Cocineros/as, recetas y versiones de las mismas hay muchas, muchísimas, miles, millones diría yo, y seguro que me estoy quedando corta. Para que un plato vea la luz a través de nuestro blog, debe salir bien, debe estar catado previamente y nos ha debido de gustar, porque si no la entrada no tendría sentido alguno. Pero lo cierto es que no todo nos gusta por igual. Hay muchos platos que simplemente están bien y nos ayudan a salir del paso, otros que están bastante buenos y otros que están muy buenos. Esto es, en cierta manera, un poco relativo, porque quizás subamos cosas que, a criterio personal, no nos han llamado mucho la atención, pero al resto de los comensales que lo han probado les ha encantado, y al revés, por supuesto.
Yo, como la mayoría de personas que cocinamos con asiduidad, también tengo más o menos hecho ese "ránking" con todas las recetas que me parecen especialmente buenas, de esas que en casa todos estamos de acuerdo que son una acierto y que nunca nos cansamos de comer. Y si vienen invitados, por supuesto, tiras de "top five", "top ten" o del "top" que tengas, porque sabes que vas a quedar mejor que bien y que los comensales van a disfrutar de lo lindo.
No es de extrañar que mi cocina huela, como mínimo una vez por semana, a las lentejas de mi yaya, a los higaditos de pollo encebollados de mi madre, o a los rosquitos de anís que han cocinado desde siempre las mujeres de mi familia, o al pollo al horno de mi padre (que no me sale nunca igual, el condenado no me da la receta original ni a tiros, dice que es secreto de la familia Rosano...).
Ah, y por supuesto, huele a pasta con pisto. Cuando era pequeña y mi abuelo aun vivía, tenía un pequeño huerto a unos escasos tres kilómetros de casa al que siempre le sacaba el máximo provecho, pues no había estación en la que no plantara algo, aun a riesgo de que se le fuera a echar a perder. Deseando estaba que llegara cada día las 12 del mediodía, para salir a la puerta y ayudarle a descargar la cosecha del día: Qué pimientos, qué tomates, qué berenjenas, qué lechugas... qué todo señores, una auténtica gozada. Por muy ecológicas que me las quieran vender, y aunque estén buenas, jamás he vuelto a comer unas verduras con un sabor, un color y un aroma similar, ni de lejos, y que me disculpen el resto de payeses del mundo, pues quizás sea una opinión muy contundente y poco objetiva, pero es mi humilde opinión.
Una de las cosas que más le gustaba hacer a mi abuela con los excedentes de verdura eran conservas: de tomate natural, de tomate frito, de pisto, etc., para poder disfrutar de ellas también en invierno.
El trapicheo de botes de conserva desde casa de mis abuelos a la mía es un recuerdo que se ha quedado fijado en mi mente con mucho cariño.
Mi madre usaba los sofritos de mi yaya para hacer la base de la salsa que acompañaría a la pasta y, dependiendo del día, le añadía atún o carne picada. Aunque como a mi más me gustaba era cuando la preparaba sola, con el único acompañamiento del sofrito de verduras, la cubría de queso y la ponía a gratinar en el último momento. A veces también le añadía un poco de bechamel, y entonces ya si que era una comida de fiesta.
En fin, sin más preámbulos, os dejo con mi homenaje a esa pasta gratinada que tanto nos gustaba en casa y que ahora es un indispensable en la mía. Como veréis, es un plato sencillo en el que las verduras ganan protagonismo, pues si os animáis a hacer la salsa desde cero, con ingredientes 100% naturales, vais a notar muchísimo la diferencia. Esto, combinado con el sabor y el crujiente del queso recién gratinado, hacen que sea un perfecto, delicioso y equilibrado plato único.
Espero que os guste.
Ingredientes (para 2 platos muy hermosos):
- 150 gramos de pasta (macarrones, espaguetis, espirales...)
- 1 berenjena mediana
- 1 pimiento italiano pequeño
- Media cebolla
- 200 gramos de tomate natural triturado
- 1 pizca de azúcar
- Medio vaso de vino blanco
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
- Ajo en polvo, pimienta, orégano y sal, al gusto
- 100 gramos de queso para gratinar (yo usé un preparado indicado para ello)
- Para empezar, cocemos la pasta según las instrucciones del fabricante, salamos y reservamos.
- Seguidamente, pelamos y limpiamos las verduras y las troceamos lo más menudas posibles.
- Ponemos una sartén a fuego medio con el aceite y cuando esté caliente añadimos la cebolla, le damos unas vueltas y añadimos también el pimiento y la berenjena.
- Salteamos las verduras unos 5-7 minutos, añadimos el vino y dejamos reducir un par de minutos más. Añadimos seguidamente el tomate, la pizca de azúcar, la sal y las especias y dejamos cocinar hasta que el líquido del tomate haya reducido casi por completo.
- Ahora, encendemos el horno a 200º en modo gratinador.
- Retiramos las verduras del fuego y las mezclamos bien con la pasta en la misma sartén. Dejamos unos 5 minutos que repose.
- En una fuente grande apta para horno, colocamos la pasta y la repartimos bien. Cubrimos con el queso e introducimos en el horno hasta que el queso se haya dorado.
- Por último, apagamos el horno, retiramos la pasta, la dejamos templar y la servimos, intentando no romper la capa crujiente de queso.
Notas:
- Para esta receta es muy recomendable cocer la pasta al dente, pues se terminará de hacer en el horno.
- Es importante que, en el momento de gratinar, el horno esté completamente caliente y que la pasta pasé en tiempo justo dentro del mismo, pues si no corre el riesgo de quedarse un poco seca.
- Como ya he comentado, con bechamel este plato gana mucho. Bastará con ponerla por encima de la pasta una vez la tengamos en la fuente, añadir el queso y gratinar del mismo modo.
- Cualquier añadido que se os ocurra y pueda combinar bien será bienvenido en este plato: carne picada, atún, tacos de pollo al horno, tacos de chorizo, tacos de jamón, salsa de queso en vez de bechamel... imaginación al poder.
Nada más por ahora, espero que os haya gustado.
¡Feliz fin de semana!
Un plato muy rico yo tambien cuando hago pisto siempre hago mas y lo añado a la pasta riquisimo besitos
ResponderEliminarEs que te soluciona la comida en un momento Inma, además, está muy bueno. Un beso.
EliminarQué rico te ha quedado, me encanta este plato que además rinde mucho. Y sí, donde estén unas hortalizas caseras y cultivadas con mimo, que se quiten el resto. Besos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Alicia. Por supuesto, este no quedó igual que el que hacía mi madre con las verduras de mi abuelo, pero estaba bastante bueno. Un beso.
EliminarLo que cuentas es muy cierto, yo soy incapaz de subir una receta que no me haya gustado, recuerdo un conejo al chocolate que preparé y que no nos gustó nada, y aunque las fotos no estaban mal, no lo puse nunca en el blog.
ResponderEliminarEste plato familiar tuyo es pura delicia, y pronto caerá!! me ha encantado
Hay que ser honestos Toñi, con nosotras y con el blog, claro que si.
EliminarPruébalo y me cuentas :)
Un beso.
Qué rico Débora, nunca he mezclado pasta con el pisto, pero es una buena idea... me ha encantado tu receta de hoy, además tienes razón, no tiene sentido y no es honesto, cuanto menos, que pongamos un plato en el blog que no hayamos probado antes.... es lógico ponerlo después de haberlo disfrutado y catado. Si nos sale mal a primera, pues se repite y arreglamos lo que haya salido mal... así de fácil. Pero este no es el caso de tu receta de hoy... que te ha quedado muy rica y seguro que deliciosa... besos, guapa!
ResponderEliminarPues no sabes lo que te pierdes, sobretodo si eres amante de la verdura jiji.
EliminarTodo lo que pongo aquí es porque nos ha gustado previamente, por supuesto, no vale nada poner una megareceta con unas megafotos de revista si luego no se disfruta en la mesa. Estoy de acuerdo contigo.
Gracias por tu visita guapa, un besazo.
Menudo plato me comería tan bueno y con estos ingredientes tiene que estar genial.Bssss
ResponderEliminarLo estaba Doris, ligero, completo y muy rico :) Besos.
EliminarEl mundo de la cocina es muy amplio y el de los sabores mas aun, no se si te ha pasado alguna vez que una receta que te ha encantado o te parece sorprendente no tiene tanto movimiento como otras "mas normalita" es muy relativo todo y depende de cada paladar. pero es cierto, muy cierto , que hay platos que siempre triunfan, en casa también gusta mucho este tipo de gratinados.. de hecho es una de las formas que mi cho come pisto :P a mi me encanta pero a el no tanto. Sin duda nada como un plato con recuerdos tan bonitos y como unas verduras familiares. Feliz día.
ResponderEliminarEs que todo lo que vaya gratinado con queso entra mejor, ¿No crees? jeje
EliminarTe doy la razón, de hecho, en casa lo que más triunfa son las cosas más clásicas y sencillas, vamos, que preferimos unos buenos macarrones boloñesa o un buen estofado de carne a cualquier otra comida más "finolis", por decirlo de alguna manera. Aunque, de vez en cuando, nos encanta probar cosas distintas, por supuesto, si no terminaría siendo aburrido.
Gracias por tu visita Magda, y feliz fin de semana.
Hola Debora. este gratén tiene una pinta alucinante, y te lo digo yo, que me encanta la pasta, y el pisto ya para que te cuento. Para rebañar la cazuela y dejarla como la patena, je, je, je...Bss!
ResponderEliminar¡Hola Concha! Gracias por tu visita y por tus palabras, me alegra un montón que te guste mi receta. Ya te digo, para los que nos encanta la pasta y la verdura, este plato es un auténtico gustazo :)
EliminarBesos, y feliz domingo.