Muchas veces, y sobretodo mientras cocino, no puedo evitar echar la vista atrás y preguntarme una y otra vez eso que todos los que amamos la cocina nos hemos preguntado alguna vez: Y a mi, ¿Por qué me gusta tanto cocinar? ¿Por qué la cocina, y no la pintura, el baile, la lectura...?
Muchos psicólogos afirman que muchas veces elegimos nuestros hobbies sin querer. Esto significa que, si una actividad logra alejarte de tus preocupaciones y del estrés y te relaja mucho más que otra, tu mente hará que te decantes por aquella que realmente le proporciona placer. Y eso resulta, amig@s míos, muy beneficioso para nosotros pues, en función de la actividad que realicemos, estaremos más sanos física y/o emocionalmente. Alucinante, ¿Verdad? La mente humana es maravillosa...
Pues sí, la cocina me recrea, me relaja, me ayuda a evadirme y a concentrarme y, en definitiva, me satisface muchísimo. Además, al haber crecido entre fogones (primero por obligación y enseguida por devoción), la cocina consigue trasladarme a esos momentos imborrables y tan felices de mi pasado alrededor de unos fogones o alrededor de una mesa, y eso hace que lo disfrute el doble.
Hace ya algún tiempo os explicaba que, cuando era pequeña y mi abuelo aún vivía, tenía un pequeño huerto a unos escasos tres kilómetros de casa al que siempre le sacaba el máximo provecho, pues no había estación en la que no plantara algo. Qué pimientos, qué tomates, qué berenjenas, qué lechugas... Eso sí que eran verduras de verdad. Jamás he vuelto a comer unas verduras con un sabor, un color y un aroma similar, ni de lejos, y que me disculpen el resto de payeses del mundo, pero es mi humilde y sincera opinión.
Por supuesto, cada fruta/verdura acabó teniendo un recopilatorio más o menos extenso de recetas donde era la protagonista y del que todavía echamos mano cuando nos faltan ideas.
Con las berenjenas, por ejemplo, mi abuela preparaba un pisto delicioso que lo mismo nos servía para preparar un plato de pasta que para comernoslo tal cual, acompañado de un huevo frito y mucho pan.
A mi abuelo, que en paz descanse, le encantaban las berenjenas cortadas bien finas, fritas y muy crujientes. ¿Habéis probado alguna vez el bocata de berenjenas fritas? Vale, ligero precisamente no es, pero es un auténtico manjar, aunque no lo parezca.
Mi madre, en cambio, siempre ha apostado por preparaciones más elaboradas y contundentes como los libritos de berenjenas, las berenjenas rebozadas y las clásicas berenjenas rellenas.
Y yo... Pues a mi me gusta investigar, coger ideas de aquí y de allá y de vez en cuando preparar platos con esa esencia tradicional, de toda la vida, pero adaptados a los tiempos que corren.
Hace mucho tiempo que vi estas milhojas de berenjenas en la sección de cocina de una revista local y tenía muchas ganas de prepararlas. Aunque la receta original era un poco más contundente, pues la berenjena iba frita y el relleno era a base de carne picada y bacon, la he adaptado un poco a nuestros gustos y he intentado reducir un poco la cantidad de grasa de la receta. Y, oye, no sé cómo sabrían las milhojas originales, pero os aseguro que estas están para relamerse, no son nada pesadas y, por si tenéis niños poco amantes de las verduras en casa, se pondrán las botas a berenjenas sin darse ni cuenta, os lo aseguro. Tenéis que probarlas.
Os dejo los ingredientes y la preparación:
Ingredientes (para 2 personas):
- 1 berenjena grande (300 gramos aproximadamente, unas 18 rodajas)
- 200 gramos de tomate frito de calidad
- 1/2 cebolla
- 2 salchichas de cerdo frescas
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
- 75 gramos de queso rallado especial para gratinar
- Sal, ajo en polvo, pimienta y perejil picado, al gusto
- Para empezar, cortamos la berenjena en rodajas no muy finas, las disponemos sobre un escurridor, añadimos bien de sal y las dejamos sudar unos 20 minutos. Pasado este tiempo, las lavamos para eliminar la sal.
- En una sartén a fuego medio-alto y con un poco de aceite de oliva, vamos haciendo las rodajas de berenjena hasta que estén tiernas y se hayan dorado un poco. Reservamos.
- Limpiamos y picamos la cebolla, y picamos también muy menudo la carne de las salchichas.
- En otra sartén a fuego medio con la otra cucharada de aceite, doramos la cebolla junto a la carne de salchichas, sin dejar de remover para que se desmenuce bien.
- Una vez lo tengamos listo, añadimos el tomate frito, el ajo y la pimienta, damos un par de vueltas y retiramos del fuego. Rectificamos de sal si fuese necesario.
- Antes de seguir, precalentamos el horno a 210ºC, en función gratinador.
- Ahora procederemos a montar las milhojas: En una bandeja de horno untada con un poco de aceite, colocamos una rodaja de berenjena como base, añadimos una cucharada hermosa de sofrito, otra rodaja de berenjena, otra cucharada de sofrito, otra rodaja de berenjena, y terminamos con el sofrito y una buena porción de queso rallado. Hacemos lo mismo hasta terminar con toda la berenjena y el sofrito.
- Gratinamos en el horno a 210ºC durante unos 10 minutos, o hasta que tenga el dorado deseado.
- Sacamos, dejamos templar unos minutos y servimos inmediatamente, espolvoreadas con un poco de perejil picado.
Notas:
- Si véis que las rodajas de berenjenas no os quedan muy tiernas al pasarlas por la plancha, podéis ayudaros añadiendo una cucharada de agua sobre las berenjenas mientras están en la sartén y dejando que se evapore.
- Para incluir todavía más cantidad de verdura en la receta, podéis optar por usar pisto en vez de tomate frito aunque, en este caso, si que os recomiendo que sea casero.
- Con carne picada, chorizo, restos de pollo, atún... Cualquier proteína que nos guste puede servir perfectamente como relleno de estas milhojas.
Nada más por ahora. Espero que os haya gustado.
¡Mil gracias por seguir ahí, y feliz inicio de semana!
Fotos: Marc RT Studios
Que idea mas rica , estoy de acuerdo contigo ami cocinar me desconecta de todo es mi terapia besitos
ResponderEliminarMe encanta compartir el amor por la cocina :)
EliminarUn beso Inma.
Me encantan las berenjenas,y de todas las maneras que has dicho me parecen estupendas,pero con estas milhojas me voy a evadir un poco para luego disfrutar en la mesa
ResponderEliminarbesitos¡¡¡
Pues si te gustan las berenjenas te recomiendo este plato al 100% :)
EliminarUn beso.
Qué bueno por favor! Y a estas horas que ya estoy pensando que preparar para cenar, daría mi reino por uña berenjenas del huerto de mi padre, pero eso es imposible y me pasa igual que a ti no tendré más remedio que conformarme con las del súper. Besos.
ResponderEliminarAy, qué recuerdos Concha, veo que me entiendes perfectamente... En fin, sigamos disfrutando de las frutas y verduras que tenemos a mano, no nos queda otra.
EliminarUn beso.
En bocadillo no las he comido nunca, pero me gustan las berenjenas de mil y una maneras y este milhojas así gratinado queda muy apetecible.
ResponderEliminarBesos.
Pues con queso de cabra y entre pan y pan están deliciosas Ana, te lo recomiendo.
EliminarMuchas gracias, me alegro de que te guste.
Que buenas, me encantan las berenjenas de todas las maneras, a mi a veces me dan verduras recién cogidas y que diferencia, un sabor mucho más bueno, que pena que ya no se pueda comer las verduras recien cogidas.
ResponderEliminarBesos
Cocinando con Montse
Una pena Montse, aunque podemos intentar comprarlas de proximidad y lo más naturales posibles.
EliminarUn beso guapa.
La cocina nos trae nuestros mejores y más bonitos recuerdos, y como bien dices a las que nos gusta tanto ,nos hace evadirnos, relajarnos y yo sobre todo son momentos en los que sólo pienso en la receta que tengo entre manos, sin darme cuenta , a veces que pasa el tiempo.
ResponderEliminarTus berenjenas son espectaculares y una delicia que te han quedado de maravilla!!un beso guapa
Elisa, me encanta compartir con vosotros el amor por la cocina :)
EliminarGracias por tus palabras.
Un beso.
En primer lugar decirte que coincido contigo, también me he criado entre fogones, asi que era inevitable que mi afición sea la cocina, me relaja, como a ti, y me satisface mucho.
ResponderEliminarTambién coincido en haber comido algún bocata de berenjena frita uhmmmmm, yo le ponía queso, calentito, sobre las rodajas fritas de berenjena... oisss que bocata!!
Y también coincido en encantarme las berenjenas , y como no tu receta, que me parece pura delicia!!!
un besazo
jejeje esos bocatas tan tan tan ricos, veo que estamos de acuerdo Toñi :P
EliminarY qué bonito es compartir el amor por la cocina :)
Un beso, y gracias.
¡Me ha encantado tu receta! ¡Qué ricas! Y...decirte que a mí me pasa coma a ti....mi hobbie es la cocina; me relaja, me hace desconectar...es mi gran pasión.
ResponderEliminarBesos,
Olga
Gracias Olga, me alegro de que te guste la receta :)
EliminarUn beso.
Un plato delicioso, pues comer verdura siempre es bueno. Te he entendido perfectamente pues para mi la fruta ya no sabe igual de sabrosa como cuando era pequeña, cosas del recuerdo. Besos!
ResponderEliminarQué nostalgia Guacimara, y qué pena que cada vez sea más difícil encontrar frutas y verduras "de verdad"...
EliminarEn fin, gracias por tu visita.
Un beso.
A mi també em relaxa cuinar; és d'aquelles activitats que et serveix per desconnectar i a sobre, després, pots gaudir del que has cuinat! L'únic que m'estressa és si haig de fer la foto per penjar-la al blog....ahhh!! com és dura la vida del bloguer, ha, ha!! Trobo que és una recepta deliciosa! M'encanta l'albergínia; així que amb el teu permís me l'apunto per quan arribi la temporada d'albergínies, que segur que aquest any també s'avança! Una abraçada!
ResponderEliminarBueno, a mi em fan les fotos, però tens tota la raó Anna, és molt estressant, sobretot quan tens gana jejejeje.
EliminarGràcies per les teves paraules maca.
Un petó.
Mis recuerdos de infancia también incluyen un huerto de donde se recogian verduras y frutas a granel, por eso mi blog se llama así.
ResponderEliminarTus milhojas son de las más buenas que he visto, cocinadas con salchichas quedan casi mejor que con carne y ese quesito rallado por encima hace que sean un manjar. Sin desperdicio.
Bss
Veo que muchos compartimos esa infancia, y me encanta :)
EliminarTienes razón Mº Dolores, con salchichas estàn riquísimas, pues la carne viene ya condimentada y le da ese saborcillo tan característico :) Me alegro de que te guste.
Un beso guapa.
Verás, lo primero para el que le gusta cocinar es que le gusta comer!! Por eso no puede haber buenos cocineros cuando no disfrutan de este placer, verdad? Esos milhojas merecen un monumento, me han gustado una barbaridad.
ResponderEliminarUn besote
Toda la razón Nuria, pero a mi comer no es que me guste, es que ME ENCANTA jajajaja
EliminarGracias guapa.
Un beso.
Se ve riquísimo, muy buena idea.
ResponderEliminar¡Besos!
Gracias MAria.
EliminarBesos.
Débora, no hay como los recuerdos tan vívidos de los platos que nuestras abuelas y madres preparaban a partir del huerto familiar. Mi abuelo también cultivaba el suyo y era una fiesta para el paladar con productos sabrosos, frescos y deliciosos, difíciles de igualar hoy en día...
ResponderEliminarEn cuanto al placer de la cocina, su ritual y la posibilidad de relajarnos, a la vez que ayudarnos a reflexionar, estoy de acuerdo con vos en un 100%
Esta receta me parece estupenda para preparar las berenjenas (¡me encantan!) de otra manera, vistosa y bien sabrosa. Para mí: sin carne porque soy vegetariana; pero, con el agregado de algunos otros vegetales será un plato sabroso y muy nutritivo también ;)
Un beso.
Me encanta ver que much@s compartimos las mismas vivencias y recuerdos de infancia, y que sabíamos y sabemos apreciar todo lo bueno que una huerta propia puede dar... La verdad, lo echo muchísimo de menos.
EliminarEn cuanto a la carne, ningún problema, frecuentemente compro embutidos vegetarianos/veganos y alguno tipo fiambre o chorizo le quedaría fenomenal :)
He visto que has estado y estás malita, así que bienvenida de nuevo, y mil gracias por visitarme. Espero que lo soluciones rápido y estés muy bien.
Un beso guapa.
Hola Debora. Me parece muy tierna y cariñosa tu entrada. Comparto gran parte de tus experiencias que has contado familiares. Así que se me ha dibujado una amplia sonrisa mientras te leia. En cuanto a la receta, veo acertadísimo que hayas reducido las grasas, dado que la berenjena es tan esponja que realmente si no se lleva precaución al cocinarla puede llegar hasta sentar mal por los excesos de grasa (a mi por lo menos). Me ha encantado el trucazo de la cuchara de agua sobre ella mientras se cocina en la plancha. Un besazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Bego, es un placer compartir mis vivencias y mi cocina con vosotros :)
EliminarY si, tienes razón, la berenjena absorbe el aceite que es un gusto, siempre lo tengo mucho en cuenta y voy con mucho cuidado de no pasarme con la grasa añadida.
Un beso guapa, y feliz fin de semana.
Hola Debora! Qué bonita tu entrada de hoy y cuanta verdad esconde. Nunca lo había visto así pero tienes toda la razón, al final buscamos labores y aficiones que logren evadirnos y nos hagan sentir bien en todos los sentidos.
ResponderEliminarA mi también me gusta disfrutar de lo que nos aporta la cocina, es mi vía de escape y mi modo de dedicar el tiempo a algo que me produce satisfacción.
A tí te une un lazo especial a ella, y es bonito saber todo lo que te trasmite por todos esos recuerdos y momentos que viviste gracias a la cocina.
¿Y qué decir de tu receta? Pues que me encanta, ahora que en casa tendemos a preparar platos sin tanta carne es ideal. Te han quedado para chuparse los dedos y el plato si hace falta ;)
1 besazo enorme guapa y feliz fin de semana!!
Gracias por tus palabras guapa, para mi es un placer compartir mis vivencias y mi cocina con vosotros, sobretodo porque, como ves, me apasiona :)
EliminarMe alegra que te gusten las milhojas, te las recomiendo 100%.
Un beso guapa, y feliz fin de semana.
Hola Debora, cualquier actividad que nos desinhiba de los problemas, rutinas,… , en fin, del paso por el camino de la vida, nos viene de maravilla. En nuestro caso, la cocina que para muchos es un lastre que les amarga la existencia ya que cada día se tienen que enfrentar a ella, nosotr@s la vivimos como una experiencia creativa, que nos ayuda a abrirnos a los demás compartiendo, toda una terapia ocupacional, sin pagar honorarios a sicólogos o siquiatras, jajaja. Feliz semana, bstes.
ResponderEliminarNo lo has podido expresar mejor Emma, un placer leerte :)
EliminarMil gracias guapa, y feliz semana igualmente!!
Guapaaaa!! Tienes un regalito en mi blog!! :D
ResponderEliminar¡¡Anda, qué ilu!! Voy a verlo.
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