Vale, vale, un título para la entrada bastante cursi, lo sé, pero no os preocupéis, que el resto... es más cursi todavía.
Revisando un poco el histórico del blog, hace un par de días me di cuenta que, entre una cosa y otra, le he dedicado recetas a mi abuelo, a mi abuela, a mi madre, a mi suegra e incluso a mi nutricionista, bien preparando algunos de los platos que en su día me enseñaron, bien versionando las recetas que me dieron o, simplemente, cocinando algo que, por una cosa o por otra, me hacen recordarlos de una manera especial. Pero... "¿Y qué pasa con Marc? Debora, ¿¡Cómo puede ser que aún no le hayas hecho tu particular homenaje culinario!?". En fin, no me lo explico, y no será porque no le tenga presente, al pobre...
Marc es, desde hace casi 4 años, mi compañero de vida. Así, tan rotundo lo digo, porque de verdad lo siento. Cuando nos conocimos, ninguno de los dos estábamos pasando por nuestro mejor momento, pero aún así, dándonos una oportunidad, decidimos intentarlo y, por primera vez en toda mi vida, me hizo y me hace sentir esa maravillosa sensación de saber que siempre va a estar ahí sin que yo se lo pida, que me va a cuidar, que se va a preocupar por mi y, en definitiva, que va a ser mi amigo y que no va a dejar que nada ni nadie pueda con nosotros. Y lo que más me emociona de todo esto es que lo hace porque si, "por que me da la gana, ¡Pesada!", como él dice...
Desde que empecé con esta aventura del blog, me ha apoyado muchísimo, sobretodo en el tema de las fotografías y catando todo lo que pasa por aquí sin mostrar resistencia y poniendo en riesgo su integridad física en cada plato (ja, ja, ja).
En los últimos meses, Marc no ha estado pasando por su mejor momento a nivel personal y profesional, y eso ha sido muchas veces motivo de discusión en casa. Qué os voy a contar, a parte de los problemas familiares que todos tenemos, la crisis nos ha venido obligando a los jóvenes desde hace ya varios años a aceptar trabajos de lo que sea con tal de poder plantearnos tener un porvenir, dejando de lado aquello que más nos gusta hacer, aquello que mejor se nos da y que más nos llena...es realmente triste.
Pues bueno, llegados a este punto, y después de repetirle hasta la saciedad lo mucho que vale y que siempre voy a estar a su lado, he considerado que motivos no me faltan para ponerme manos a la obra y darle una sorpresa a mi pareja preparándole uno de sus dulces favoritos. Marc es una persona de gustos muy sencillos en lo que a comida se refiere, y esto me facilita mucho la tarea, pues con preparaciones básicas y sencillas siempre le tengo contento, como es el caso de estas magdalenas de limón.
Unas magdalenas de las de toda la vida, esponjosas y jugosas, que están listas en tan sólo media hora, y que te hacen recordar el sabor de la repostería de verdad. Además, teniendo la receta como base, podemos prepararlas como más nos gusten (con chocolate, con manzana, con mermelada) y disfrutarlas en el desayuno, en la merienda, o cuando más nos apetezcan. Lo digo porque están tan ricas que vuelan, en casa han ido desapareciendo a ritmo de 4 por día... Vaya, que a Marc le han encantado, y con eso me doy por satisfecha :)
Os dejo con los ingredientes y la preparación:
Ingredientes (para unas 16-18 magdalenas):
- 3 huevos M
- 200 gramos de harina común
- 125 gramos de azúcar blanco
- 50 ml de leche semidesnatada
- 100 ml de aceite de oliva suave
- 1/2 sobre de levadura química
- Ralladura de limón, al gusto
- Canela, al gusto
- Moldes de papel rizado y moldes de silicona
- Antes de empezar, pre calentamos el horno a 200º.
- En un bol, batimos los huevos con unas varillas hasta que nos queden esponjosos y aireados.
- Seguidamente añadimos poco a poco el azúcar y seguimos batiendo, y hacemos lo mismo con el aceite.
- Hacemos lo mismo añadiendo la leche, la ralladura de limón, la canela, la harina y por último la levadura, y metemos la mezcla en el frigorífico para que enfríe un poco.
- Mientras, colocamos los moldes de papel rizado en una bandeja de horno, a poder ser dentro de otros moldes de silicona, para evitar derrames.
- Sacamos la masa del frigorífico, le damos una batida, llenamos los moldes hasta 3/4 partes de su capacidad y horneamos 15 minutos a 200º, o hasta que veamos que les ha salido copete y están doraditas.
- Pasado el tiempo, retiramos del horno y dejamos enfriar dentro de los moldes para que se asiente bien la masa.
- Una vez frías, ya podremos disfrutar de nuestras magdalenas.
Notas:
- Es importante que, a la hora de cocinar las magdalenas, el horno esté bien caliente arriba y abajo, pues esto hará que suban y que cojan aire.
- Al introducir la masa en el frigorífico ayudaremos a que nuestras magdalenas crezcan mejor, pues el contraste de calor también ayuda a que cojan más aire.
- Evitad abrir la puerta del horno hasta pasados 15 minutos, pues esto puede hacer que se nos bajen las magdalenas.
- Las magdalenas se conservan perfectas durante varios días en una caja metálica de galletas o bien tapadas con un paño de cocina en un lugar fresco.
Hasta aquí por hoy. Una entrada un poco más larga que las habituales pero, al menos para mi, mucho más especial.
Gracias por vuestras aportaciones, y feliz inicio de semana.
Bravo, por estas magdalenas y no de jes de cuidar y mimar a Marc, ¿vale?
ResponderEliminarUn abrazo.
No lo haré Lolines, prometido :)
EliminarUn abrazo
En una cosa no estoy de acuerdo, la crisis no afecta solo a los jóvenes, estamos todos metidos en ella, pocos se han salvado, del más grande al más chico. La verdad es que es desalentador que te pases unos años de tu vida estudiando para trabajar en algo que te gusta y llegado el momento te encuentras que nada de nada, encima trabajos por horas, muy inestables, en fin, esperemos que algún día esto se arregle y Marc te tiene a su lado para apoyarlo en todo momento igual que tú a él, seguid siempre así.
ResponderEliminarDejemos tristezas al lado y endulcémonos un poco la vida que no cuesta tanto con estas ricas magdalenas que le has preparado, supongo que el detalle le ha encantado.
Ah, si, me encantan las alcachofas, se nota? Por supuesto las frescas primero, pero ahora las pocas que hay en las tiendas ya son muy duras y estas son muy tiernas.
Besos guapa!!
Por supuesto Ana, cuando acabé de escribir la entrada lo pensé, simplemente me refiero a que ciertos colectivos nos hemos visto más afectados, aunque ha habido para todos, por desgracia...
EliminarDe sobras se sabe que esto va para largo, pero como bien dices, tenemos que aprender a sobrellevarlo porque sino vamos a acabar fatal, y los detalles nunca están de más. A Marc le encantó, por suerte :)
Muchas gracias por tu visita!!
Me encanta que compartas conmigo momentos de tu vida y así te conozco lo linda que eres por dentro y por fuera.Tienes una linda persona a tu lado que le hace fiestas a todos lo que pones como estas deliciosas magdalenas.Un besote para los dos de Doris.
ResponderEliminarDoris, gracias por tus palabras, compartir las cosas buenas de la vida las hace todavia mejores, eso por supuesto. Gracias a este blog estoy conociendo a personas maravillosas, y por supuesto tu no te quedas fuera :) Un abrazo enorme!!
EliminarHola Debora!! me encanta que te hayas dado a conocer en mi blog porque asi me has permitido descubrir el tuyo!!
ResponderEliminarMe encanta esta entrada, y de cursi nada!! hay ocasiones que al leer se ven los sentimientos de la persona que hay detrás, se abre la puertecita... y hace que una cosa tan intangible como el blog, se vuelva totalmente humano, real y fantástico, y unas sencillas magdalenas se vuelvan especiales.
Y aparte... tengo que decirte que las magdalenas de sencillas nada, tienen su miga, nunca mejor dicho, porque a mi se me han dado casos de cocinar verdaderas magdalenas asesinas, de estas que cuando las metes en la leche se chupan el vaso entero jajajaja, y das gracias a dios de no habértelas comido antes, porque seguro que te chupan la sangre jajajaja.
Lo dicho , me encanta haberte conocido, me quedo husmeando por aqui!!
jajaja oye, pues yo quiero ver esas magdalenas, qué miedo!!
EliminarGracias por visitarme Toñi, la verdad es que no hice más que ponerme a escribir, y todo lo que se me paso por la cabeza sobre Marc, aquí lo dejé, tal cual, verdadero y sincero :) El amor por la cocina y la cocina por amor...
Un abrazo Toñí, nos "leemos"!!
Riquísimas magdalenas y la presentación. Seguro que ya no quedan. Felicidades a los dos Besitos.
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen, la verdad es que somos como dos tortolitos jajaja. Coge una, que ya va siendo hora de merendar :P Un abrazo.
EliminarPero qué entrada más bonita!! Me ha encantado leer tu historia con Marc, porque me he sentido muy identificada en muchas cosas. Qué bonito es poder contar con esa persona sintiendo que no te va a fallar y sabiendo que va a estar ahí pase lo que pase. Como dices, la falta de trabajo acaba debilitando la relación en muchos casos, pero juntos se puede con todo. Así que mucho ánimo para los dos y suerte!! Seguro que a Marc le habrá encantado estas magdalenas, se las merece ;)
ResponderEliminarBueno, breve historia, porque nos da para escribir un libro jeje.
EliminarPara mi, levantarme cada día a su lado, mirarle y decir "sí, es él" es lo mejor que me ha pasado :)
Por suerte, también le encantaron las magdalenas, así que todos contentos :P
Un abrazo guapa, y gracias!!
Felicidades por esta entrada.....¡Marc se lo merece! ¡Mira que no dedicarle antes una entrada!!!! Lo has hecho con unas fantásticas magdalenas, lo mejor de lo mejor.
ResponderEliminarBesos,
Olga
Lo sé Olga, soy un desastre, pobrecillo :(
EliminarPor lo menos las magdalenas le encantaron, y creo que eso le ha compensado.
Gracias!! Un beso.
No tiene nada de cursi demostrar lo que quieres a tu chico, todo lo contrario. Lo peor es cuando no se dice porque creemos que no es necesario, y sin embargo hay menos reparos en demostrar el cariño por los amigos que por tu compañero de vida. Seguro que Marc estará emocionado por todo lo que has escrito sobre él. Ojalá te dure toda la vida.
ResponderEliminarLas magdalenas debían estar riquísimas con la pinta que tienen en las fotos!
Un besote
Bueno Nuria, yo es que soy una persona muy fría, demasiado a veces, y a Marc aún le cuesta lidiar con ello, porque él es todo lo contrario, un osito de peluche... Aún así, intento demostrarle todo lo que le quiero, pero a mi manera y claro, es complicado.. Por lo menos, la entrada si le ha gustado, y las magdalenas también jeje :)
EliminarGracias por tus buenos deseos guapa! Un abrazo.
Hola Debora. Gracias por tu visita y cariñoso comentario. Estoy por aquí visitando tu cocina, disfrutando de estas maravillosas magdalenas. Sólo falta un café recién hecho. Feliz semana. Bstes.
ResponderEliminarHola Emma, un placer verte por aqui, muchas gracias!! Nos vamos leyendo :)
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