Muchas
veces, damos por sentado que nuestra pareja sabe de sobras cuánto le
queremos. Esto es, hasta cierto punto, bastante lógico, pues si no
hubiera amor tampoco habría relación o sería, como menos, tormentosa.
Nos autoafirmamos que " él/ella sabe que le quiero" y, craso error, nos
olvidamos de que nunca, nunca, nunca viene mal valorar a nuestra pareja,
hacerle saber el lugar tan importante que ocupa en nuestra vida e incluso el por qué queremos que siga formando parte de ella. Para eso, no es necesario desvivirnos hablándole de nuestro amor, pues no estamos tratando de convencerle sino de demostrarle y, por muy bonitas y tiernas que sean nuestras palabras, al fin y al cabo son sólo eso.
Desde que comparto mi vida con Marc he aprendido, entre muchas otras cosas, que, a veces, el amor no es tan evidente como creemos, y cualquier otro aspecto de nuestra vida (trabajo, amigos, familia...) puede hacer que lo descuidemos todavía más, sobretodo cuando no marcha precisamente a las mil maravillas.
Reconozco que, aún siendo consciente de ello, la mitad de las veces no lo aplico. Mal, muy mal por mi parte, lo sé... Siempre he sido de ese tipo de personas mucho más distantes, más frías, menos cariñosas quizás, a las que les cuesta sacar a la luz sus sentimientos, en especial los buenos. Por suerte, también existen personas que no escatiman en demostrar lo que sienten, que cuidan lo que aman y demuestran día a día que lo hacen y por qué. Y yo tengo la gran suerte de compartir mi vida con una de esas personas.
Marc no se rige por ninguna fecha "especial", ni espera a que yo esté con los ánimos por los suelos o a que me suceda algo que me haga necesitarle mucho más. Marc me demuestra lo que siente hacia mí cuándo quiere, cómo quiere y dónde quiere, y eso ha sido así desde el minuto cero que empezamos a compartir nuestras vidas. Despertarme y verle mirándome y sonriendo, encontrarme dedicatorias suyas al lado del desayuno, recogerme al salir del trabajo con unas cuantas flores, hacerme un masaje cuando todavía ni he dicho que me duele la espalda, o cortar una discusión absurda con un beso robado... Esos detalles que hacen que, aún odiando muchas otras cosas de él, lo ame con locura.
¿Su última sorpresa? Tenerme preparados estos pastelitos de chocolate y naranja para cuando volviera de trabajar. Fue a lo seguro, pues él sabe de sobras lo mucho que me gusta el chocolate, podríamos llamarlo incluso adicción... La merienda es el único rato que podemos pasar juntos entre semana y, como veis, a Marc le gusta aprovecharlo.
Así que hoy me toca a mi catar y no cocinar, y encantadísima. La verdad sea dicha, la cocina no es su fuerte, pero me sorprende lo rápido que ha ido aprendiendo y mejorando, y para muestra un botón.
Unos bocaditos tan lujuriosos como deliciosos, densos y con muuuuuucho chocolate, sin llegar a ser empalagosos ni dulces en exceso, y con un toque muy sutil de naranja que le va estupendamente. Un capricho que, de vez en cuando, merece la pena darse, sobretodo si sois tan fanáticos del chocolate como yo.
Marc me ha dicho que se basó en una receta de la gran Eva Arguiñano, pero he optado por preguntarle a él directamente cómo lo hizo y las cantidades que utilizó porque, a parte que no recuerda dónde vio la receta, así todo queda en casa :)
Cariño, gracias, de corazón.
Así que hoy me toca a mi catar y no cocinar, y encantadísima. La verdad sea dicha, la cocina no es su fuerte, pero me sorprende lo rápido que ha ido aprendiendo y mejorando, y para muestra un botón.
Unos bocaditos tan lujuriosos como deliciosos, densos y con muuuuuucho chocolate, sin llegar a ser empalagosos ni dulces en exceso, y con un toque muy sutil de naranja que le va estupendamente. Un capricho que, de vez en cuando, merece la pena darse, sobretodo si sois tan fanáticos del chocolate como yo.
Marc me ha dicho que se basó en una receta de la gran Eva Arguiñano, pero he optado por preguntarle a él directamente cómo lo hizo y las cantidades que utilizó porque, a parte que no recuerda dónde vio la receta, así todo queda en casa :)
Cariño, gracias, de corazón.
Ingredientes (para 8 pastelitos):
- 150 gramos de chocolate negro para postres
- 50 gramos de mantequilla
- 3 huevos medianos
- 80 gramos de azúcar
- 1 cucharada de harina
- La ralladura de media naranja
- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 200º C.
- Fundimos el chocolate con la mantequilla en el microondas, mezclamos bien y reservamos.
- En otro bol, montamos un poco los huevos con el azúcar hasta que doblen el volumen y agregamos la harina tamizada y la ralladura de naranja.
- Añadimos la mezcla de chocolate y mantequilla al bol y mezclamos bien, con movimientos envolventes, sin batir.
- Rellenamos los moldes hasta 1/3 parte y horneamos unos 10-12 minutos a media altura.
- Una vez templados, desmoldamos nuestros pastelitos y los servimos espolvoreados con azúcar glass.
Notas:
- Los moldes que tengo en casa son casi todos de silicona, pero si se emplean moldes normales, bastará con untarles un poco de mantequilla antes de rellenarlos.
- Estos pastelitos se comen mejor templados, pues el chocolate queda un poco semilíquido y es una auténtica delicia.
- Con mermelada de naranja, tanto amarga como dulce, resulta un bocado exquisito.
¡Feliz fin de semana a tod@s!
En estos detallazos se demuestra el amor mucho más que en las palabras, hay que vivir el amor día a día y no solo en una fecha especial y siempre con mucha comprensión aunque sepamos que el otro no es perfecto, nosotras tampoco lo somos, ni ganas!!
ResponderEliminarEnhorabuena por tener una relación tan bonita y por estos pastelillos que han de estar para relamerse.
Besos y buen fin de semana guapetona!
¿Qué sería de una relación de pareja sin esas diferencias entre ambos? Apenas nada, pues lo bonito, al menos para mi, es conocer, descubrir día a día a esa persona especial y demostrarle por qué lo es para ti :)
EliminarGracias por tus palabras Ana, los pastelillos estaban riquísimos.
Feliz finde para ti también.
Pero qué palabras tan dulces y bonitas le dedicas a tu pareja :) De verdad, me encanta leer historias así, de amor de verdad, te leía y pensaba: pero qué bonito!!
ResponderEliminarYo te entiendo, a veces no valoramos las cosas buenas que esa persona hace por tí, nos centramos en sus fallos o imperfecciones, pero valen muchísimo más esos pequeños detalles que te hacen feliz, así que cuídale mucho y cuida la relación, porque merece la pena ;)
Me imagino que los pastelitos te supieron a gloria, menuda pinta tienen, tienes un pastelero en potencia a tu lado, felicítale de mi parte!!
1 besazo enorme a los dos y sed muy felices!!
Por supuesto que valen más que nada, y yo a día de hoy soy muy pero que muy feliz, creo que se nota :)
EliminarEl "pastelero en potencia" dice que muchas gracias, pero que esto no es lo suyo jeje.
Un besote guapa, y gracias!!
Seguro que te supieron mejor que nada en ese momento...tuvo muy buen gusto,el chocolate y la naranja quedan muy bien combinados!
ResponderEliminarmuuuuuy ricos Patricia :) Gracias por tu visita.
EliminarUnos pastelitos muy, muy sensuales!!! Un exquisito detalle. Felicidades a los dos. Besitos.
ResponderEliminarGracias Carmen, besos.
EliminarHola Debora. De lo más apetecibles tus pastelitos. El chocolate y la naranja se complementan maravillosamente, me encantan. Feliz finde. Bstes.
ResponderEliminarGracias por tu vista Emma :)
EliminarRiquísimos y una forma preciosa de compartir y de amar! Deberíamos decir " te quiero " más a menudo!!
ResponderEliminarpues si Elisa, el mundo seria un lugar mucho mejor. Un abrazo.
Eliminar¡Qué bonita entrada! Muy buena reflexión......¡muchas gracias!
ResponderEliminarBesos,
Olga
gracias a ti Olga, un placer!!
Eliminardeliciosos los minibocaditos!!a mi al principio la combinación choco y naranja me echaba para atrás no se porque,en buena hora,porque ahora es uno de mis mayores vicios jajaj
ResponderEliminarbesotes preciosa!