dado ya unas cuantas, y a cual más rica: Contramuslos de pollo al hornoalitas de pollo maceradas, los famosos higaditos de pollo en salsa de mi madre y hasta un sencillo solomillo de pollo a la plancha con especias, miel y limón
Y hoy toca salteado, pero no un salteado cualquiera, sino uno preparado en ese gran invento oriental que es el Wok y que, desde que me hice con él, se ha vuelto imprescindible para mi, pues me ahorra muchísimo tiempo en la cocina y me permite disfrutar de todo el sabor y las propiedades de los alimentos que cocino en él.
Una pechuga de pollo hermosa, unas verduras que tenía en la nevera y unas especias elegidas y combinadas a nuestro gusto, acompañado por un sencillo pero riquísimo puré de patatas (casero, eso sí), nos solucionaron la mar de bien el almuerzo de hace justo hoy una semana, pues nos dejó bien satisfechos como plato único.
Sin más, os dejo los ingredientes y la preparación:





Ingredientes (para 2 personas):
Para el pollo:
- 1 pechuga de pollo amarillo catalán (la mía pesaba 350 gramos)
- 1 pimiento italiano pequeño
- 1/2 cebolla
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva suave
- 1 cucharadita de salsa de soja
- 1 cucharadita de vino blanco de cocina
- Sal, comino, pimienta molida y pimentón dulce, al gusto

Para el puré de patatas:
- 2 patatas hermosas (450 gramos aprox.)
- 40 ml de leche 
- Zanahoria rallada, perejil y ajo en polvo, sal, al gusto
- 30 gr de mantequilla y/o queso rallado (opcional)

- Antes de empezar con la carne, pondremos las patatas a cocer a fuego alto hasta que estén bien tiernas (unos 20-30 minutos, dependiendo del tamaño). Retiramos, escurrimos y dejamos enfriar.
- Limpiamos y troceamos muy menudo la cebolla y el pimiento. Hacemos lo mismo con la pechuga de pollo, troceándola en dados medianos.
- Ponemos el wok a fuego medio-alto, añadimos el aceite y salteamos las verduras unos 4-5 minutos. Pasado este tiempo, añadimos el pollo y lo salteamos unos 4-5  minutos más.
- Una vez el pollo empiece a dorarse, añadimos la salsa de soja, el vino, las especias y la sal, y salteamos durante 2-3 minutos más. Retiramos y reservamos.
- Para hacer el puré de patatas, pelamos y limpiamos bien las patatas cocidas y las colocamos en un plato hondo.
- Condimentamos las patatas al gusto (zanahoria rallada, especias, sal...), les añadimos la leche y las chafamos con la ayuda de un tenedor hasta que quede un puré uniforme, consistente y cremoso.
- Servimos el pollo salteado acompañado del puré de patatas, todo templado.




Notas:
- Siempre podemos recurrir a los preparados de purés de patata instantáneos que venden el el supermercado y personalizarlos con los ingredientes que más nos gusten (queso, mantequilla, especias...), pero el puré de patatas casero siempre resultará más sabroso.
- Con el wok, es importante cocinar en tiempos cortos y a fuego más bien alto para que las verduras queden "al dente" y las carnes no pierdan su jugo. Así podremos disfrutar de todas sus propiedades y su sabor.
- El puré de patatas puede substituirse perfectamente por un arroz sencillo, unas patatas al horno o fritas, un poco de cous-cous con verduras... En fin, por lo que más os guste.


Nada más por ahora. Espero que os haya gustado la receta de hoy.
Millones de gracias por seguir ahí, a pesar de mis ausencias temporales. A veces, una no da para más... ¡Un abrazo enorme!

domingo, 1 de noviembre de 2015

COMIDA DE PRE-VACACIONES: PASTELITOS DE PAVO, TOMATE Y QUESO Y BABA GANOUSH

Plaza de la Comedia, en pleno centro histórico

¡¡Qué bien nos han sentado las mini-vacaciones!!
Una semana después, nos toca volver a la rutina, muy a nuestro pesar, pero con las pilas recargadas y mucho más optimismo. Es lo que tienen los viajes que esperas con tanta impaciencia, que te da pena que terminen tan pronto pero que te dejan un montón de buenos recuerdos y vivencias que van a salir a la luz siempre que hables u oigas hablar de ello y terminarán por arrancarte una sonrisa.
Como os comentaba en la entrada anterior, mi pareja y yo hemos pasado unos días a Montpellier.
Con motivo de uno de los festivales de cine más importantes del mediterráneo, el CINEMED, y teniendo en casa a un completo apasionado (friki) del tema, no nos hizo falta ninguna excusa más para animarnos a descubrir esta ciudad tan particular del mediodía francés.
Qué decir de Montpellier... que ha superado nuestras expectativas, y con creces. Montpellier es una ciudad jóven y dinámica donde, a pesar de que no abundan los turistas, siempre hay algo que hacer: festivales, exposiciones, visitas guiadas, etc. Tiene un carácter alternativo y vanguardista que lo impregna todo y que te conquista desde el primer instante. En general,es una ciudad bastante tranquila donde la gente no va estresada ni con prisas, y tiene un tamaño perfecto para descubrirla a pie, perdiéndote entre sus callecitas para descubrir rincones inesperados: Tiendecitas de artesanía, salones de té, panaderías o "boulangeries" artesanas, cafeterías con terraza y mucho, mucho encanto, etc. Eso si, so sois un poco más perezosos, otra alternativa ideal es el tranvía, seña de identidad de la ciudad y que la recorre de punta a punta con una efectividad y puntualidad ejemplar.
Al ser una de las ciudades de Francia con más horas de sol al año, pudimos disfrutar de un clima bastante agradable que nos facilitó mucho poder pasarnos el día de arriba para abajo y pisar El hotel sólo para cenar y dormir.
Nosotros viajamos a Montpellier en autobús con la compañía Megabus que, para quien no la conozca, se trata de una compañía de viajes baratos en autobús por Europa que lleva apenas 1 año operando desde Barcelona y la verdad es que está muy bien en cuanto a relación calidad-precio. En todos los autobuses hay baño (suele estar bastante limpio, la verdad), Wifi gratuito y presas de electricidad para cargar el móvil, la tablet, etc. Nosotros hemos viajado dos veces con ellos y, a pesar de llegar siempre con un poco de retraso (en la carretera sabes cuando sales y no cuando llegas, esto es así), seguiremos haciéndolo, pues hasta ahora no hemos tenido ningún problema y nos hemos ahorrado mucho dinero, cosa que se agradece en el caso de viajar, por ejemplo, a Francia, donde la vida es mucho más cara en todos los sentidos.
Para los que somos de buen comer, viajar a cualquier rincón de Francia es una oportunidad para conocer la afamada gastronomía del país. A pesar de no haber ido a Montpellier ni haber tenido mucho tiempo para ello, no quisimos volver sin probar algunos de los productos y platos más típicos de la zona: patés y quesos variados, un buen pan baguette artesano, el taboulé y, por supuesto, los crepes, los croissants y las napolitanas de chocolate. Menudas cenas y desayunos que nos hemos dado, madre mía... Vale, no nos habremos dado el lujo de ir a un restaurante francés, pero hemos disfrutado de lo lindo.


Línea 2 del tranvía


Y hablando de comida... No sé si a vosotros os pasa o será sólo a mi debido a mi falta de organización, pero cada vez que tenemos la oportunidad de pasar unos días de descanso fuera de casa, no sólo me toca pensar con qué llenar la maleta, sino en qué hacer con las cosas que tengo en la nevera y que sé de sobras que, si las dejo ahí, a la vuelta ya casi habrán salido andando solas.
Por mucho que haya intentado planificarme los días previos, no hay manera, siempre sobra algo: un brick de leche abierto, verduras empezadas, yogures con la fecha de caducidad próxima, etc.
Con unos tacos de fiambre de pavo a medio empezar, un tomate y unas tiras de berenjena asada que había preparado unos días antes para la cena, he aquí la comida de picoteo que nos marcamos el día previo a nuestro viaje.
Los pastelitos de verduras me encantan y los preparo en casa con bastante asiduidad (como el cake salado de tomate y queso, los pastelitos de berenjena y mozzarella, o el pudin de calabaza), pero todavía no me había animado con el Baba Ganoush. Como muchos sabréis, el Baba Ganoush o Mutabal es una crema de berenjena muy cremosa y suave, similar al hummus y tradicional de la cocina de Oriente Medio, Grecia, Turquía y Chipre. Después de descubrir lo sencilla que resulta de preparar y lo rica que está, pienso repetirla más veces, tenga o no excedente de berenjenas. Además, también me sirvió de excusa para aprovechar unas rebanadas de pan que se estaban poniendo un poco duras. A modo de bastoncitos de pan, resultaron el acompañamiento ideal para mojar, y mojar, y mojar...
Os dejo con ambas recetas:




Ingredientes para los pastelitos (unos 10 aprox):
- 2 huevos tamaño L
- 150 ml de leche
- 2 cucharadas soperas de pan rallado
- 1 tomate mediano
- Tiras de pavo (50 gramos aprox.)
- Cebolla picada, al gusto
- Queso rallado, al gusto
- Ajo en polvo hierbas provenzales y sal, al gusto.

Ingredientes para el Baba Ganoush (un bol mediano):
- 1 berenjena grande, asada y limpia (200-250 gramos)
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 diente de ajo
- 1 cucharadita de pimentón, dulce o picante
- 30 ml de aceite de oliva suave
- 1 cucharada sopera de Tahini
- Sal y zumo de limón, al gusto
Para acompañar: torraditas o bastones de pan.

- Antes de empezar, encendemos el horno y lo pre-calentamos a 190ºC, con calor arriba y abajo.
- Limpiamos y troceamos muy menudo el tomate, la cebolla y el pavo. 
- En un bol aparte, batimos los huevos y vamos incorporando poco a poco la leche hasta que se integre por completo. Incorporamos también el pan rallado, las verduras, el bacon, el ajo y las especias, y mezclamos todo. Rectificamos de sal si fuese necesario.
- Colocamos sobre una bandeja de horno los moldes y los vamos rellenando hasta las 3/4 partes de su capacidad, y añadimos encima un puñadito de queso rallado.
- Introducimos en el horno y dejamos que se hagan durante unos 25 minutos. Retiramos y dejamos templar.
- Mientras se hornean los pastelitos, procederemos a preparar el Baba Ganoush: Para empezar, exprimimos medio limón, colamos el zumo y lo reservamos.
- Pelamos el diente de ajo y lo colocamos en el vaso de la batidora junto con la berenjena asada (sin piel), el aceite, el pimentón, el comino, el tahini, el zumo de limón y la sal.
- Batimos a máxima potencia hasta que nos quede una crema un poco más densa que un puré. Probamos y rectificamos de sal o limón si fuese necesario.
- Una vez retirados los pastelitos del horno, aprovechamos que está en marcha para hacer los bastones de pan: Cortamos las rebanadas de pan en forma de bastón y las introducimos en el horno a 200ºC hasta que se doren y queden crujientes.
- Servimos el Baba Ganoush espolvoreado con un poco de pimentón, un chorrito de aceite de oliva y el pan tostado. Servimos también los pastelitos templados.




Notas:
- El Tahini o Tahina es una crema tradicional árabe que se prepara emulsionando sésamo con aceite de oliva. Es fácil de encontrar tanto en tiendas especializadas como en los supermercados habituales, pero también podemos prepararlo en casa, tostando semillas de sésamo y mezclándolas en un mortero con aceite de oliva hasta que emulsione.
- Si no tenéis berenjenas ya asadas, hacerlo es muy sencillo: Las partimos por la mitad, dejamos que suden un poco, y las horneamos boca arriba a 180ºC durante 30 minutos aprox. Una vez frías y sin piel, estarán listas para utilizar.
- El Baba Ganoush también se puede acompañar de pan de pita tostado, nachos, chips de patata, crudités de verdura, etc. Para gustos, colores.


Espero que os haya gustado. Prometo sacar un poco de tiempo estos días para investigar que cosas ricas habéis preparado en mi ausencia.
¡Feliz inicio de semana!

martes, 1 de septiembre de 2015

ARROZ BASMATI CON PASAS, ALMENDRAS Y CEBOLLA



Poner orden y dejar más o menos cerrados algunos temas personales que me traían de cabeza últimamente, la disponibilidad de algunos días más de descanso, el querer aprovechar al máximo el final del verano y, para rematar, la Fiesta Mayor de mi pueblo, han sido los culpables de que lleve algunos días más perezosa y desconectada de lo habitual. Y, siendo sincera, ha sido un mini-respiro que me ha sentado de maravilla. El mes pasado fue un mes de locos, literalmente, y necesitaba poner el cerebro en modo semi-off, no tenerlo ocupado por tantos y tantos temas banales y dedicarme a hacer el bicho bola hasta, por lo menos, más tarde de las 7 de la mañana, a leer hasta las tantas de la noche, a quedar con las amigas y ponernos al día, a pasear al atardecer, a comer lo que me apetecía y, por supuesto, a cocinar, esa terapia que nunca falte.
Hoy comienza septiembre, y ya no tengo excusa para seguir remoloneando porque, me guste o no, lo que dejo de lado antes de un descanso siempre sigue estando ahí para cuando vuelvo y sigue necesitando de mi atención... Pero bueno, al menos ahora me lo puedo tomar con más calma, y retomarlo poco a poco, dejar que ocurra y dejar que pase. Lo retomo, eso si, con más energía, más positivismo y algún que otro nuevo proyectillo entre manos, así que la cosa pinta mejor a corto plazo, iremos viendo...
En abril publiqué una receta de arroz salteado con salsa romesco y, revisando el histórico de entradas desde entonces, me he dado cuenta de que no he publicado ninguna receta más con este cereal. No tengo perdón de dios, con lo que nos gusta y lo mucho que lo preparo en casa... quizás, al ser recetas tan básicas y sencillas, de las del día a día, no he considerado relevante dedicarles un post, o quizás también la pereza, o el pensar "para la próxima, lo mejoro y me pongo..". En fin, sea por lo que sea, hoy traigo receta con arroz, que ya tocaba.
Se trata de una guarnición dulce-salada que probé hace mucho tiempo en un restaurante árabe y que suelo preparar con relativa frecuencia como alternativa mucho más ligera a las clásicas patatas fritas. Se suele servir como acompañamiento, especialmente con carne y/o pescado, aunque sólo también constituye un entrante delicioso. En cualquier caso se trata de una receta muy sencilla, aromática y nutritiva. Las uvas pasas le aportan el toque de dulzor y la cebolla y la almendra, el toque de salado y amargor. Una propuesta ligera y muy sabrosa que os recomiendo probar.
Vamos con los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para guarnición de 2 personas):
- 125 gramos de arroz basmati
- 1 cebolla mediana
- 3 cucharadas de pasas sultanas
- 2 cucharadas de granillo de almendra
- Un chorrito de vino dulce (opcional)
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva suave.
- Curry, pimentón y sal, al gusto.

- Primero coceremos el arroz como acostumbremos a hacerlo. Lo dejamos enfriar, lo lavamos para quitar el exceso de almidón y lo reservamos.
- Limpiamos y picamos muy menuda la cebolla, y la salteamos en una sartén con el aceite a fuego medio un par de minutos. Pasado este tiempo, agregamos las pasas, el granillo de almendra, las especias y la sal, y salteamos hasta que la cebolla esté transparente. Podemos agregar un poco de vino dulce y dejar reducir.
- Seguidamente, agregamos el arroz, salteamos todo junto unos instantes y retiramos.
- Servimos inmediatamente, espolvoreado con un poco de perejil o cilantro picado.





Notas:
- Para esta receta se puede emplear cualquier tipo de arroz, pero merece la pena decantarse por el basmati porque tiene menos almidón, aguanta mejor el salteado y queda mucho más suelto.
- Si os sobra arroz, podéis agregarle algún resto de carne, verdura, huevo, pescado, etc., y tener así un salteado mucho más completo y de aprovechamiento.
- Podemos jugar con las especias e ir probando combinaciones distintas, así como acompañar con alguna salsa a nuestro gusto o añadirle cualquier otro fruto seco. Con salsa de soja y piñones, por ejemplo, está también muy rico.

Nada más por ahora. Mil gracias por aguantarme hasta en vacaciones, y espero que la vuelta a la rutina no se os haga muy cuesta arriba :)

lunes, 17 de agosto de 2015

PASTELITOS SALADOS DE BERENJENA Y MOZZARELLA



Que me encantan los pasteles de verdura no es algo que vaya a pillar a nadie de nuevas. Disfruto comprando unas u otras verduras según si están o no en su mejor época, disfruto pensando qué combinaciones podrían funcionar y qué ingredientes puedo añadir para enriquecerlos mientras voy de camino a casa, disfruto cocinándolos y, por supuesto, disfruto comiéndolos y valorando qué podría mejorar para la próxima vez y convertirse así en firmes candidatos a ocupar un lugar en mi recetario del día a día. Otras veces, por no decir la mayoría, los pasteles/pudin/flanes de verdura que preparo lo hago en base de las verduras que me han sobrado de recetas anteriores, o para dar salida a un exceso de verduras a causa de una oferta irresistible con la que, cosas inevitables del destino, me he topado días antes en el mercado o en la frutería de confianza. Lo veo, me gusta, "Ay qué bien de precio está, lo compro... vale, a ver que hago ahora con tanta cosa". La historia de mi vida... Menos mal que la impulsividad a la hora de comprar sólo me gana con la comida, porque si no mi cuenta de ahorro estaría apañada.
Y me volvió a pasar lo mismo con las berenjenas. Cómo intentar resistirse a comprar dos quilos de berenjenas de payés por un eurillo de nada, y con lo que me gustan a mi, que siempre tengo, como mínimo, un par a mano... Pues nada, toca de nuevo darle vueltas a la sesera para ver qué podemos hacer con ellas.
La berenjena es una hortaliza que siempre ha estado presente en mi casa: Mi madre las prepara rellenas de carne o atún (un escándalo de ricas) y mi yaya prefiere hacerlas rebozadas a modo de guarnición. Por supuesto, y como siempre hago, primero me decanté por estas opciones, lo que siempre se ha comido en casa y que tanto nos gusta, y finalmente le llegó el turno al pastel salado, ¡Bien, a ver qué sale, sobre la marcha!. Además, ya que me había decidido a encender el horno en agosto (lo sé, un suicidio) para calmar el fuerte antojo de rosquitos de anís que venía arrastrando hacía más de una semana, me dispuse a aprovecharlo al máximo y que así los sudores se vieran todavía más recompensados :P.
Un par de huevos, un poco de pan rallado, un poco de queso mozzarella que me había sobrado de la pizza de la cena, aceite de oliva, ajo, perejil, sal y, por supuesto, una berenjena hermosa, y en poco más de media hora tenía mis bocaditos enfriándose en la encimera de la cocina.
El sabor a berenjena es tan intenso como delicioso, y el toque de queso mozzarella le va de maravilla, pues la combinación de queso y verdura es algo que difícilmente falla y a la que recurro con frecuencia. Fríos o templados, para acompañar un plato de carne o pescado, o solos con un poco de salsa de tomate casera, mayonesa o tal cual, os aseguro que estos pastelitos no os dejarán indiferentes.
Os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para 6 moldes):
-1 berenjena pequeña (150 gramos aprox.)
- Media cebolla
- 2 huevos tamaño L
- Medio vaso de leche entera
- 2 cucharadas de café de pan rallado
- Mozzarella rallada, al gusto
- 1 copita de vino blanco
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva suave
- Ajo en polvo, pimienta, perejil y sal, al gusto

- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 180º, con calor arriba y abajo.
- Ponemos una sartén a fuego medio con el aceite. Limpiamos y picamos lo más pequeño posible la berenjena y la cebolla y la rehogamos unos 5 minutos.
- Pasado ese tiempo, condimentamos al gusto, añadimos el vino blanco y dejamos reducir hasta que la berenjena esté blanda.
- En un bol aparte, batimos los huevos con la leche, el pan rallado, el queso y el perejil.
- Una vez tengamos lista la berenjena, la añadimos al huevo, mezclamos todo bien y rectificamos de sal si fuese necesario.
- Rellenamos los moldes con esta mezcla y los metemos en el horno durante unos 25 minutos a 180º.
- Apagamos el horno y dejamos dentro 2-3 minutos más.
- Sacamos nuestros pastelitos del horno, dejamos templar, desmoldamos y servimos como guarnición, picoteo, con alguna salsa, etc.




Notas:
- Estos bocados están mucho más ricos fríos e incluso de un día para el otro, porque quedan mucho más compactos y los sabores más pronunciados. Eso si, si sois de los que disfrutáis con el queso fundido, comedlos templados y recién hechos.
- El queso mozzarella le da un toque muy rico, pero sin robarle protagonismo a la berenjena. Podéis prescindir de él o usar otro tipo de queso igual o más suave.
- El pan rallado hace que la mezcla tenga más consistencia y quede más densa. El resultado son unos bocaditos más compactos, pero si los preferís con textura tipo flan, se puede prescindir de él sin problema.

¡Espero que os guste, y feliz inicio de semana!

martes, 21 de julio de 2015

PUDIN SALADO DE CALABAZA



Lo dije, lo digo y lo seguiré diciendo: Los pasteles salados, en especial los de verdura, son el invento culinario del siglo. Bueno, vale, tanto como eso igual no, pero que son un recurso fantástico en la cocina no cabe la menor duda: Admiten infinidad de ingredientes, son muy fáciles de hacer, se pueden preparar con antelación utilizando solamente el horno y son deliciosos.
Yo empecé hace relativamente poco tiempo a prepararlos con más asiduidad, y después de muchos fallos y también algunos aciertos, ya tengo un par de recetas probadas y aprobadas que no dejo de repetir, porque nos encantan. Hablo, por ejemplo, del pastel de verduras y queso y del pastel de patata y berenjena, siendo este último muy similar a la Musaka griega y nuestro favorito con diferencia.
Lo que más me gusta de este tipo de pasteles es que me permiten dar salida a los restos (o excedentes, que cuando voy a la frutería se me va la pinza) de verduras que tengo rondando por la nevera o el congelador y que no se me ocurre otra manera de darles salida.
Hoy le ha llegado el turno a la calabaza, una hortaliza que por sus propiedades nutricionales resulta muy interesante de incluir en nuestra dieta. Además es muy versátil en la cocina, podemos disfrutar de ella en platos salados y en dulces, en aperitivos, en guarniciones, en salsas, en pasteles, en helados, en cremas, en bizcochos, etc. Hoy en día se puede encontrar en el mercado todo el año, pero la mejor época para consumirla y aprovechar al máximo no sólo sus propiedades nutritivas sino también su sabor, es en otoño, cuando están en temporada.
En casa siempre la hemos comido en crema, sofrita con un poco de ajo como guarnición, y alguna vez con arroz, pero poco más.
Con un excedente de casi medio kilo de calabaza en la nevera y a la búsqueda de una receta que fuera fácil de hacer, fácil de transportar, fresca, sana y rica, este ha sido el resultado.
Un pastel la mar de apañado que nos encantó y que resulta delicioso como guarnición para carnes y/o pescados, o como una preparación más para servir en una comida/cena de picoteo, acompañado de un poco de mayonesa, salsa de yogur o similar.
Con tal de seguir unas pautas y respetar un poco las cantidades por tal de no liarla (tan) parda, hice un poco de búsqueda en Internet y finalmente acabé decantándome por una receta que vi en el blog Cocina Sana y Fácil que, a pesar de haber hecho algunas modificaciones, me ha dado muy buen resultado.
Os dejo los ingredientes y la preparación:




Ingredientes (para 4 personas):
- 1/2 kilo de calabaza pelada y sin pepitas
- 1 cebolla pequeña
- 2 huevos
- 1 rebanada de pan de molde remojada en leche
- 1 cucharada sopera de aceite
- Sal, ajo en polvo, curry y nuez moscada, al gusto

- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 190º.
- Pelamos y trocemos menudo la cebolla y la calabaza.
- Ponemos el aceite en una sartén a fuego medio y sofreímos la cebolla y la calabaza hasta que empiece a estar tierna. Serán unos 12-15 minutos. Retiramos y reservamos.
- En un bol aparte, cascamos los huevos, los batimos y añadimos el sofrito, bien escurrido de aceite.
- Incorporamos también el pan remojado en leche y las especias y la sal al gusto.
- Ahora batimos todo bien hasta que este a nuestro gusto, con más o menos tropezones.
- Engrasamos con mantequilla el molde donde vayamos a hornear el pudín, vertemos la mezcla y horneamos a 190º durante 35-40 minutos, o hasta que esté completamente cuajado.
- Dejamos enfriar, desmoldamos y servimos cortado en porciones.




Notas:
- Si no tenéis pan de molde podéis utilizar pan rallado. Con un par de cucharadas soperas y medio vaso de leche el resultado es muy similar.
- Este pudín se desmolda y corta mejor si lo dejamos enfriar en la nevera de un día para otro. Además, fresquito resulta delicioso.
- Si no podemos o no queremos usar el horno, podemos cuajar el pudín en el microondas. Bastará con ponerlo 10 minutos a máxima potencia.
- Podemos añadirle a la mezcla algún fruto seco que nos guste, queso crema, olivas, tacos de algún embutido... imaginación al poder.

Espero que os guste tanto como a nosotros.
¡Feliz inicio de semana!

viernes, 27 de marzo de 2015

PATATAS RÚSTICAS A MI MANERA



Patateando, patateando, yo ando patateando...

He perdido ya la cuenta de la cantidad de veces que he hecho estas patatas, hasta dar con la combinación de especias y el punto justo de cocción que más nos gusta en casa.
Cuando vivía con mis padres, no había manera de sacarlos de las típicas patatas fritas. Todos estaremos de acuerdo en que unas patatas fritas bien hechas, crujientes por fuera y tiernas por dentro, con su punto justo de sal, son deliciosas, pero no son un manjar recomendado para cada día, sobretodo si queremos evitar subir de peso y ganar en salud.
Y así fue como un día cualquiera me puse a investigar por la blogosfera (benditas nuevas tecnologías) y acabe haciendo un mix de todas las recetas que leí, como ya he dicho, probando y rectificando una y otra vez. Mis suegros fueron mis conejillos de indias, pero apenas me ayudaron, siempre les gustaba el resultado.
Decir que estas patatas son fáciles de hacer es quedarse corto, y que están deliciosas también lo es, El sabor recuerda mucho a las patatas "rustidas" con las que se suele acompañar el pollo o las barbacoas de campo, pero las especias hacen que ganen más en sabor y aroma. Son ideales para acompañar cualquier plato de carne o pescado, o mejor aún, para un picoteo informal acompañado de una buena cerveza rubia, ahora que por fin ha dejado de llover y el tiempo empieza a ser más primaveral, que ya tocaba :) Os aseguro que no podréis comer solo una.




Ahí va, espero que os guste

Ingredientes (para dos personas):
Unos 400 gramos de patatas mona lisa, o 2 patatas grandes
1 cucharada sopera hermosa de aceite de oliva
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharadita de romero
Sal al gusto

- Primero de todo, pre calentamos el horno a 190º.
- Limpiamos las patatas bajo el grifo y las secamos bien, pero no las pelamos.
- Seguidamente, cortamos las patatas en gajos o cuadrados no muy pequeños.
- Colocamos las patatas en un bol y añadimos el aceite, la sal y las especias, y removemos a consciencia para que se impregnen bien.
- En una fuente para horno, vertemos las patatas y las repartimos de manera más o menos igual.
- Introducimos en el horno a 190º unos 20 minutos aproximadamente, o hasta que estén doradas.
- Apagamos el horno y dejamos unos instantes más las patatas dentro.
- Sacamos del horno y dejamos templar.
- Servimos como guarnición, tapa, entrante, etc.




Notas:
- El pimentón dulce se lo añado porque no soy muy fan de los sabores picantes. Se puede substituir perfectamente por pimentón picante para los que si os guste.
- Si sois un poco más sibaritas, merece la pena añadirles a estas patatas un poco de zumo de limón y sal maldon una vez hechas, quedaran más deliciosas todavía.
- Podemos pelar las patatas y hacer la receta igual, pero la gracia de este plato es precisamente esa.

Buen provecho y buen fin de semana.